Harry Potter Imaginas

Oliver Wood -Sonrisa

Su cabello flotaba entre la brisa y los colores de nuestra casa se visualizaban en su forma de vestir, el tiempo se tenía al verla disfrutar y animar un partido, podía decir que no había mejor satisfacción que ganar, que verla sonreír hacia mi, para mí.

Aún recuerdo la primera vez que hablamos, los catorce años era la edad esperada para que los adolescentes se enamoraran, ella siempre era una chispa en el lugar, sonreía para vivir, en vez de vivir para sonreír, me ayudaba con una asignación y podría prometer que sonreía cada vez más cuando me equivocaba, mi corazón comenzó a latir extrañamente y noté que había caído por ella.

Nuestra primera cita destellaba como nuevo entre los recuerdos, llevaba su vestido más querido, y juraría que se veía como la chica más hermosa que nunca antes había visto, caminamos por Los alrededores del castillo y terminamos comiendo en la casa de botes, conversando sobre hechos del pasado, ella no para de reír y yo no paraba de verla hacerlo.

La bese por primera vez en invierno, mientras los copos de nieve aún caían uno a uno, las fiestas iban a comenzar y no resistía no poder verla por semanas, fue corto y dulce, sus ojos destellaban al separarnos, nos abrazamos por un largo tiempo, recordaba ese beso siempre durante los días en los que no la vi.

Amaba verla descansar en el verano, acostada en el pasto, ella adoraba la naturaleza, y sentir el sol en su piel, jugaba con las flores y me abrazaba entre suspiros.

Besaba con pasión, añoraba siempre sus labios, la primera vez que lo hicimos no me separe de sus labios en ningún momento, dejaba su alma en ellos, terminaba con ánimos de más.

En nuestra graduación lloró en mi hombro, consideraba Hogwarts como su hogar, todos sus momentos importantes ocurrieron ahí, no deje de abrazarla todo el camino de regreso en el tren, al fin y al cabo empezábamos una nueva etapa.

Nuestro primer apartamento era pequeño y desordenado, no entenderán como ella lo cambio, lo decoro y lo hizo nuestro hogar, compraba flores cada semana que lo hacía lucir especial, fotos adornaban las paredes, recuerdos de nuestros primeros años. Al empezar a trabajar, logramos ahorrar tanto para una casa, allí fue donde hicimos nuestra vida.

Recuerdo como si fuera ayer verla caminar por ese largo pasillo, tenía las mejillas rosadas por la pena y la emoción, su padre la acompañaba tomándola de su mano, arrastraba su largo y hermoso vestido blanco, me regocijaba con cada paso que ella daba, sonreía victorias a cada vez que levantaba la mirada al verme, su madre lloraba en su lugar, sus amigas reían animadas, los míos sonreían guapos, creían que eran muñecos de pastel, cuando llegó a mi lado y de sus lados salió un Acepto mi corazón estalló, esa vez sonreí yo más que ella.

Lloraba de emoción cuando me dijo que estaba embarazada, nos abrazamos con ternura, iba a ser padre y no lo podía creer. Nuestro hijo nació sano y fuerte, llenó de luz y de esperanza nuestro hogar, sin pensarlo ya teníamos dos más, tres nuevas y pequeñas vidas eran nuestra razón de existir.

Envejecimos juntos, pero nunca dejamos de amarnos, sonreía cada mañana al verme a su lado, disfrutaba de su comida, tenía un dote especial para ello, ella se sonrojaba cada vez que llegaba con detalles, nunca los esperaba y los amaba, vimos crecer a nuestros hijos, cabello blanco ahora coloreaba nuestros cabezas, aguas bruna nuestros rosque alguna vez fueron jóvenes, festejamos los logros de nuestros amigos, despedimos familiares y gozamos cada día de nuestra vida.

A mi lado sonreía dando sus últimos alientos, la abrazaba fuerte sobre mi pecho, te amo fue lo último que dijo. Recuerdo su funeral, mucha gente lloraba por ella, nuestros hijos, nuestros nietos, su urna fue decorada por sus flores favoritas, no podía dejarla ir, había sido mi compañera por muchos años.