Aura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Esa noche observó a Dimas partir, a su mejor amigo, la única persona que amaba.
Los años pasaron, Dimas no quiso volver a hablar con ella...
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You're gone, gone, gone away,
I watched you disappear
All that's left is a ghost of you
Now we're torn, torn, torn apart,
there's nothing we can do,
Just let me go, we'll meet again soon
Little Talks — Of Monsters and Men
☆★☆
En cualquier otro momento le habría contado a Sofía sobre el artículo de mi padre, mucho antes de meditar si era verdad o no; pero si hiciera eso me declararía oficialmente la persona más egoísta que respira sobre la tierra.
Recargo la espalda en la pared y observo a Cedric marcar los tiempos de la entrada golpeando ambas baquetas, segundos después empieza la música. Sofía está sentada a mi lado en el suelo con las piernas cruzadas y una tímida sonrisa en los labios mientras su mirada angelical sólo se concentra en el baterista.
He sobrevivido al domingo con evasivas que rayaron en lo grosero, pero mantuve a todos lejos. Dimas cree que es por lo que dije y en parte es verdad, pero no sólo eso. Es como si ese muro que comenzaba a resquebrajarse volviera a erigirse más alto y fuerte que nunca.
Dimas... En esas miradas fugaces que compartimos puedo notar que también guarda un par de secretos.
—Te estás adelantando, Mina —reprende Gabriel.
La morena lanza un sonoro bufido al detenerse y sostiene el instrumento con la barbilla.
—¿Seguro?
—Muy seguro.
—Bien, otra vez —pide ella.
Me gusta observarla tocando el violín, lo que debe ser el sentimiento más masoquista que he experimentado en mi vida, pero la chica es buena.
Cedric repite los tiempos con la banqueta y bajo la vista hasta las fotocopias que descansan sobre mi regazo, el poemario de Luna.
—¿Sigues con eso? —pregunta Sofía a mi oído para hacerse escuchar por arriba de la música.
Asiento con una sonrisa vaga y sin mirarla. No es suficiente mantener en secreto todo lo relacionado con el origen de mi nombre, sino que además le he mentido diciendo que encontré estas fotocopias en la biblioteca. Ya casi me he aprendido los poemas de memoria y en cada uno encuentro huellas de mi padre, ese hombre al que casi ni recuerdo.
A veces me pregunto si mi vida habría sido diferente con una figura paterna en ella y otras me odio por atreverme a pensar en eso luego de tener a mi madre haciendo lo mejor que pudo por nosotras.
