Capitulo 16

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"Destino... Es algo curioso, si se ve desde el ángulo correcto. Algunos lo aceptan, otros, desechan la idea de que algo simplemente por cosa de la casualidad, guíe sus vidas...

Es el momento de elegir el camino... No por destino, no por azares de la vida.
Por decisión propia.

Es hora de decidir Cazadora"



Las pupilas dilatadas, la adrenalina corriendo por las venas. Y sintiendo el peligro, todas y cada un de las sensaciones posibles atravesaban su cuerpo.

Dos cazadores. Un Lobo. Y la mujer de su vida, sin decidir su camino.

La nieve se derretía más rápido de lo que las ideas llegaban a su cabeza. Atacar o huir.

-¡Es nuestro Mica! ¡Acabemos con esto, mi trasero se congela!

La chica pelirroja lo miraba triunfante. Segura de la victoria.

Mijail.

Ahora su preocupación estaba en su protegida. Su hija.

¿Confiarle su seguridad al enemigo? No era opción.

Miro a Razziel, ella tampoco era muy confiable a la hora de cooperar con Kennya.

Miró de nuevo al Alfa. Sujetaba con fuerza a la chica entre sus poderosos brazos. Ella se miraba algo cansada. El encierro hizo estragos en ella.

Era momento de negociar.

-¡Como vez estas en desventaja amigo! Somos más contra uno. Piensa en lo que harás.

-¡Es más que evidente que Lowgood esta con el! ¡Mira como sujeta su cuello! ¡Es repugnante!

-¡Cierra la boca demonios!

Miró de nuevo al lobo. Alzó sus manos en señal de tregua.

-¡La bajaré pero antes, debes bajar a Kennya y dejarla ir! Y te doy mi palabra que saldrás ileso de esto. ¡Ambos! Bajaremos las armas.

-¡Acaso estas demente!
¡De ningún modo dejare de apuntarle a este monstruo! ¡No vas a darle ventajas a este perro!

Alekséi curvo el lado izquierdo de su boca en una mueca de superioridad. Sus pupilas estaban claramente dilatadas. Y su temperatura se elevaba.

-No tienen ni idea de con quien tratan. No soy un lobo cualquiera ¡Y voy a demostrárselos!

Bajó con cuidado a Kennya. Estaba débil y desorientada.

Sus orbes azules pasaron a un amarillo rojizo. Brillantes y muy atemorizantés. Sus huesos crecían y se movían de lugar. De pronto ya no había un hombre sino un enorme y gigantesco lobo negro con ojos enormes y amarillos.

Su pecho retumbó al sonido de su gruñido. Y un aullido escalofriante hizo éco en el lugar.

Ambos cazadores. Quedaron asombrados por la magnitud del poderío y la presencia del animal.

Ambos retrocedieron.

Mijail no podía creer que el Alfa de Steelfang tuviera semejante poder en su lobo interior.

¡¿Como la orden ignoro algo así?!

El Lobo mostraba su hilera de afilados y blancos colmillos, listos para atacar. Su grueso pelaje estaba erizado. Y no perdía de vista su objetivo.

Kennya escucho el gruñido, y trato de incorporarse. Su visión era precaria. Era increíble el contraste entre esa enorme bestia negra y el manto blanco de la nieve.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora