LA INCOMPARABLE
Lady Laetitia Hester Ross es el diamante de la temporada. Dueña de una belleza sin par y de una dote que haría palidecer al tesoro del Sultan otomano, ha rechazado incontables propuestas de matrimonio, ya que a su juicio ninguno de...
- ¡Qué!.- bramó indignada, pero al ver la determinación en los ojos verdeazulados de su hermana, capituló.- Te lo concedo, pero esto no quedará así.- dijo resignada la benjamina de los Ross.
- ¿ Què no quedará así, Sabine?.- la voz habitualmente suave de Leto sonó como un graznido, levantando una ceja en señal de suspicacia.- ¿ Y que es eso del Jardín, Letty?
Ambas muchachas, sintiéndose pilladas en falta solo atinaron a negar con sus cabezas y decir al unísono:
- Nada Leto.
- Hmmmm... eso espero. Los hermanos deben amarse y comprenderse, apoyarse en la adversidad.- dijo con rictus prosaico la cuñada de las jóvenes damas.
- ¿ Lo dice quien metió un sapo en la cama de su hermano Alistair, Charlie querida?.- interrumpió una voz de barítono a espaldas de la morena duquesa.
- Existen excepciones querido. Bien sabes que Al tiene un alma negra y retorcida cuando se trata de mortificar a su adorable hermana pequeña.- y explicándose ante las chicas dijo.- Decapitó a mi colección de muñecas francesas. Eso merecía venganza.- dijo con saña.- En fin, si ustedes dicen que nada ha pasado, nada pasó. ¡Ahora, nos vamos!
- ¿ Dónde si puede saber?- interrogó Alex a su mujer.
- A gastar tu dinero, hermano mayor.- sonrió Sabe.- Nuestra bella hermanita necesita su ajuar para la temporada y yo, salir de estas cuatro paredes que me están agobiando.
- Enhorabuena entonces.- dijo el duque.- Pero aún cuando vistas un saco de patatas lucirás hermosa Letty, cualquier conde, marqués o duque caerá rendido ante tus pies.
- Cualquiera, menos un marqués.- dijo tajante la joven, sembrando el desconcierto en el rostro de los presentes, incluido el de Dickens el querido, eficiente y metomentodo mayordomo de los Ross, quien se quedó expectante.
- ¿ Y a que se debe eso?.- interrogó Alex a su hermana.
- A que casi todos los marqueses que conozco o he conocido, excepto el buen Cosgrove, han tenido una vida disipada. Tal vez suene a prejuicio pero tú querido hermano mayor, mientras fuiste el marqués de Rivers aterrorizaste a medio mundo con tus tropelías. Y que decir de Laughton, ¡ todas las actrices y coristas de Drury Lane han pasado por su lecho!
- Touché.- dijo Rissdsle, sonrojándose hasta las orejas.- Aún así una jovencita como tú no debiera conocer esos detalles de un caballero.
- Como pecas pagas Alex.- dijo su mujer mientras depositaba un casto beso en sus labios, para luego ordenarle.-: Cuida de nuestro Peter mientras vigilo a tus hermanas.- y luego a sus acompañantes.-Chicas, vamos que una apasionante mañana nos espera. Cuando terminemos pasaremos por Gunther, esta rara discusión me provocó antojo de mantecados.
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