Maybe one day you'll call me
and tell me that you're sorry too,
but you, you never do.
From the dining table (Harry Styles)
Era lunes por la noche y Harry estaba en su cuarto con las luces apagadas, porque quería que si Niall subiera a chequear por él, pensara que estaba dormido. No es que no apreciara la preocupación de su amigo, y quizás hasta parte de él la ansiara con desesperación —necesitaba mimos, porque su corazón estaba roto y no podía despegarse de la tristeza—, pero Harry no era sólo un chico que había sido traicionado por su novio. Era también un Alfa que había sido manipulado por otro y lo último que necesitaba para recuperar su orgullo era tener a un montón de betas sintiendo lástima por él.
Ya demasiado tenía con la lástima propia. Por descubrirse como un crío refregando la nariz en la almohada, buscando restos de un perfume que simbolizaban la crueldad del hombre al que había amado. ¿Porque era cruel, verdad? El modo en que había levantado un muro entre ellos, y desde la cima de éste le había tirado migajas para que se contente. Un muro fundado en un odio a los Alfas, en una terca posición de no entregarse a él. Sería hipócrita que Louis hubiese terminado por resultar ser Alfa él mismo, excepto que quizás no lo fuera, porque debía haber un motivo por el que tomara las pastillas, ¿verdad?
Quizás era porque realmente odiaba lo que era. A veces Harry pensaba en eso, y sentía una oleada de esperanza nacer en su vientre y estallar contra sus costillas, como marea salvaje. Pensaba que si Louis realmente odiaba lo que era, entonces él tenía la solución para sus problemas: podía marcarlo. Podía, y aunque fuera patético, todavía quería hacerlo.
Entonces, recordaba la libreta. Los datos de él, entre otros Alfas, y el secreto de Louis de golpe parecía más difícil de ignorar. Más oscuro. Harry podía perdonarle que fuera Alfa, podía cerrar los ojos y hacer de cuenta que no le dolía en el orgullo haberse dejado manipular así. Haber dejado a sus betas pasar tanto tiempo con un hombre que era mucho más carismático de lo que era humanamente posible. Si el secreto fuera sólo su jerarquía, y si Louis quisiera hacer algo al respecto, Harry podría marcarlo, y devolverle el jardín que por derecho le pertenecía y llevarlo nuevamente a ese lugar que se había prometido sería su familia.
Pero ese no era su único secreto. Estaba la libreta, estaban sus palabras ("Quieres que sea algo que no soy"), y estaba el hecho de que aun cuando Harry lloraba, embriagado por la ira y el oscuro manoseo de la traición, él todavía le había hecho un último pedido.
Si me amaste, no se lo digas a nadie.
Harry volvía a ese día cuando la amargura se volvía muy espesa, muy difícil de quitar. Su idea de ser un Alfa digno no iba con desparramar testosterona, e intimidar a sus betas con un aura violento; pero aunque no le enorgullecía, por lo menos lo hacía sentir menos humillado.
El día después de que Louis se fue —después que Harry hubiese pasado toda la noche llorando y rompiendo cosas—, bajó a buscar comida a la cocina y descubrió que no había nadie allí. Por un momento se sintió solo; preocupado, incluso. Temió que Louis se hubiese llevado a sus betas con él, que lo hubiese dejado sin nada.
Entonces oyó un golpeteo en la puerta y salió a abrir. Niall estaba allí, y detrás de él, con la cabeza gacha, amontonados en pequeños grupos, quince de sus betas.
—¿Podemos volver a entrar? —había preguntado el rubio. No mencionaba a Louis, pero Harry sabía que se había enterado (el rumor probablemente ya había recorrido la Universidad entera a esas alturas) por el modo en que lo miraba, como si estuviera a punto de derrumbarse.

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La Maldición del Heredero (+18) (Completa)
FanfictionSer un hombre lobo no es tan dramático como los humanos lo hacen ver. Llega la luna llena y no te transformas en un monstruo con instinto asesino. Quizás te salen algunos pelos de más, o se te antoja carne cruda (no humana), y si no aprendes a contr...