I MET A GINGER.

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No sé si verlo como algo bueno o no, pero el ser un gay bastante guapo que además soy el chico rudo y popular de la universidad hacia las cosas un poco divertidas, claro, en alguna que otra ocasión.

El que fuese gay no era un completo secreto, todos sabían sobre mis preferencias sexuales, nadie se metía conmigo o se burlaban porque era obvio que les iría muy mal, mis amigos son los machos del grupo bueno yo también lo soy, solo que no tan macho, bueno ya saben a que me refiero.

Durante la mitad de mi vida he salido con chicos y chicas, ambos solo para tener algo de diversión, nunca me he enamorado por completo. Y tal vez sea algo cliché, pero es verdad, nunca me he enamorado realmente de alguien, y la única vez que lo hice fue un total fracaso, termine en el hospital, lo peor de todo es que fue por una chica, su nombre es Hanna, honestamente ya ni recuerdo su apellido, pero por ella fue que me volví de esta manera, una mierda con todos, bueno solo con las personas con quien me llegaba acostar, con los demás era un amor de persona siempre y cuando no me llegasen a interesar más de lo debido.

Por el momento no quería relaciones serias. Bueno, ni ahora ni nunca.  

Exactamente a las ocho y media de la mañana fue que llegue tarde a clase, se suponía tenia clase a las ocho, pero como se podrán imaginar, ayer en la noche me fui de fiesta. Así que era obvio que no llegaría a tiempo, aunque también tenia un muy buen motivo.

Era simple. Una chica desnuda en mi cama. Esa era toda la explicación.

De hecho creo que a mis amigos y mucho menos a mi nos debería sorprender mucho, pues cada semana o mejor dicho, todos los días era lo mismo. Mi vida se basaba en cuatro bellas y hermosas cosas.

1-Alcohol.
2-Sexo.
3-Chicas.
4-Chicos.

Apenas entre al salón de clase fue que la profesora hizo que recibiera el súper sermón de la mañana. La maestra Historia siempre nos hablaba sobre la puntualidad, que era muy importante y todas esas mierdas que a mi no me interesaban en lo absoluto, yo solo quería llegar a mi lugar y sentarme. Pero antes de dejarme ir, dijo que esperaba que fuera la ultima vez que llegara tarde a su clase.

No se porque seguía diciéndome lo mismo, ya llevaba dos años con eso y ninguno de los dos veía algún tipo de cambio.

Camine hasta mi lugar ganándome uno que otro suspiro de las chicas, llegue donde mi amigo Jake, tome asiento de golpe y me recosté en el respaldo de la silla, mire de reojo a Jake, su mirada me estaba incomodando un poco, de echo él y Ashley eran los únicos que me regañaban por la vida loca que llevaba, aunque no lo entendía por parte de Ashley, él llevaba la misma vida que yo, o incluso mucho más loca, pero bueno lo dejaba pasar por completo.

-¿Ahora por qué llegas tarde Biersack? -Cuestionó en voz baja mi amigo. -Dame una buena excusa.

-No tengo ninguna, ya sabes.

-Andy debes cambiar. -Dijo en un susurro. -Esto no te llevará a nada. 

-Jake. -Gire mi cuerpo por completo para verlo. -Llevas diciéndome eso durante algunos años ¿Y ves algún tipo de cambio? -Levante una ceja. -Porque yo no, de hecho sigo siendo el mismo, créeme que eso no vaya a cambiar por nada del mundo, ya deberías ir superándolo.

-Solo te digo una cosa Andy, alguien va a llegar a tu vida, y cuando eso suceda, vas a cambiar hasta en lo más mínimo, eso te lo aseguro.

Vire los ojos algo fastidiado, cuando se ponía en ese plan era mejor no hacerle caso, porque se ponía tan malditamente irritante. Además de que no quise prestarle mucha atención a las palabras de mi amigo, digo ¿Quién podría hacerme cambiar? Han pasado años desde que soy así y ninguna persona a logrado hacerme ver el mundo y la vida de otra manera, si eso llegara a suceder ¡Que me parta un rayo entonces!

Forever Together [Andy Biersack x Alan Ashby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora