IDENTIFICANDO NUESTROS MIEDOS

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"Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino al amor y a la vida. El miedo con todo su poder, no puede vencer ni detener a la muerte, pero sí puede detener el flujo de la vida que nos conduce a la paz interior".


El mar, que es manso y transparente, también puede arremeter con toda su potencia y representar un serio peligro para quienes están a su alrededor. Así es el miedo; nos ayuda a percibir todo tipo de peligros, desde los más leves hasta los más turbulentos y destructivos, para salvar nuestras vidas, pero también nos puede paralizar, nublar la razón y el entendimiento, haciéndonos vivir una vida miserable y en algunos casos extremos, llevarnos a la muerte.

¿Alguna vez has sentido miedo de perder a la persona que amas? Alguna vez, por miedo a perder a esa persona, ¿has hecho cosas en contra de tu corazón? ¿Alguna vez has sentido que te quedas paralizado ante una situación que no esperabas? ¿Alguna vez tuviste mucha tensión y miedo de que algo malo iba a suceder y transcurrido el tiempo te diste cuenta que nada pasó?

El miedo es una emoción básica, generada espontáneamente para poder sobrevivir ante un peligro inminente. El miedo activa la circulación de la sangre, los músculos más grandes se fortalecen y tu cuerpo reacciona para que puedas escapar de una situación que puede afectarte. El miedo visto así es útil y necesario en nuestras vidas. El problema surge cuando tu mente, con todas las ideas preconcebidas, creencias y las experiencias del pasado, entra en contacto con esa emoción, haciendo que se transforme en un miedo irracional o en un falso temor que puede paralizar, nublar el entendimiento y llevar a actuar sin razón. En ese momento, se crean las fobias y los pánicos infundados.

Tenemos la falsa creencia de que el amor y el odio son opuestos, cuando en realidad son todo lo contrario. En este momento, tú puedes estar amando a una persona y, de repente, ella te menosprecia, rechaza o hace algo que consideras una ofensa; inmediatamente, puedes transformar lo que sentías en odio. Pero si esa persona te da una excusa, te abraza y muestra un verdadero arrepentimiento, fácilmente vuelves a amarla. Es decir, que el amor y el odio son la misma energía, se complementan y transforman continuamente.

Lo que es diametralmente opuesto al amor es el miedo. Nunca pueden compartir juntos el mismo espacio, como lo hacen el amor y el odio. Durante toda la vida, nos han dicho que para amar realmente debemos tener a nuestro lado y poseer a la persona amada, cuando en realidad lo que esto nos causa es un sufrimiento, debido al miedo de perder a esa persona. Esto lo (lamamos apego. Por tal razón, el alimento predilecto del apego es el miedo. Entre más te aferres al miedo, más se debilitará el amor. Esto nos muestra que inconscientemente estamos basando nuestras relaciones afectivas en el miedo y el apego, en lugar de hacerlo en el amor. El amor nutre la relación y te da el poder de disfrutar y experimentar la vida de múltiples maneras, mientras que el miedo te paraliza y te incapacita para experimentar una vida tranquila y serena.

Nos han enseñado a buscar el amor y la felicidad en cosas externas, superficiales y pasajeras, y cuando sentimos que esas cosas se nos van y no podemos tenerlas, le damos la oportunidad al apego de que sea nuestro verdugo, nos maltrate y deteriore nuestra vida. En ese momento, el miedo se apodera de nosotros, ya que creemos que no podemos ser felices sin esas cosas. Por tanto, si enfrentamos nuestros miedos y las eliminamos, destruiremos las raíces de las cuales se nutre y se fortalece el apego. Cuando esto sucede, disfrutamos el amor desde el verdadero estado de consciencia.

Nuestras vidas están llenas de miedos camuflados sutilmente en nuestra inconsciencia. Para poder trabajar a fondo nuestros miedos y llegar a liberarlos, primero debemos identificar los miedos más frecuentes que sentimos.

¿Cuáles son los miedos que sentimos cuando tenemos una relación afectiva en la cual hemos depositado nuestra felicidad? Miedo a la soledad, a perder a la persona amada, a perder la comodidad.

Te Amo Pero Soy Feliz Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora