Público: CAPÍTULO 12 (Parte 2)- CUANDO LA ESPERA MERECE LA PENA

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Wattpad me cambió este cap a privado, espero que esta vez no suceda y todos (sean seguidores o no) puedan leerlo. 

Capítulo extra largo como disculpa por la tardanza ;)

Pasaron dos horas. Tres. Después fueron cuatro y solo se veía a Adam en el bosque llorando con Dean en sus brazos. Sus heridas estaban curadas y sus ojos seguían cerrados.

De un momento a otro comenzó a murmurar cosas inentendibles y a moverse muy ligeramente, tenía espasmos.

- Dean, Dean no te me vayas, quédate- dijo lentamente apretándolo contra su pecho mientras su rostro helado se empapaba en lágrimas- Escúchame y no te mueras, por favor- dijo mientras la angustia trastocaba el tono de sus palabras. Se acercó a su oreja y habló con leves susurros- Te mentí. Cuando bebí tu sangre si que sentí algo, de hecho comencé a sentir cosas por ti mucho antes de eso. Te amo, por favor no me dejes. He sido un cobarde por no decírtelo pero por favor, te necesito. Daría mi vida por la tuya...- Dean solo siguió removiéndose y gimoteando como un animalito herido.

Escuchaba todo lo que Adam decía, todo. Por eso empezó a llorar, eran lágrimas de felicidad, pero no podía decírselo, estaba tan débil que no tenía fuerzas ni para abrir la boca.

- Ad-Adam...- musitó. El otro dio un bote y lo abrazó, aplastándolo al ver que había recobrado el sentido. Y las lágrimas de ambos fueron de alegría esta vez- es...toy debil...- Adam le entendio y le dio un tierno beso para callarlo.

- De acuerdo, iremos a un hotel por un tiempo para ocultarnos. Tu ahora descansa, no te preocupes.-Lo besó otra vez, consiguiendo que el menor asintiese levemente y se relajase en sus brazos.

Dean solo cerró sus ojos, los párpados parecían estar hechos de plomo, pesaban tanto que apenas podía mantenerlos abiertos, además, llevaba noches, mejor dicho días, sin pegar ojo pensando en Adam y ahora que él se había declarado se sentía fatigado y dolorido, como si le hubiesen quitado de la espalda una pesada mochila y ahora solo necesitase descansar ante ese alivio.

Adam recordó el hotel, situado algo a la afueras del pueblo pero lo suficientemente cerca, en el que pasó los primeros días al llegar ahí. Justo donde todo había comenzado con mal pie.

No era la mejor o más segura opción, pero tampoco conocía más lugares y el tiempo se le escapaba entre los dedos como la arena de un reloj.

Dean despertó de golpe y sintió un peso sobre sus piernas. Con los ojos cerrados palpó a su alrededor tocando una suave y caliente manta que lo cubría e impedía que pasase frío, quizás por ello estuviera sudando. Una blanda almohada era el lecho de sus cabellos desordenado y cuando se sintió más animado y menos desorientado, abrió los ojos viendo sobre su regazo una bandeja llena de comida.

Se frotó los ojos ante esa visión borrosa y se extrañó por las sábanas rojas y las paredes color crema ¿Donde estaba? ¿Qué leches había pasado? Ni recordaba ni que mierdas era lo único que recordaba y, sin cuestionarse nada pues la cabeza le dolía horriblemente, comenzó a comer de esa sabrosa comida.

No sabía qué día era, donde estaba, porque o quien le había dado comida ni el motivo de que sintiese tan jodidamente débil.

Jadeó intensamente y su cuerpo se estremeció cuando los recuerdos le golpearon como una balde de agua helada que lo dejó congelado en su sitio. Lo recordó todo, absolutamente todo.

El dolor físico y emocional de ser casi asesinado por su mejor amigo volvió, haciéndole derramar algunas lágrimas de entre lástima, autocompasión y rabia. Si pudiera tomaría el plato en el que le habían servido una macedonia y se lo partiría a Reine en la cabeza.

Inaceptable (gay) [En Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora