Capítulo X

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Me fuí a "mi habitación" y me recosté pensando en las ocurrencias de Mingus.

Creyó que tal vez podría ser la novia de Norman, solté una risa. Era obvio que eso jamas ocurriría, al menos mientras estuviera bien de la cabeza.

Vacié mi mente y me dispuse a dormir. Lo intenté pero no pude conseguirlo, algo me lo impedía.

Quizas porque no era un lugar donde acostumbraba pasar una noche. Fuera lo que fuera tenía que resolverlo.

Iba a quedarme allí casi una semana pero mis actividades no cambiaban, tenía que descansar bien si quería obtener un bien rendimiento en los entrenamientos de fútbol.

Dí vueltas una y otra vez probando distintas posiciones sin poder conciliar el sueño.

Me levanté rendida y me dirigí a la cocina por un vaso de agua. Al llegar, me detube observando al jóven clon de Norman.

- ¿Tu tampoco puedes dormir?- El chico se sobresaltó al escucharme.- Lo siento, no quería asustarte.

- No importa.- rió y se acercó- Si, no puedo dormir.

Me tendió el vaso que sostenía entre sus manos y lo tomé. Lo bebí de un trago.

- Gracias.- sonreí devolviéndole el vaso.

- ¿Te parece si nos hacemos compañía el uno al otro?- asentí y me condujo a su habitación.

Se acostó a un lado y yo en el otro. Posó un brazo en mi cintura atrayéndome hacia él.

Estábamos frente a frente, podía sentir su respiración mezclarse con la mia. Cerré mis ojos y al fín pude conciliar el sueño.

A la mañana siguiente, desperté sobre el torso de Mingus. Sigilosamente, me puse de pié y volví a mi habitación.

Revisé la hora y comencé a vestirme para ir a la universidad. Me adentré en el baño e hice todo lo que debía hacer, después fui a la cocina.

Norman ya estaba allí preparando el desayuno. Podría haberme sentado a esperar, pero decidí ofrecerle mi ayuda al chef, el que negó.

- Espero que te guste.- Aparté mi vista del aparato y la fijé en el mayor de los Reedus, quien colocaba un plato lleno de pancakes frente a mí.

Sonreí tratando de ser agradecida y recibí un beso en la mejilla de su parte. Lo miré con cara de pocos amigos, pero este ya se había dado la vuelta.

Al pié de la escalera logré divisar a aquel rubio con el que dormí en la noche. Bostezó pasando una mano por su rostro y se situó a mi lado.

- ¿Durmieron bien?- Su padre se acercó y dejó los pancakes de su hijo en la mesa.

- Dormí exelente.- su mirada se posaba en mí de manera cómplice y reí.

- ¿Hay algo que me están ocultando?- El castaño entrecerró sus párpados.

- No, todo está de maravilla.- Tomó mi mano y la apretó levemente.

- Por alguna extraña razón no te creo del todo.- Dijo en la misma posición.

- Tranquilo, Norm.- Tomé la palabra.- Si te enojas, te saldrán canas.

- ¿Crees que no tiene?- ambos estallamos en carcajadas.- Se tiñe más seguido que mi madre.

- Estás castigado.

Mingus hizo una mueca de disgusto dejando las risas y centrándose en su desayuno

- Norman, cálmate. Solo fue una broma.- dejé de reír también.

Bufó y se retiró a su cuarto. Quedamos solos desayunamos en silencio.

-Norman Reedus -Perdona ¿quién? / #PTWDNR2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora