Capitulo 5

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Kiwinse le hizo una seña a los chicos para que lo siguieran. Daniel vio lo que pensó que estaba solamente en libros de cuentos, la calle estaba llena de personas y tiendas de todo tipo con cosas extrañas, en la farmacia que estaba a la derecha de Claudia y Marina, estaba una fila de personas que les faltaba cabellos y Daniel entendió a que se debía, en la ventana de la farmacia estaba un letrero grande que decía <<Nueva poción crece pelos dos por una>>. Daniel hubiese deseado tener mas ojos para ver todas las tiendas, siguieron caminando hasta llegar a una librería llamada "S. Gooben y T. Begoon". En la ventana solo exhibían un libro que era grande con una cubierta de color sangre.
Al entrar vieron que los grandes estantes llegaban el techo y estaban ordenados alfabéticamente caminaron hacia el mostrador donde estaba un brujo alto muy anciano tenía los ojos como gatos, la cara larga y arrugada, su nariz era chata como si le hubieran pegado un puñetazo en ella, el pelo era gris y los dedos de la mano era largos y arrugado, estaba vestido con una túnica azul cielo con en pequeño nombre que decía <<T. Begoon>>.
-Hola, buenas tardes-les dijo el señor Begoon con una voz áspera.
-Hola-le responde Kiwinse-queremos los libros de magia del segundo y tercer método.
Aquellas palabras hizo que el señor Begoon se les abriera los ojos como calabazas y vio a Daniel y a sus amigos como extrañado y sorprendido, abrió la boca para decir algo pero la cerro inmediatamente; Kiwinse a ver que aquel silencio era incomodo dijo.
-Eh...¿le sucede algo? -pregunta Kiwinse.
-¡Ah!...no nada solo esperen aquí-dijo el señor Begoon y salió hacia las estanterías hasta perderse de vista.
A Daniel aquello le parecía algo extraño ¿por qué Kiwinse dijo eso sobre los libros? ¿No se suponía que iban aprender magia de todos los métodos? ¿por qué iban aprender magia del segundo antes que el de primero?. Así que él, Daniel, pensó que era mejor pregúntale a Kiwinse, aunque sabía que el no les respondería, pero no se perdía nada por pregúntale.
-Kiwinse ¿por qué le dijiste eso al vendedor sobre los libros? -pregunta Daniel.
-¡Ah!...ya, lo que pasa es que ustedes no necesitan una varita mágica y ya te le dije hace rato, pero después de que salgamos de aquí tenemos que ir a la gobernación para que se enteren de algo-le dice Kiwinse un poco raro-No quiero que me preguntes vale-le dice al ver que Daniel habría la boca para preguntarle ¿por qué tenían que ir a la gobernación?, de hecho ¿había gobernación en el mundo mágico?
Después de un rato al señor Begoon apareció con dos libros grandes uno con la cubierta de un marrón oscuro y otro de color verde claro, Kiwinse pago con dos monedas de color bronce del tamaño de una tapa de botella.
Al salir de la librería, volvieron a retomar el camino pero esta ves por uno de piedra, Daniel empezó a darle vuelta a lo que dijo Kiwinse, si ellos tenían que aprender magia de segundo nivel ¿por qué no les dijo desde un principio?, pero no tubo mucho tiempo de responderse al detenerse habían llegado a lo que parecía una especie de templo con columnas largas con una esferas en la punta, tenia una cúpula de vidrio que salía del techo, todo el edificio incluyendo las puertas estaban pintado de color blanco, cuando llegaron a la puerta esta se abrió de un golpe, y salió un brujo alto de cara muy estricta y parecía muy furioso tenía unos ojos negros su pelo era negro y estaba vestido con una capa negra.
-¡Disculpen! -les dijo el extraño señor y salió a toda prisa.
Al entrar estaban en un salón grande con una recepción en el medio, con dos brujas que movían las manos intentando arreglar el desorden que tenían en el escritorio. Kiwinse les dijo que los esperaran mientras el iba a preguntar donde se encontraba la sala del gobernador.
-Bueno, tenemos que subir al ultimo piso-les dijo Kiwinse después de hablar con las recepcionistas-el gobernador no esta esperado.
Salieron de la recepción y entraron en una sala, en esta no habían persona si no unas criaturas que eran pequeñas, de pies largos, tenían una nariz redonda y toda la cara llena de barro según le parecía a Daniel, todas esas criaturas iban vestidas con un traje negro.
-Kiwinse ¿qué son esas cosas? -pregunta Marina muy asustada y acercándose mas a Kiwinse, mientras este le asía señas a uno para que se acercara.
-Son gnomos-le responde Kiwinse-los gnomos son criaturas muy poderosas al igual que las hadas, los elfos y los duendes, nunca se metan con los gnomos.
El gnomo que había llamado Kiwinse con la mano llego a ellos un poco furioso pero le cambio la cara al llegar a donde estaban.
-En que les puedo ayudar-le dice el gnomo con voz chillona y malévola.
-Queremos ver al gobernador por favor-le dice Kiwinse muy amable-tenemos una cita con él.
-Muy bien-le responde el gnomo-por esa puertas se encuentra los carritos, busquen el numero diecisiete, el encargado los alcanzara dentro de un momento su nombre es Futt, él los llevara al corredor del gobernador.
-Muchas gracias-le dijo Kiwinse y se dirigieron a una puerta que estaba al final de ese lugar entraron y bajaron por unas escaleras en forma de caracol. Daniel pensó que lo que estaban haciendo era una ridiculez ¿por qué caminar hacia abajo si el despacho del gobernador esta arriba? ¿Por qué se le hacia familiar aquella escena de los gnomos y los carritos?, él sabia que algo tramaba Kiwinse, parte de esas suposiciones se debía a lo que le dijo en la librería. Sus dudas quedaron apartadas pero no olvidadas porque habían llegado a un lugar muy amplio y muy extenso de varios metros de largo delante había unas cuevas enumerada del uno hasta el cien según pudo ver Daniel porque los números seguían mas aya de lo que la vista de Daniel podía alcanzar, en ese lugar estaba toda clase de personas que subían a los carritos que estaban en las cuevas enumeradas, por cada carrito cabían mas o menos doce personas.
-¿Qué carrito buscan? -les dijo una voz muy áspera que pertenecía a un gnomo.
-Buscamos el numero diecisiete-le responde Kiwinse-el encargado es....
-¡Futt! -grito el gnomo antes de que Kiwinse le diera el nombre-tienes trabajo que hacer.
Futt era un gnomo igual a los demás a diferencia que no tenía tanto barro en la cara y sus orejas eran más pequeñas.
-Sígame, por aquí-les dijo Futt el gnomo cuando llego a donde estaban ellos. Fueron caminando hasta llegar a unos de los carritos de color caqui Futt el gnomo fue el primero que se sentó. Los demás fueron detrás de gnomo y se sentaron Daniel un poco asustado vio como unas especies de seguros se activaron y se les engancharon en la cintura al igual que los demás eso no ayudo a tranquilizar a Daniel.
-Kiwinse ¿por qué tenemos que ir en esto? -pregunta Marina-no se supone que el ministro esta en la parte final del edificio.
-Lo que pasa es que los caritos son la única forma de llegar aya, -le responde Kiwinse-las escaleras fueron destruidas para que las personas que no son de fiar nunca encuentre la puerta hasta el gobernador o a otro departamento.
-¿Y como se las arreglaron para hacer eso?- pregunta Adán que en ese momento el carrito salió disparado como una bala hacia el túnel el camino esta iluminado por varias antorchas que pasaban a la velocidad de rayo.
-Por medio de un conjuro de confiabilidad-le respondió Kiwinse gritando por que apenas se oía la voz por la velocidad en que iban-ahora será mejor que se callen porque no los escucho.
El viaje fue recto hasta cierto punto porque de repente dio una vuelta tan inclinada que Daniel pensó que se iban a caer si no hubiera sido por aquellos seguros que le colocaron, el viaje parecía mas bien a uno de montaña rusa dando vueltas y subiendo y bajando ya Daniel comenzaba a marearse cuando sintió que estaba de cabeza antes de subir nuevamente a gran velocidad hasta llegar a un corredor grande en el que al final se veía una puerta grande, cuando se detuvo en el corredor varias personas estaban esperando el carrito para regresar ya que esa era la única salida de ese lugar.
Se bajaron casi en carreras ya que las personas los estaban esperando para que salieran y que ellos se pudieran montar, Daniel salio un poco mareado por el viaje y al parecer no era el único por que sus amigos también lo estaban. Caminaron hacia la puerta en el que relucía un nombre que decía "J. C. Donver Gobernador". Kiwinse llamo con un golpe seco pero fuerte.
-¡Pase! -se les hoyo decir del otro lado de la puerta.
Entraron a un despacho circular donde habían toda clases de cosas que Daniel ni sus amigos nunca habían visto en una mesa que estaba al final de la sala estaba una persona alta, de cabellos amarillos como paja, cara alegre, ojos como tigres de color gris, su nariz era plana iba con una vestimenta de los años ochenta y zapatos relucientes de color plateado muy llamativo que se veían por debajo de la mesa, el hombre levanto la vista y grito....
-¡Kiwinse, amigo tanto tiempo si verte!- le dijo el Gobernador Donver al acercarse a ellos.
-¡Donver, igual tanto tiempo sin verte!, o mejor dicho señor gobernador-le dice Kiwinse acercándose para darle la mano al gobernador.
-¡Oh!, por favor dime Donver, no gobernador-le dice el gobernador Donver un poco ruborizado por lo que le dijo Kiwinse-y ¿qué te trae por aquí?.
-Bueno lo que pasa es que..... -le empezó a decir Kiwinse pero se callo; el gobernador lo interrumpió.
-Lo siento que educación la mía, por favor siéntese-les dijo señalando unas sillas que estaban al frente del escritorio mientras que el se sentaba en la silla que estaba detrás de su escritorio-. Ahora si, continua.
-Claro, -le dijo Kiwinse después de que todos se habían sentado-¿te acuerda de la historia de los hechiceros Donver?.
-Por supuesto que me acuerdo ¿por qué los pregunta?-le dice el gobernador.
-Por que, ellos son los hechiceros-les dice Kiwinse señalando a los chicos con la mano. El gobernador Donver se quedo con la boca abierta y los ojos abiertos como platos, su mirada fue recorriendo a cada uno de los chicos empezando por Marina y Terminando en Daniel.
-Es..estas seguro Kiwinse-le dice Donver con los ojos todavía abiertos-no estas equivocándote de personas.
-No, estoy completamente seguro de que son ellos-le responde Kiwinse.
-¿Y como ten consta de que pueden ser ellos?-le pregunta el gobernador Donver que aunque su voz paresia segura se les oía muy asombrado.
-Por que los vi. haciendo magia, aunque no sabía que eran los hechiceros-se apresuro a decir Kiwinse al ver que el gobernador Donver abría la boca para hablar -del segundo y tercer método.
-¿Qué? -le pregunta el gobernador anonadado-ellos hicieron magia del segundo y tercer método ¿pero como es posible?
-No lo se-le dice Kiwinse-pero se que ellos son los hechiceros.
-Pero si son los hechiceros, -le dice el gobernador rascándose la cabeza y poniendo una cara como de preocupado-me imagino que le dijiste que tenían que separarse ¿no?
Aquellas palabras a Daniel lo hizo levantarse de la silla al igual que sus amigos.
-¡QUE!-gritaron todos al omiso.
-Oigan, cálmense-les dijo el gobernador Donver
-¡Calmarnos, están locos! -le dice Adán un poco sulfurado.
