Peticiones, besos y éxtasis

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Un gemido escapó de la boca de Jiyong ante la incómoda sensación de la teletransportación. –¡Seunghyun, sabes que odio eso!

–Lo sé, pero es mucho más rápido que caminar. Jiyong, te traigo ganas y caminar en estos casos es pérdida de tiempo y una tortura para mi pene.

El incubo se sonrojó intensamente –. Sí, supongo

Cuando recordó lo mucho que le había costado llegar al bosque desde el dormitorio del rey, no podía discutírselo. Seunghyun lo bajó al suelo y comenzó a desvestirlo tomándose su tiempo al retirar cada prenda.

–¿Ya estamos en el baño? –pensó que habían regresado al dormitorio, pero en realidad estaban en el cuarto de baño, el cual era gigante, tenía un espacioso vestidor y un cómodo sofá.

–No tenía caso hacer desvíos, Yongie...

–Supongo que tienes razón.

Seunghyun sonrió mientras desnudaba a Jiyong–, solo te he dado este tipo de servicio.

–Pero pareces disfrutarlo tanto –musitó el incubo.

–Porque es divertido.

Era verdad, Seunghyun siempre había pasado un buen tiempo quitándole la ropa a Jiyong. Algunas veces era tan paciente que acariciaba cada porción de piel que iba quedando al descubierto. En estos momentos se encontraba besando su pecho desnudo y sus manos se deslizaban dentro de los pantalones.

Jiyong gimió al sentir las manos del rey apretar sus glúteos con algo de fuerza.

–Te traeré algunas ropas negras la próxima vez, hará que tu hermosa piel blanca resalte o tal vez un azul o un rojo –, decía mientras sus manos continuaban estrujando el trasero del incubo.

–Ya ah... tengo demasiada ropa

–Todas son blancas –murmuró contra su cuello –te traeré de otros colores, será más divertido desnudarte –el aliento caliente chocó contra la sensible piel del incubo y dio un suave beso en aquella zona.

Jiyong no sabía si podría mantener el ritmo. Era verdad que ya se había acostumbrado a tener relaciones, pero algunas veces se sentía extraño al hacerlo.

Finalmente Seunghyun terminó de desvestirlo y lo llevó hacia la habitación contigua, la cual tenía una tina gigante. Era realmente bella y Jiyong estaba bastante encariñado con ella. Era enorme y lujosa, como las que ves en un hotel de cinco estrellas. Pétalos de flores flotaban en el agua, la fragancia estimulaba los sentidos del incubo.

Se miraron fijamente una vez estuvieron dentro de la tina, Jiyong se encontraba sentado sobre el regazo de Seunghyun. Incapaz de controlar su aumento de temperatura corporal, correspondió el beso del rey sin dudar un segundo, enredando sus brazos con rapidez en el cuello del demonio, el cual por reflejo le abrazó de la cintura y pegaba más su cuerpo.

Se besaron una y otra vez, el uno al otro exploraba el cuerpo del contrario, se tocaron el pecho. Los pezones de Jiyong estaban tan duros debido a la estimulación que el rey demonio ejercía en ellos con sus dedos y boca.

Seunghyun le había enseñado que su cuerpo entero era una zona erógena. Cada vez que esos dedos lo tocaban, el placer se apoderaba de su cuerpo.

El demonio se acercó, acarició la apretada entrada del menor y le penetró con un dedo. Jiyong lo aceptó felizmente, liberando un gemido lleno de placer. No se resistió ni un poco, sabía cuánto placer le daba al tener los dedos en su interior.; incluso cuando introdujo dos dedos todo lo que hizo fue gemir de placer. Aunque Seunghyun ni siquiera se había molestado en tocar su pene, este ya se encontraba completamente erecto.

Mientras era embestido con los dedos de una manera más profunda, los dedos acariciaban sus paredes internas, las caderas de Jiyong se presionaron contra su duro miembro. Quería correrse. Quería que Seunghyun se introdujera en él.

Los cuerpos de los íncubos eran débiles con el placer.

–Seung... –pronunció su nombre, incapaz de seguir aguantando un minuto más.

–¿Qué sucede?

–Por favor aahh... apresúrate por favor –repetía una y otra vez, casi suplicando. Quería correrse tanto que no podía soportarlo.

–¿Me deseas?

–Sí –Jiyong respiró y Seunghyun lo besó con tanta necesidad.

El besarse por un buen tiempo provocó que el incubo se retorciera del placer, Seunghyun lamió su lóbulo y dijo –Dime que me amas.

–Te amo, te amo tanto Seunghyun... –Jadeo Jiyong.

–¿Estás seguro?

–Sí, sí. Te amo tanto, te amo demasiado –en la pasión del momento, podía expresarse con toda honestidad. No trato de pensar en nada más.

Seunghyun asintió. Satisfecho por su respuesta y luego le sonrió. –La próxima vez te obligaré a decirlo cuando no estés en éxtasis. –Dijo mientras torturaba el cuello de Jiyong con sus labios.

La sensación de los dientes de Seunghyun enterrándose en su cuello hizo que su cuerpo se tensara, luego Seunghyun lo lamió y el dolor desapareció.

–Aah Seunghyun–Jiyong gimió. –Te amo, por favor apresúrate –Gritó y se aferró a Seunghyun.

Seunghyun sacó sus dedos y lo penetró con toda su longitud en un único movimiento. En el momento en que se introdujo en él, Jiyong se tensó y se corrió. –Maldición... eres un incubo tan adorable –esperó un momento a que Jiyong se relajara y comenzó a mover sus caderas.

–Espera –dijo Jiyong, pero luego cambió de opinión. –No, no, más, dame más –Sus gemidos de éxtasis resonaban por todo el baño.

El agua de la tina se balanceaba, haciendo que cayera un poco al piso y disminuyera su cantidad, esto a ambos no les interesaba, les importaba la intensidad del momento. Jiyong se aferró al cuello de Seunghyun y sus agudos gemidos se liberaban cerca del oído del demonio. El cuerpo del incubo se estaba tornando de color rojo debido al inmenso placer que estaba sintiendo. Su miembro hacía rato se había vuelto a endurecer y la fricción contra el abdomen de Seunghyun le brindaba latigazos de placer.

Esta vez Jiyong se estaba entregando en cuerpo y alma al rey demonio egoísta y de mente cerrada. Las embestidas eran rudas y certeras contra el dulce punto del incubo, el cual no dejaba de gemir y de contraerse ante cada nueva embestida. No iba a resistir más y eso Seunghyun lo sabía.

El demonio volvió a unir sus labios con los ajenos, iniciando un nuevo beso que debido a la intensidad, accidentalmente chocaban sus dientes. El sabor metálico que se mezclaba con la saliva encendía más aun el deseo y la lujuria del demonio haciendo que el ritmo de sus penetraciones fuera frenético, el cuerpo de Jiyong subía y bajaba, enterrándose cada vez más la dureza de Seung Hyun hasta que el momento culminante llegó. Ambos soltaron su semilla, Seunghyun dentro del incubo y Jiyong por segunda vez en el abdomen del rey.

Jiyong estaba agotado por todas aquellas emociones que habían acontecido en el día, que cayó rendido en los brazos del rey. Seunghyun lo abrazó protectoramente y sonrió quedándose un momento más en la tina. Sintiéndose lleno de vida, por ambos corazones que latían agitados, latían como uno solo.

Sintiéndose uno con Jiyong.

***
Olvidé publicarlo antes xD♡
Gracias por leer♡
Chuuuus♡
Y vayan a darle amor a dolce desiderio >:C

The selfish demon king [GTOP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora