El rescate

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Sans abría lentamente los ojos, veía todo borroso y no lograba distinguir donde se encontraba, quizás era el laboratorio penso, estaba asustado, nada le era familiar, pero de un momento a otro logro distinguir la silueta de su hermano, eso lo tranquilizó, sintió como su mano rozaba su rostro, sonrío, se acurruco en la cálida cama con olor a fresa, su hermano estaba de buen humor o eso parecía, antes de quedarse dormido dio un último vistazo a su cuidador — un momento... ¿Desde cuando el jefe usa esa ropa, nunca se lo he visto... y sus guantes? Él jamás esta sin sus guantes —  abrió sus ojos de golpe, trato de levantarse pero su cuerpo le pesaba, se dio cuenta que tenía vendas por doquier, algo temeroso giró su vista hacía donde que, hasta ese momento creía sus hermano, aún sin creerlo vio a su cuidador — ¿Quién mierda eres tú?

Oh amigo, cuidado con esa boca— pronunció el esqueleto más alto llevando a su boca un frasco de miel.

¿QUIÉN ERES? — pronunció con más fuerza, no tenía tiempo para bromas, ese tipo definitivamente no era su hermano.

Me llamo Papyrus... pero amigo, tú puedes llamarme Paps, supongo que te llamas Sans ¿verdad?

La respuesta solo dejo más confundido al pequeño, cómo era posible que tuviera el mismo nombre que su hermano y que también supiera su nombre, cuando estaba a punto de hablar, se percató que alguien habría la puerta de la habitación.

Papy ¿Cómo esta nuestro invitado? Genial, veo que despertaste mi otro yo, realmente me diste un buen susto, ¡AFORTUNADAMENTE PARA TI, EL ASOMBROSO SANS ESTABA HAY PARA RESCATARTE!

la impresión fue demasiada para el herido Sans, sin fuerzas para procesar toda esa información se desmayó, asutando al pequeño esqueleto con ropas azules y celeste, que de inmediato corrio hacía la cama.

Calma bro, solo esta dormido, aún esta debil, creo...que debemos ser suaves con él o se romperá más — pronunció el de polera naranja mientras alzaba en sus brazos al pequeño antes que este salte sobre la cama.

Papy lo sé... es sólo que me preocupa, mi otro yo ha sufrido mucho — dijo con mucha tristeza, aferrandose al cuello de su hermano, algunas lagrimas brotaban de sus cuencas, opacando las estrellas que tenía como pupilas.

Hermanito, no te preocupes, dejémoslo descansar, más bien por que no le preparas tus tacos, de seguro despertara con mucha hambre.

Hermanito, no te preocupes, dejémoslo descansar, más bien por que no le preparas tus tacos, de seguro despertara con mucha hambre

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¿Tú crees que se recupere por completo Papy?

Con tus cuidados, claro que sí, eres el asombroso Sans, no hay nada que no puesdas lograr — esas palabras de ánimo alegraron intensamente al más pequeño que rápidamente (y para sorpresa de su hermano) le dio un tierno beso en su mejilla.

¡GRACIAS PAPY! — dicho esto se separo de su hermano de un salto, corriendo hacia la cocina para preparar la comida.

Papyrus... tienes que mantener la calma... es tú hermanito pequeño — se dijo a si mismo, como amaba a su hermano, tan inocente, tan puro, tan... tan... y con un último suspiro dejó sus pensamientos impuros, esta prohibido, no es debido, es inmoral, es tú hermano — se decia con más fuerza mientras salía de la habitación para darle el alcance a su hermano en la cocina.

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Nuevamente Sans despertaba, ahora con mejor visión examinó su entorno, estaba sólo en una habitación de color pastel, muy ordenado y limpio, parecía la habitación de un niño pequeño, la cama en forma de auto de carreras era muy cómoda, lo único que no encajaba en ese cuarto tan infantil era una bandera pirata.

¿Dónde carajo estoy?

Paps: ¿Qué te dije sobre esa boca? — Dijo el de polera naranja mientras entraba al cuarto, tenía en manos un plato de sopa recién hecho — me alegro que por fín despertaras, he estado con este plato casi una hora — continuo — ahora come un poco para que recuperes tus fuerzas.

Se miraron un rato hasta que el pequeño rompio el silencio.

¿Dónde... estoy?

Paps: Es mi casa, vivo con mi hermano pequeño — dijo sonrientemente mientras le alcanzaba el plato de zopa.

Eso no responde mi prefunta.

Paps: primero come, debés de reunir fuerzas para sanarte, por alguna razón nuestra magia no funciona bien en tí.

¿Papy, puedo entrar?

Paps: Pasa Sansy, ya desperto y tiene mejor semblante.

El hermano menor del más alto entro al cuarto, vestía un delantal rosa con lindos bordados y en sus manos llevaba un plato de tacos — perdón por lo de hace un rato, no quise asustarte, es solo que me alegró mucho que al fin despertaras, has estado inconsciente por dos días completos, me tenías muy preocupado — el pequeño se acercó a la cama, quedando junto a su hermano.

¿DOS DÍAS? ¿HE ESTADO AQUÍ DOS PUTOS DÍAS? ¡DIOS NO, MI JEFE ME VA HA  MATAR!

Paps: tú realmente quieres que me ponga serio contigo.

¡Papyrus! Está asustado — dejo los tacos junto a la lampara al igual que la sopa y subio a la cama para estar más cerca de su asustada versión alternativa — no temas, aquí nadie te dañara.

¡NO, TÚ NO ENTIENDES! — no era miedo lo que Sans sentía, sino preocupación por su hermano, lo había dejado solo por dos días, temía lo peor, sin perder el tiempo se destapó y cuando estaba a punto salir de la cama fue detenido por el mas grande.

Paps: Creo que tú aún no entiendes cuando se te habla bonito ¿O piensas qué llegarás lejos con esa pierna?

Blueberry: escucha con cuidado, tu pierna esta totalmente rota, las vendas es lo único que mantiene el hueso junto, no hemos podido curarte con nuestra magia, por eso debes descansar para recuperarte.

Sans escuchaba incrédulo, lo último que recordaba era el fuerte golpe que recibió en la cabeza de un ataque de su hermano, lo siguiente que recuerda es estar en ese infantil cuarto, miró su pierna, paso su mano por su fémur y sintió un dolor horrible, además de que no podia mover su pié, realmente estaba muy mal, así nunca podría salir de ese cuarto, resignado se quedó quieto.

Paps: muy bien amiguito, ahora que ya todo está aclarado, toma, es una sopa muy rica, te ayudara.

Sans coge el plato de sopa y procede a comer sin mencionar palabra alguna, la tristeza lo invadía por no poder regresar con su hermano.

Paps: y ahora ¿Cómo debemos llamarte? Como sabes mi hermano tambien se llama sans, así que.... mmmmm, que difícil.

Blurberry: ¿Qué tal Red? Ya sabes, por sus ojos ¿Qué piensas, está bien para tí?

Red: como quieras, me da igual

Blueberry: genial, como sabes mi nombre es Sans pero todo el mundo me llama Blueberry, así que puedes llamarme así... si quieres.

Paps: ¿Red eh? Si definitivamente eso puede funcionar.

Blueberry: bien, te dejaremos comer tranquilo, te explicaré todo luego, así que no te preocupes — dicho esto el pequeño esqueleto se bajó de la cama dirigiéndose a la puerta, seguido pocos minutos después por su hermano.

Otra vez sólo en la habitación, Sans comía su plato de sopa, con mas preguntas que respuestas, unas lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos — Jefe — pronunció en voz baja con mucha angustia.

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