Brillo Desesperado (#34)

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Todo era un viaje de angustia y desesperación. Si seguía todo así, me iba a volver loca. Un muñeco que moldean en este palacio, eso iba hacer, una muñeca.

Ya era de noche. Las estrellas avisaban que debía cerrar mis ojos. Aunque yo no quería, tenía que hacerlo, era lo único que me entretenía. Ya había cerrado mis ojos y mi cuerpo había tocado el colchón.

-¡Tara, cuerpo al aire! – El estruendo que produjo Katty con puerta abriéndose, soplo mi alma como una tormenta – vamos, tenemos que alistarnos para la gran noche

-¿De qué hablas? – me pare de la cama y sobe mi cara

-Hoy hay algo muy especial

-Me podrías decir que es – me miro apurada

-No – me tomo de la mano – vamos Tara, es para ya.

Me halo con fuerza, raspando mis pies desnudos en aquel suelo de madera pulida. Llegamos hasta el taller de Amiéel, en donde reposaba un hermoso vestido blanco en un maniquí; era liviano y lizo.

-Póntelo – llego hasta un mesita azul que había en una esquina, tomo unos aretes brillantes y se los coloco – vengo por ti en 10 minutos – salió corriendo y se desapareció detrás de las puertas.

¿Para qué quería Katty que me pusiera este vestido? ¿Dónde iríamos, que pasa? Aunque ninguna de mis preguntas iba a ser respondida para aclararme la situación, sentía que debía hacer lo que me estaba diciendo, porque como ella me dijo aquel día "As las cosas, porque si tu vida no será peor" eso iba hacer, a hacer las cosas, para que mi vida no sea peor de lo que es. Tome el vestido, suave, y lizo, era como cargar una nube. Fui hasta donde estaba la alfombra acolchada, me quite la ropa que tenía puesta; vigilando que nadie entrara por las puertas. Me puse el vestido desde los pies, sintiendo mi cuerpo en paz. Y presencie su textura y su aroma ya en mi cuerpo.

-Tara – llegaba Katty apurada - ¿Te lo pusiste? Se ve hermoso – me dio unos tacones brillantes; de perlas doradas, que brillaban más que las estrellas

-Brillan demasiado – sonrió

-Lo sé.

Sin preguntar, ni dudar, me puse los tacones que eran el cielo. Eran delicados, suaves y tersos a mis pies. Era estar volando.

-se te ven hermosos y con el vestido, mucho mejor – saco de la nada y un collar brillante y me lo puso en el cuello. Al mismo tiempo en que el collar me pesaba, mis puso unos aretes, que al parecer por el reflejo, también brillaban cual estrella. Tomo mi pelo, y me alzo sacudiéndolo – que cabello más largo – y lo dejo caer – pero hermoso – me volteo para quedar una frente a la otro. Saco una capsula de algún lugar, y dejo en descubierto un labial; me unto por los labios, al parecer era rojo. Saco una esponja de la parte de atrás de ella y me restregó en la cara delicadamente. Se alejó un poco, y sus ojos brillaron al verme – quedaste hermosa

-Gracias Katty – llegue hasta ella – ahora me puede decir ¿A dónde vamos?

-Claro – entrelazo su brazo en el mío y nos dirigimos a las puerta – vamos a un banquete en celebración por tu elección, hay estarán todo. Tu hermana y hasta Ann.

Sentía emoción de estar con ellas por fin, sinestar apretadas o nerviosas. Pero sentía miedo de la celebración, de estar ahí,fingiendo un amor que no existe. 

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora