19 + aviso.

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Annabeth.

Semanas después del escape, tuvimos un funeral en el campamento.

Supe ese día que Charles Beckenford se había sacrificado para salvarnos a Daniel, Nico y a mí. Él había puesto los detonantes en el monte para la explosión; lamentablemente, no logró salir a tiempo.

Silena llora desconsoladamente. Está destruida; no sabe qué hará sin él. Clarisse la está ayudando en lo que puede. Ella tampoco está muy bien. Sostuvo el cielo por más de una semana, eso agotaría a cualquiera.

Ahora, ella y yo compartimos un mechón de cabello blanco. Supongo que Percy también lo tiene.

Quirón dice unas palabras hacia Charles mientras todos estamos callados. Algunos, incluyéndome, lloramos. No lo conocía del todo, pero era una buena persona. Sin dudas no merecía morir.

El campamento está de luto. Nadie sonríe y la mayoría de las actividades se han cancelado.

Cuando el funeral termina, me alejo lentamente hasta el lago y me arrodillo frente al agua. Ya allí, saco la rosa que había conseguido del funeral de Charles y la dejo en el agua.

Aprieto los labios al recordar que Percy murió intentando protegerme. Sin duda, fue un acto benevolente de su parte, pero no creo que alguien en el campamento quiera hacer esto conmigo.

-¿Annabeth? -pregunta alguien a mis espaldas.

Me volteo y veo a la persona que nunca esperé ver en este momento.

-Nico -digo. Me levanto rápidamente y cambio mi expresión a una de felicidad-. ¿Qué sucede?

-Ya es hora del almuerzo -anunció-. No llegaste y... No sé; me pareció raro.

Seguía usando su chaqueta de aviador y su espada aún colgaba de su cintura. Sus ojos seguían igual de hundidos que siempre.

-¿Qué hacías aquí? -preguntó el hijo de Hades.

-Em... Yo...

No quería decirle lo de Percy. Me diría que él era un traidor y que no tenía que llorar su muerte.

Pero sí tenía. Lo quería, corrección, lo quiero y aprecio muchísimo para no hacer esto.

-Yo estaba... -comienzo a decir-. Despidiendo a Percy. Eso estaba haciendo -dije con un suspiro.

No hubo ni una mueca de desagrado en su rostro. Él simplemente sonrió.

-Lo supuse -dijo riendo. Se acercó hasta donde yo estaba con las manos en los bolsillos-. ¿Lo quieres mucho, no?

La pregunta me toma por sorpresa.

-Sí, lo quiero -respondo. Comienzo a juguetear con mi cabello.

-Creo que un "lo quiero" -hace comillas con los dedos- no basta para describir lo que sientes por él.

Enrrojecí.

-¿Qué? ¿Por qué dices eso? -pregunté, nerviosa.

Se volteó a verme. Sus ojos negros y oscuros me miraron fijamente.

-Annabeth, no necesito que me digas con palabras lo que sientes por él; es más que obvio y ya lo sé. Quería pedirte que me lo dijeras para contarte algo con respecto a él... Pero si no quieres...

Se volteó y comenzó a caminar. Lo tomé por el brazo.

-Dímelo -lo obligué.

Él sonrió.

-Percy no ha muerto -declaró.

-Nico, es imposible -negué con la cabeza-. Vimos cómo el monte explotaba. Murió.

-¡Que no murió! Annabeth, ¡yo puedo sentir las muertes! Si Perseo se hubiera muerto, lo hubiera sentido.

Parpadee varias veces.

-No, no es broma -levantó su mano-. Es en serio. Percy está vivo.

Mi corazón saltó dentro de mi pecho. Sonreí y abracé a Nico. Pronto, estaba llorando de la felicidad.

-¡Gracias, gracias! -grité.

-Ya, ya, que me dejas sordo -contestó Di Angelo.

Lo volví a abrazar. Él, extrañamente, correspondió al abrazo.

Creo que siempre estaré agradecida con el hijo de Hades por ese momento.

HOLAAAAAAAAAA.

un avisito pambisito: subí un libro llamado The Batteships Files. Ahí va a haber expedientes, one shots y spins off de ésta historia. Pásense porque ahí daré anuncios y datos exclusivos 7u7r

BATTLESHIPS ; PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora