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Nota: hice algunas pequeñas alteraciones en mi historia, no tienen que volver a leer, es solo para la lectura ser más agradable, de nuevo, pido perdón por mis errores, español es mi tercera lengua.

Hola! Este one-shot fue inspirado en la imagen arriba.

Espero que les guste!

Con la ayuda de RaquelTaisho!

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El tiempo pasa muy rápido, hace a algunos meses que decidí viajar con Sesshomaru todo debido a Rin, quien siempre segue ciegamente a su amo.

Durante mis viajes con Inuyasha me encontraba muchas veces con la pequeña Rin y esta me pedía siempre que me quedase, tal vez ella extrañe alguien igual a ella a su lado, mi respuesta todas las veces era lamisma, que no podía, el yōkai no aceptaría otra humana y yo tenía un trabajo. Hasta que un día, sin aviso, fue el proprio Sesshomaru que me pedió, y sin pensar en el asunto o en las consecuencias, solo por mi estúpido impulso, yo acepté. 

Él siempre se comportaba diferente conmigo, era cuidadoso, cariñoso, a pesar de siempre llamarme: "Miko".

Seguiamos una pista para encontrar a Naraku, cuando un yōkai que tenía una armadura de la cabieza a los pies, que decía ser uno de los sirvientes de Sesshomaru, interrompió nuestra viaje y le informó que él tenía que regresar a su castillo. Sesshomaru no cuestionó, para mi gran sorpresa, ya que el yōkai no obedece a nadie, solo él da oredenes. Y siguió a su sirviente, sin embargo yo iba a cuestionarle donde nosotros iríamos y que haríamos con Naraku, pero él se adelantó.

- Vamos Miko, te voy a necesitar. - ordenó como de costumbre, y después bajo su voz para que solo yo pudiese escuchar sus próximas palabras. - Te recompensaré, te lo prometo.

Mi corazón se aceleró, intenté rapidamente me tranquilizar para que nadie se diera cuenta, y sin dudar, de nuevo, lo seguí.

Demoramos apenas algunas horas a llegar a su castillo, nadie se atrevió a preguntar a su amo quien eran las dos humanas que lo acompañaban. Rapidamente me instalaran en un lujoso cuarto cerca de los de Sesshomaru y Rin. Todas las criadas me trataban bien, tal vez por miedo a su amo pensé al inicio, pero después descubri  que solamente me trataban bien porque Sesshomaru les ordenó que así fuese, y todos lo saben que lo que él dice es ley en sus tierras.

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Un día, en medio de los tantos que me quedé en lo castillo del Oeste, cuando caminaba por él castillo, vi Sesshomaru apoyado en la pared, se veía desgastado, lo que no era común, ya que él nunca demostraba sus debilidades para los demás. Preocupada me aproximé de él.

- ¿Qué te pasa Sesshomaru? - pergunté suavemente.

Él me miró fijamente y me sonrió, lo que me dio escalofríos, pues cuando él sonríe normalmente no es por algo bueno.

- Estoy cansado, necesito de algo para recargar mis energías. - me contestó con una voz quebrada.

- ¿Que necesitas? - cuestioné rapidamente, lista para empezar a correr detrás de lo que el yōkai necesitase. - Lo voy buscar de inmediato...

- No es necesario, ya lo tengo en frente. - se aproximó de mi a una velocidad sobrenatural, lo que me siempre me dejaba asombrada y por consecuencia mobilizada, y me apegó a su cuerpo para besarme. No fue un beso dulce como en los libros, sino uno beso lleno de deseo, tipico de los amantes de las grandes historias de amor de almas gemelas. Sus manos se apegaran a mi cuerpo, como si ya fuese normal, su lengua desafiaba la mía, no pensé que podía sentir tal cosa...pero terminó cuando él quebró lo beso-. Ahora ya estoy mejor.

El presente para SesshomaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora