🌹Capítulo 17 Primera Parte🌹

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Mi madre venía rebosando de felicidad

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Mi madre venía rebosando de felicidad. Los días se habían pasado volando y mis padres estaban de vuelta.

La vi acercarse a mí con una hermosa sonrisa en sus labios, sus ojos brillaban de emoción, ella irradiaba, los viajes le asentaban muy bien. Mi padre también venía muy sereno, el viaje le había caído de maravilla.

Corrí abrazarlo tan pronto piso fuera del auto, con mis brazos lo apreté fuerte, lo besé varias veces en sus suaves mejillas.

—¡Que emoción que ya estén de vuelta! —le dije enterrando mi cara en su pecho. Él me apretujó y me besó en la cabeza.

—A mi también me da gusto ver a mi hermosa hija, ¿qué tal te la has pasado? —me sonrió y su sonrisa relajó mi corazón, pero en un segundo se sobresaltó.

Dios, todo lo que había vivido en estas tres semanas estaban de susto. En estas tres semanas me había entregado por completo a Max, me había vuelto.... ¿qué me había vuelto? ¿Su amante? ¿Su novia a escondidas? ¿Su deseo prohibido? ¿qué era? No lo sabía pero eso empezaba asustarme.

—Creó que bien —respondí sonriendo.

Volví a enterrar mi cara en su pecho, no quería que me viera, me sentía avergonzada. Me había vuelto una mala hija. Me había entregado a su hijo, el hombre al que él consideraba mi hermano.

— ¿Te sientes bien? —su rostro mostraba preocupación al verme tan agitada.

—Si padre, es solo que los extrañé mucho.

—Cómo va el trabajo en la empresa. Te gusta tomar fotografías.

—Me encanta, ayer tomamos fotografías de bebés, fue para una marca de ropa. Eran tan tiernos y hermosos.

—Sabes que espero el día en que me des unos lindos nietecitos —mi corazón volvió a saltar. Unos nietos de Max. Dios, qué cosas pensaba, no tenía ni qué imaginarme una vida con Max—. ¿Todavía sales con ese chico, el hijo de Joseph Farewell? —preguntó intrigado.

La verdad era que sí. Austin me había estado evitando desde que había vuelto de California. No era que lo hiciera a propósito, se había ido a un curso de pintura en Londres, solo lo daban una vez al año y era el sueño de todo pintor ya que sólo unos pocos calificaban, él había quedado entre los finalistas.

Le había deseado buena suerte al venirse a despedir de mí y no había podido terminar mi relación con él cuando iba a llenarse de felicidad. Cuando regresara hablaríamos pero por ahora no podía arruinar su humor.

Max estaba más que molesto, estaba fúrico. No me había dirigido la palabra y eso ya hacía dos días. Salía a la empresa sólo, y regresaba sólo, pero yo tampoco le rogaría, si quería estar enfadado que lo estuviera, yo no tenía el corazón tan cruel para terminar con Austin cuando él iba a llenarse de felicidad cumpliendo sus sueños y la realidad era que podría ser una maldita que sólo pensara en mí, pero no quería dejar ir a Austin, él me hacía sentir bien, de cierta forma. Tenía calma cuando estaba con él, todo lo contrario con Max, con él mis emociones se disparaban y no podía estar tranquila. Además no tenía nada seguro con él.

Amor Prohibido Where stories live. Discover now