INVERNADERO 2

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Aunque era hora de la cena, Kieran no se sentía nada hambriento, aunque Jared había dicho que haría lo posible para volver y hablar en persona lo sucedido con Selene, era difícil con el clima. Aunque tenía muchas ganas de estar con Jared, en esta situación ahora era lo menos que quería verlo, y sobre todo no sabía si su padre se había enterado y a quien le creería. Aunque tratándose de Diana, creo que difícilmente se pondría en su contra, pero a estar alturas, ya no sé qué pensar, todos hemos cambiado en algo, ya no es lo mismo, ni siquiera confío en mí mismo.

Sin mucho que hacer me levanto de la cama arriba de mi camisa negra me pongo un suéter azul cielo. Y salgo hacia la habitación de Diana, Daniel seguía ahí, toque la puerta y entre poniéndome en medio de los dos sobre la cama.

- Saliste de tu habitación solo en calcetas - Dice Daniel pero levanta las sabanas para taparme, me recargo en Diana.

- ¿Estás bien? - Ella pasa su brazo por mis hombros tomando la mano de Daniel quien se recarga un poco en mí.

- Estoy bien, no me paso nada ¿Qué hay de ti? -

- Estoy bien, pero tengo miedo de Jared o de mi padre -

- Puede que no pase nada, a lo mejor ni se enteran -

- Pero Selene hablo con Jared -

- No pasara nada - Dice Daniel pasando un brazo por mi cintura para que me recargara en su pecho.

- Aunque si debes controlar tu temperamento, sin importar que estese m plena adolescencia, no es excusa - Diana recargándose ella ahora en mí.

- ¿Qué hay de Henry? -

- Nuestro tío solo vino para no tener la puerta cerrada, Nathaniel es un exagerado -

- Bueno, tal vez quería saber algo para contarle a nuestro padre -

- No lo creo -

- Ni yo -

Nos quedamos un rato los tres sobre la cama hasta que apareció Kevin, después de todo se preparó algo ligero para cenar, y como lo había dicho anteriormente, Selene se quedó en casa de Sybelle y Ana. Realmente no me apetecía ir al comedor pero tampoco quería molestar más a Henry, dale cualquier motivo para llamar a mi padre, sí que había dado en el clavo. Daniel y Diana se levantaron, también se habían cambiado, vestían mezclilla oscura, Diana con un suéter largo rosa orquídea arriba de un cuello alto negro, se puso botas altas negras, y Daniel un suéter gris de zíper arroba de una camiseta igual gris manga larga. Zapatos negros.

- Iré a ponerme mis zapatos, al rato los alcanzo. Y Puedo ir solo - antes de que alguien se ofreciera ir conmigo, sobre todo Kevin.

Me senté un rato sobre la cama, realmente no quería bajar, pero vendrían por mí, así que después de ponerme cualquier tenis de cazador baje topando con Nat en las escaleras. Nos vimos un momento a los ojos. Me quede quiero mientras él seguía subiendo las escaleras, no me movi cuando paso sus brazos al mi alrededor dándome un beso en la frente.

- No te cansas -

- Jamás de ti -

- Yo estoy cansado de ti - miento, quiero estar con él pero duele.

- ¿Podemos hablarlo? -

- Nathaniel - pero antes de hacer algo más, inclino su rostro hacia el mío, cerré los ojos al sentir sus labios.

- Por favor - susurro a mi oído. Sentí mi corazón latir.

- Tengo que llegar al comedor -

Camine con prisa pero Nathaniel seguía mis pasos, la mesa se encontraba servida, cada quien en su lugar, esta vez el asiento de mi padre se encontraba vacía, me senté en mi lugar de siempre con Nat a mi lado. Lo que me faltaba. Daniel entre Diana y Henry, Kevin termino de servir quedándose cerca para cualquier cosa, odiaba esta situación, verlo solo ahí parado mientras todos comemos, mi estómago siento un hueco, como es que antes ni me percataba de estos pequeños detalles y ahora se me hace como si fuera algo demasiado, pero todos están en su papel y a nadie le parece que le importara, ni siquiera se mencionó el incidente, ni nada por el estilo.

ISLA KUROWSKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora