Capítulo 6

8.1K 421 2
                                    

⸾ UNA SEMANA DESPUÉS


"Lo siento. No debí hacerlo."


-Dios, no. No, no, no y no...

-¿Qué pasa, mamá?

-Nada, pequeño. Sigue durmiendo... -Murmuré atrayéndolo hacia mi pecho no queriendo soltarlo jamás.

-¡Pero si ya es de día! –Gritó removiéndose para que lo dejara.

-¿Tan pronto ya? –Aduras penas, miré a la ventana por la que ya comenzaban a colarse algunos rayos de sol.

-¡Sí! ¡Y quiero desayunar!

-Ve y díselo a Scott.

-¡Scott aún no ha subido! –Lo miré un tanto seria para que entendiera que aún era muy temprano para que estuviera dando esos gritos.

-Entonces espérame en la cocina hasta que salga o hasta que Scott suba.

-¡De acuerdo! –Se bajó de la cama rápidamente para salir de la habitación dejándome a solas.

¿Por qué diablos aún seguía soñando con un beso que no había tenido ni pies ni cabeza para ninguno de los dos? Vale, quizás para mí un poco más que para él, pero había sido un completo error igualmente...

-¡Aag! –Me quejé dando un golpe sobre el colchón frustrada.

-¿Qué le pasa a mi bella dama?

-¡Scott! –Grité sentándome de repente. –Me asustaste.

-Lo siento, creí que me habías oído llegar. –Negué con la cabeza antes de salir de la cama. Que frío hacía de repente.

-Dime que le serviste el desayuno a ese niño, por favor.

-Sí. Cereales y leche.

-Gracias. –Me abroché la chaqueta aún sin quitarme el pijama para salir de la habitación.

-¿Café?

-Bien fuerte, por favor. –Me senté al lado de Noah para ver como derramaba toda la leche por fuera a causa de estar jugando con la cuchara. –¡Noah, por Dios! Ten más cuidado.

-Lo siento...

-Sí, sí. Lo sientes, pero mírate ahora la ropa y toda la mesa. –Agachó la cabeza para mirarse el pijama de lanita blanco.

-Fue sin querer, mami... –Resoplé levantándome hacia las servilletas para poder limpiar todo.

-Tampoco es para tanto, Alanna...

-Porque tú no eres el que lava la ropa o limpia la casa. –Gruñí soltando las servilletas sobre la mesa.

-¿Qué te pasa hoy? –Preguntó mirándome con los brazos cruzados.

-¿A mí? Nada. –Respondí frunciendo el ceño. –¿Por qué debería pasarme algo?

-Porque estás de mal humor. No sueles tratar nunca así a Noah. –Miré al susodicho que evitaba mi mirada a toda posta. De acuerdo, quizás me había pasado un poco, pero seguía pensando que tenía algo de razón en comportarme así.

-Ve a ducharte, Noah. Y echa ese pijama a lavar, por favor.

-Vale... –Murmuró bajándose de la butaca para ir hacia el baño.

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora