Capítulo 2: Consecuencias de errores pasados.

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— No pienso matarte— se limitó a responder haciéndola reír con suma burla.

— Ganas no te faltan— comentó caminando hacia él, aprovechándose de la situación—. Aunque tal vez digas la verdad, después de todo si quisieras matarme ya lo hubieras hecho hace rato, como cuando estuve inconsciente por horas...—soltó sonriendo de lado, llegando a estar a una distancia prudente de él.

— No te mataría delante de los niños— se defendió esta vez avanzando él hacia ella, quedando a pocos menos de unos metros de distancia—. No sabes cuantas veces he soñado con tu corazón aun palpitando en mi mano, cuanto tiempo añoré tu muerte...

— Pues hazlo, mátame, y vive con el odio de tus hijos por haberle arrebatado a su madre— le interrumpió antes de él en pocos segundos alzar su mano y tomarla con fuerza con el cuello con intenciones de matarla en ese instante.

Podía sentir como su pulso se iba debilitando, aunque en ningún momento ella borró su sínica sonrisa, ni cuando apretó aún más a punto de romper los pocos huesos que tenía entre sus manos. Ni cuando fue cerrando los ojos, porque ella sabía a perfección que aquel no sería su fin, por lo que no fue sorpresa para la castaña que quitara de golpe la mano de su cuello. Confirmando sus sospechas, él no tenía intenciones de matarla...

Pero si de hacerle sufrir, lo que él refutó en el momento en el que la arrojó al suelo con fuerza, como si se tratara de un animal.

— Eres un hijo de...—soltó Aaly con rabia antes de levantarse del suelo y arremeter en su contra. Pero gracias a la falta de entrenamiento por tantos años de su parte, sus golpes apenas afectaban al pelinegro.

— No eres rival para pelear— se burló antes de arrojarla de nuevo al suelo con fuerza.

— ¿Qué quieres de mí? —preguntó con el orgullo algo herido—. ¿Para qué me trajiste aquí?, pudiste solamente quitarme a mis hijos, pero no, me trajiste de nuevo a este lugar, ¿Por qué? — le reclamó haciendo que la viera con desprecio antes de caminar hacia la puerta.

— Eres mi esposa— respondió como si eso dijera todo, como si eso fuera una explicación, provocando que ella se riera sin control.

— ¿Tu esposa?, aun después de desterrarme de la manada, de apartarme de mis hijos, aun así, te dignas a llamarme así— le reclamó con rabia—. Porque querido, lo que te hice al llevarme a los gemelos, fue lo mismo que tú me hiciste primero, mis niños que aún eran pequeños para crecer sin su madre...

— Eso debiste pensarlo antes de fallarme— le interrumpió haciéndola callar de repente dándole la razón—. Tú fuiste quien les falló, por tu culpa te tuve que desterrar, tu provocaste todo esto, así que no intentes en dártela de victima ahora— añadió antes de mirarla con desprecio y salir de la habitación, cerrando la puerta consigo.

Mientras Aaliyah se había quedado en el suelo pensando en aquellas palabras con tanta verdad. Ella le había fallado primero, había provocado todo aquello, por lo que tal vez se merecía lo que estaba pasando. Todo solo por no poder resistirse a su naturaleza...

Por lo que, con aquellos recuerdos a flor de piel, se levantó del suelo y se lanzó a su cama, esperando que es lo que haría con ella.

— Arriba— escuchó al tan solo unos minutos de haberse lanzado a su cama, haciéndola girar el rostro y ver Mikhael mirándola suspirando—. Vamos Aaly, no tengo todo el día.

— ¿Qué quiere tu jefe ahora? —le preguntó sin rodeos.

— Que bajes a cenar— respondió haciéndola reír por inercia.

— Dime otro chiste...

— Hablo en serio, levántate, que lo volviste a cabrear...—mencionó haciéndola reír de nuevo.

— Solo mencioné lo obvio, problemas de él si se enoja— soltó con una fingida indiferencia, porque en el fondo le dolía su trato, como el mismo hombre que una vez habría matado por ella, ahora quiere matarla él mismo.

— Hay heridas que deben cuidarse para sanar Aaly...—mencionó Mike haciéndola pararse de la cama antes de verlo—. Abandona esa actitud, y comienza por bajar a cenar...

— No quiero recuperarlo— soltó parándose de la cama antes de sonreír de lado, y caminar hacia él—. No quiero tener nada que ver con él...—añadió con suma ironía.

— Repítelo hasta que te lo creas— se burló el rubio haciéndola reír.

— Mike, ya yo me lo creo, y hasta tal vez él lo sepa— soltó sonriendo de lado, al llegar a estar a pocos centímetros del rubio, a una distancia prudente para hablar en voz baja y que nadie más los escuche—. Después de todo, nadie me obligó a acostarme con su hermano...—mencionó aquel error con suma tranquilidad fingida, por en el fondo le dolía haberle hecho eso al hombre que una vez amó.


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Holaaaa aquí les traigo el segundo capítulo de esta novela que espero a alguien le haya gustado... :3.

P.D: Mi lindo Matthew en multimedia :3

My Alfa. Book #1. Terminada.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt