The tide belongs to the moon
and I belong to you.
Moon (Kaiser Chiefs)
No es que a Harry le desagradara pasar tiempo con sus betas. Los había extrañado tanto como ellos a él y sabía de antemano que tendría que pasearse por el salón los primeros días, para asegurarse de estar allí cuando alguno de ellos casualmente buscara recuperar el olor gastado luego de semanas sin verse. Pero es que ya era la cuarta noche que pasaban en Atalanta y Harry estaba cansado después de un largo día.
Además, tenía a Louis en su regazo oliendo a Luna y a sudor y a hombre y a un montón de cosas maravillosas... Tenía todo eso y la certeza de que cuando estuvieran en la alcoba Louis se dejaría follar bonito (¡con condón! no querían volver a lidiar con las miradas sabihondas de terceros como había sucedido en Inglaterra, mucho menos estando en la Universidad). Tenía esas certezas y sin embargo sus betas seguían reteniéndolo con las más tontas excusas, arrimados en puffs junto a él y Louis como si fueran a escaparse si les dejaban lugar para estirar las piernas.
Las únicas betas decentes eran Jesse y Lily, que estaban demasiado ocupadas "siendo amigas y para nada besuqueándose" en su cuarto del primer piso. Hasta Niall, que conocía a Harry como a la palma de su mano, hacía de cuenta como no notaba lo mucho que quería que todos se fueran a acostar, así podía hacer lo mismo sin sentirse culpable.
Louis estaba sentado en su regazo acariciando los rizos detrás de su nuca y sonriendo mientras Oliver le contaba detalles de cuando solía salir con Gemma. Harry alternaba pensar en excusas para llevar a Louis al dormitorio con escuchar anécdotas cargadas de nostalgia. Ambas cosas eran dolorosas: la primera le apretaba los pantalones y la segunda el pecho.
Gemma y Oliver no habían cortado porque las cosas entre ellos fueran malas, aunque su hermana insistía en que eran más amigos que pareja, hacia el final; habían cortado porque a ella le paralizaba de miedo la idea de ser líder de una Manada, y la única cosa que podía hacer para que su padre le perdonara esa decisión era ayudar a la dinastía convirtiéndose en la omega de otro Alfa.
Intentaba distraerse de eso porque volvía su cabeza un revoltijo de ideas y todo giraba tan rápido e incomprensible que casi sentía náuseas. Cuando empezaba a molestarle demasiado, hundía la nariz en el cuello de Louis y se dejaba calmar por su perfume, reiniciando un círculo vicioso de: pensamientos inapropiados, semi-erección, distraerse con conversación casual, angustia, búsqueda de consuelo, olor de Louis, pensamientos inapropiados, etc.
Gracias a las nuevas pastillas, Louis olía a Louis sólo cuando Harry lograba atravesar el olor acaramelado de su piel y la sal de su sudor y un montón de otros olores propios de los hombres que Mark había acentuado para ocultar sus hormonas. Pero había bajado las dosis de supresores y entonces algo de la luna permanecía en su piel: era suave, pero certero, como se oye un arroyo en el silencio del bosque, a cientos de metros de distancia. Todavía tomaba los otros supresores, los más fuertes, antes de ir a cursar, porque... Harry ni siquiera sabía por qué.
Aún así, Harry tenía ganas de enviarle a Mark una nota de agradecimiento. De su parte por devolverle el dormir olfateando el cabello de Louis, y de su hijo por haber hecho un genial trabajo con las pastillas que necesitaba con tanta prisa. Pero claro, si siquiera lo sugiriera, Louis le regalaría una mirada asesina y un discurso sin fin sobre cómo no había que alentar sus tonterías y que tener un gesto amable con él sólo le haría creer que entrometerse en su vida estaba bien. Louis todavía no le perdonaba todo el asunto de que le hubiese dicho a Harry que lo marque.
Louis hablaba con Oliver sobre los dulces dieciséis de Gemma, cuando Harry sintió el tirón en su camisa. Era Niall, que recostaba la cabeza en el borde del sofá. Harry le sonrió, y Niall rió como un crío que acaba de recibir una bolsa de golosinas.

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La Maldición del Heredero (+18) (Completa)
FanfictionSer un hombre lobo no es tan dramático como los humanos lo hacen ver. Llega la luna llena y no te transformas en un monstruo con instinto asesino. Quizás te salen algunos pelos de más, o se te antoja carne cruda (no humana), y si no aprendes a contr...