Capitulo 36- No hizo nada

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Dejé sus labios con lentitud y temor, pegué su frente a la mía con los ojos cerrados y enseguida la abracé.

Yo sabia que ella me amaba, podía sentirlo con sus besos y por la forma en como se aferraba a mis brazos y sollozaba en mi hombro mientras yo acariciaba su cabello y pedía internamente a Dios que ella me perdonara.

-R: ¿Porque haces esto tan difícil?

-Q: (Suspiré) Porque te amo y no te quiero dejar ir.

-R: Por favor, Quinn, basta, no me hagas esto.

-Q: ¿Que puedo hacer entonces? ¿Que puedo hacer?

-R: Dame tiempo, por favor, necesito pensar, estar sola y contigo rondándome no puedo sacarte de mi cabeza, por favor, dame tiempo.

Darle tiempo... ¿como haré eso?

Enseguida, me alejé un poquito de ella, solo para ver su rostro sin dejarla irse de mis brazos, sus ojos me suplicaban que la dejara tranquila, y aunque eso era lo ultimo que quería hacer, yo haría todo lo que en mis manos estuviera para complacerla, siempre fue así y siempre será así.

-Q: ¿Quieres tiempo? (Asintió y suspiré) Bien, te daré tiempo, te dejaré pensar, pero eso no significa que luego de ese tiempo y decidas lo que decidas yo te dejaré tranquila, porque eso por mas que me lo pidas, no lo haré.

Ella asintió con lentitud y se soltó de mis brazos, tomó sus cosas y en medio de la lluvia se alejó de mi, y yo me quedé ahí solo observándola irse, sin poder hacer nada.

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Un mes después. Sábado.

En estas semanas no había pasado nada interesante o bueno, simplemente pasaron los días.

Le estoy dando el tiempo a Rachel que quería, no he hablado con ella y solo me conformo con verla pasar por el campus, a veces sola, a veces con Brittany y Camila... o Finn.

Pero necesitaba alejarme de la tentación que era tenerla a ella tan cerca pero a la vez tan lejos de mi, así que le pedí a Lauren que me dejara quedarme en su departamento este fin de semana, ella no dudó en aceptarlo, y básicamente, no dudó porque Camila habia viajado a ver a sus padres y a su hermana desde ayer y no llegaría hasta mañana en la noche.

Al menos me dejó quedarme, eso es suficiente para mi.

-Q: Me da envidia ¿sabes? Mucha envidia.

Me senté en el sofá que estaba en la estancia, suspirando y mirando a Lauren que venía hacía mi con dos cervezas en su mano, me entregó una, ella tomó de la otra y se sentó a mi lado.

-L: A quien le tienes envidia, ¿a Santana o a mi?

-Q: A las dos.

-L: Explícame porque.

-Q: Porque Santana se reconcilio con Brittany desde que llegaron de Los Ángeles, ese día ella se la llevó a un restaurante bastante elegante, hablaron y hablaron y Brittany la perdonó, ellas ahora están bien y supongo que están disfrutando del dormitorio en donde no estoy en estos momentos.

-L: ¿Y a mi porque me tienes envida?

-C: Porque tu eres una perra sin sentimientos que le gusta jugar con las chicas y que ahora tiene a una chica que se nota que te quiere pero no creo que tu la quieras a ella y eso no es justo, no sabes lo que tienes y no lo valoras, sola la utilizas para divertirte pero se que te vas a arrepentir.

Cuando dejé de hablar, bebí de la cerveza y luego solté un gran suspiro y enseguida miré a Lauren, que me observaba como si no hubiera escuchado nada de lo que le dije hace algunos segundos.

La apuesta (Faberry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora