Capitulo 31.

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  Estaba en el hospital. Ya habían pasado 5 semanas desde que Nathan estaba hospitalizado. Hoy sería el día en que lo daban de alta y se iría a casa.
Sus heridas se estaban mejorando, estaba vivo, era un milagro. Lo visitaba tres veces a la semana, con mis amigos o a veces iba sola. Nathan siempre se veía feliz de verme, lo visitaba mucho ya que de cierta forma, me sentía culpable, como si hubiera sido mi culpa lo que había sucedido.
Había tratado de bloquear cualquier pensamiento de mi último amor. No quería recordar todo lo que habíamos pasado sabiendo que lloraría un río, yo ya no quería eso. No había progresado en nada, los momentos juntos regresaban por sí mismos a mi mente.

Me senté en la sala de espera con mis amigos, Thomas, Christian, Charlie, Fernanda, Jane y Lucy.
Estábamos todos felices y emocionados de que Nathan estaba de regreso, teníamos la sala de boliche reservada para convivir con Nathan dentro de dos horas. Era sábado.

No me hice la idea de asistir al funeral de Julián, y no fui. No hubiera podido soportarlo.
Miraba hacia alrededor, Fernanda y Lucy hablaban sobre esto y aquello, Jane estaba enviando mensajes de texto y leyendo una revista. Christian, Thomas y Charlie estaban hablando sobre el partido de anoche en el que jugó su equipo de football favorito.
Lucy y yo no éramos cercanas ya, me sentí así desde que no quise hablar con ella sobre Julián. Recuerdo todos esos días que visitaba a Nathan, yo sabía que él sabía algo sobre Julián y yo, y estaba eternamente agradecida con él ya que nunca tocamos el tema.

- Uhm... ¿Oriana?- me llamó Fernanda.

Volteé y los miré. Evidentemente estaban hablando de mí, pero no estaba prestando atención, hasta que parpadeé.

- ¿Quieres apostar?- me preguntó Lucy.
- ¿En qué?- pregunté yo.
- ¿En que si crees que Zac Efron y Vanessa Hudgens volverán a estar juntos?

"Wow..me importa una mierda".- Pensé, me encogí de hombros.

- Oriana no habla de esmaltes de uñas y de extensiones de cabello chicas.- les dijo Jane.

Se rieron todos, menos yo, simplemente puse una sonrisa falsa para complacerlos. Justo entonces, escuché a alguien caminando hacia nosotros, me levanté y ahí estaba él. Nathan.
Caminaba lentamente, y con su típica sonrisa dulce, a un lado de sus padres y su hermano menor. Tan pronto lo vieron los demás fueron a recibirlo, todos alrededor de él. Nat se reía y pronto él ya estaba caminando hacia mí.
Lo abrasé con cuidado, sintiendo sus vendas debajo de su camisa.

- Bienvenido al mundo Nat.- le dije
- Se siente genial volver a estar con ustedes.- nos dijo.

Luego me hice a un lado y las chicas fueron para abrazarlo de nuevo,

- ¿Quién esta listo para ir al boliche?- dijo Christian entusiasmado.
- Ohh vas a perder amigo.- le contestó Thomas.
- Voy a dejar que me pateen el trasero solo por hoy, solo una vez en la vida. - les dijo Nathan refiriéndose a que aún estaba algo débil.
- No digas niñerías Nathan, estás mejor que nunca- le dijo Thomas.

Los padres de Nathan lo veían sonreír y se sonreían a ellos mismos, les daba gusto volver a verlo feliz. Su hermano menor tenía como 12 años, su nombre era Michael, era tan adorable y tierno. Caminé hacia él.

- Entonces... ¿estas listo para ir al boliche Michael?- le pregunté.

Michael me miró por unos segundos y después me respondió.

- Claro.- me dijo de una forma adorable y me sonrió.

Sonreí también y salimos del hospital, íbamos ya en camino hacia la sala de bolos. Pasamos el cementerio, no pude hacer otra cosa más que ver hacia allá.

Te extraño Julian.

Luché contra las lágrimas y decidí, iría al cementerio al otro día.  

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora