And, yeah, I let you use me from the day that we first met,
but I'm not done yet falling for your fool's gold.
Fool's Gold (One Direction)
Louis encajaba con Harry. Encajaba cuando se dejaba abrazar y cuando se giraba en sueños, incapaz de someterse a la quietud de la noche. Encajaba en Atalanta, en el dormitorio del cuarto piso, en el bosque y en la feria. Encajaba cuando los veían y cuando estaban solos, encajaba cuando fingían y cuando decían la verdad. Encajaban cuando el futuro parecía incierto y en momentos como ese, cuando Harry lo llevaba a casa, a conocer a sus padres. Louis encajaba en su vida, pero eso no era sorprendente, porque Harry le había hecho un lugar allí.
Lo que no dejaba de maravillarlo era como encajaba en todo lo demás. En las cenas formales, en las reuniones administrativas, frente a otros betas, y otros Alfas, y otros omegas. Encajaba en el bar en el que habían tenido su primera cita, y en cualquier club, y allí mismo también: a 40.000 metros de altura, abriéndose paso entre las nubes, con el sol rompiendo en el horizonte. Encajaba con la copa de vino fino que había bebido, y con la frazada térmica bordada que sólo daban a los de primera clase. Encajaba aún babeando sobre un almohadón improvisado con su mochila, aun cuando nunca quería apretar el botón de la azafata para no molestarla y regañaba a Harry con la mirada cuando él lo hacía. Encajaba allí aunque no supiera seguir la etiqueta, aunque las cosas más pequeñas le parecieran maravillosas, y aunque hubiese rechazado el caviar porque apestaba a pescado pasado.
Quizá Harry simplemente buscaba excusas para llevarlo a todas partes; las palabras para expresar lo perfecto que sería continuar así para siempre. Viajando juntos. Proyectando juntos. Compartiendo juntos. Viviendo juntos.
O quizá Harry no estaba mintiéndose, y era allí a donde Louis pertenecía, pintarrajeado con el perfume de su Alfa y regalando sonrisas sinceras a cualquier persona dispuesta a recibirlas. Quizá no se había hecho un lugar en su vida, en su clase, en su rutina... Quizá había vuelto allí después de vidas vagando sin sentido.
Harry pensaba, aunque jamás lo diría, que algo de ellos era tan viejo como la luna... Que cada vez que soñaba con Louis lo envolvían imágenes mágicas, como recuerdos de momentos más felices, y que en la panza las mariposas de siempre se encendían luminosas, infinitas. Pero, claro, Harry estaba enamorado, y Louis sólo escucharía las cosas bonitas que tenía por decirle mientras no incluyeran siempres ni nuncas. A Louis los absolutos lo paralizaban de miedo.
Ahora, Louis dormía con la boca abierta y un suave ronquido y si Harry tuviera el permiso para ponerle palabras a lo que sentía, probablemente le diría que detendría el tiempo si tuviera cómo. Clausuraría las estaciones, las obligaciones, las expectativas. Destruiría la espada y la pared, y llevaría a Louis a campos luminosos, de clemátides siempre florecidas y donde su perfume dulzón no fuera un secreto. Harry diría que haría todo eso, porque aunque fuera imposible parecía más sensato que imaginar dejar de amarlo.
Si de imposibles se trataba —si era esa la elección que tendría el privilegio de hacer— prefería los imposibles con Louis.
—Bebé —dijo, corriendo su brazo para levantar la barrera que separaba los asientos—, gírate conmigo.
En sueños, Louis sonrió, y se dejó guiar por los brazos de Harry hasta reposar en su pecho.
Harry acarició su cabello y escuchó sus suspiros, hasta que logró sentir el más tenue rastro del perfume de su omega. Entonces, cerró los ojos, y durmió también.

ESTÁS LEYENDO
La Maldición del Heredero (+18) (Completa)
FanfictionSer un hombre lobo no es tan dramático como los humanos lo hacen ver. Llega la luna llena y no te transformas en un monstruo con instinto asesino. Quizás te salen algunos pelos de más, o se te antoja carne cruda (no humana), y si no aprendes a contr...