La Maldición del Heredero (+18) (Completa)

· Prólogo | Mamá ·

I will make you queen of everything you see,

I'll put you on the map,

I'll cure you of disease. 

House of Gold (Twenty One Pilots)

El cielo se siente raro hoy. 

Mamá todavía no vino a cerrar las cortinas y la luna me hace cosquillas. Creo que es la nieve... ¡La luna entra por el cielo y por el piso también! Rebota en la nieve, se amontona en la ventana y parece que me caerá encima.

—¡Mamá! —llamo. Hace frío y no quiero levantarme a cerrar las cortinas.

Mamá tarda un rato en venir. Está calmando a mi hermana que llora.

Me levanto rápido, como un rayo. Tengo que pararme sobre la espalda de la cama para desatar el cordel. Cuando logro hacerlo, las cortinas caen con fuerza y tumban la lámpara y otras cosas que tenía en mi mesita.

Junto todo rápido y me meto en la cama. Hago esa cara que mamá dice que me sale tan bien: abro bien los ojos y hago de cuenta que no sé qué fue ese ruido.

Mamá se para en el marco de la puerta y me mira. Pone cara seria, pero sé que no está enojada. Puedo olerlo.

Antes de que me regañe por el ruido, me siento en la cama. Le pregunto por mi hermana.

—¿Por qué está triste?

—No está triste—dice mamá y viene a sentarse conmigo—. Sólo lloraba, está cansada.

—No, está triste—repito, pero mamá no me cree—. Puedo olerlo. Huele como cuando papá apagaba los cigarros en la nieve.

Mamá se ríe. No me cree todavía.

—¡Es cierto! —protesto—. Puedo saberlo porque ella es Alfa y yo también. Tú lo dijiste, los Alfas olemos más y mejor.

Mamá me acaricia las mejillas y eso me enoja un poco más. Pero luego habla y su voz me calma un poco: es suave y apastelada, y es como cuando las nubes tapan la luna.

—Tú y tu hermana serán Alfas, pero no lo son todavía. Son pequeños.

Me encojo de hombros. No debo decirle que se equivoca otra vez, porque me regañará. Quizá mi hermana no lo sea, pero yo sé que sí. Por eso la luna me aprieta, así.

—¿Qué pasa, bebé? —dice.

"Me duele adentro de las manos" debería decirle, pero no lo hago.

—¿Crees que seré un buen Alfa?—pregunto—. ¿O que la luna se enojará conmigo, como con el Rey del cuento?

—Del mito —dice mamá. Para mí es lo mismo—. La luna sólo se enfadará si eres malo. Si te comportas, como sé que lo harás, estará de tu lado.

Sé que intenta calmarme, pero sólo me preocupa un poco más. Es que la luna me amenaza, así de brillante.

—¿Y cómo sabré si me comporto? A veces me dices que algo está mal y se siente bien.

Mamá sonríe y otra vez me enojo. No sé por qué me enojo tanto, hoy.

—Puedes preguntarme cuando dudes si estás haciendo algo incorrecto—se ríe—. Pero no te preocupes, lo sabrás.