-¡Creen que decirnos que somos los hechiceros nos van a convencer!-le dice Claudia también sulfurada
-No es gracioso lo que nos acaban decir-le dijo Daniel pero mas calmado que los demás. Kiwinse estaba con una mano en la cara y moviendo la cara en forma negativa el gobernador estaba aun asombrado por la forma en que los chicos se tomaron la noticia, tardo mas de media hora tratando que se calmara, hasta que por fin los chicos se calmaron y se sentaron, el sol ya estaba oculto y cuando el gobernador Donver volvió hablar los ánimos estaban mas calmados.
-Bien, ahora que ya se calmaron, puedo hablar y explicarles todo-dijo el gobernador Donver un poco molesto debido al alboroto.
-Hable-le dice Daniel, aunque no estaba convencido por lo que le fuera a decir.
-Ustedes, seis tenían que ser separados por una razón-les dijo el gobernador Donver-por que una vez que se vallan de aquí no nos volveremos a ver mas nunca.
-¿Por qué? -pregunta Henry.
-Por que, sus poderes son mas grandes que el de nosotros-dijo el gobernador Donver un poco molesto al ver que aun no entendían-. Claro, se que para ustedes les afectara mas pero es la única forma para que no los maten a ninguno de ustedes, es decir, ustedes son las personas mas fuertes de nuestra clase pero después de que se vallan tendrá que haber decidido como se dividen, por que dentro de una semana dos o tres de ustedes tienen que cumplir una misión que les servirá de entrenamiento-se detuvo y prosiguió antes de que Marina hablara-los demás serán enviados a otras partes del mundo para otras misiones, se que suena muy pesado, pero tienen que ver como se separan esa es un decisión suya.
-Entonces, ¿tenemos que separarnos? -pregunta Henry
-Si, me temo que es la única forma-les dice el gobernador Donver.
-Y las demás misiones ¿dónde son? -le pregunta Daniel.
-Una en la isla de los sueños, me imagino ¿qué saben de ella? -le pregunta un poco esperanzado. Todos asistieron con la cabeza-bien, la otra es en el Cairo, es decir, en el Egipto, eso si no se separan en dos grupos de tres de cada uno y si fuera al contrario....
-¿Qué pasa si fuera al contrario? -pregunta Adán.
-El ultimo grupo iría si separan en tres grupos a.. -el gobernador dudo un minuto y luego dijo- Albania, en un lugar mejor conocido como Lusheni.
-Entonces, pretende mandarnos a diferentes partes del mundo ¿verdad?-les dice Marina con un tono a sarcasmo-¿Como sugieren que nos vallamos a esos lugares a pie?.
-Eso quiere decir que aceptan-dice Kiwinse por primera vez después de una rato.
-Aceptamos, verdad chicos-le dice Daniel esperando que los demás afirmaran, todos dijeron que <<si>> pero aun quedaba como separarse y como ir a esos lugares sin que sus padres se enteraran, el gobernador Donver noto que Daniel se quedo pensando en eso y luego dijo.
-No se preocupen por los detalles de cómo se las arreglaran para ir a donde les toquen-les dice el gobernador como descartando ese problema-lo único en lo que se deben preocupar es por como se dividirán.
-Antes de dividirnos, ¿como nos las arreglaremos con el idioma?-pregunta Leo.
-Por ese lado me encargare yo, les conseguiremos un traductor, para ustedes y sus familias, porque no se irán sin ellas verdad-les dice el gobernador Donver.
-Bueno, es hora de dividirnos-les dice Daniel un poco triste por lo que tienen que hace-. Como lo hacemos ¿al asar o por elección nuestras?.
-Creo que será mejor por nuestras decisión así no abra rencores-le responde Claudia para animar un poco la situación.
-Marina, ¿te gustaría viajar? -le pregunta Henry entono de chiste.
-Henry, no es hora de broma, esto es muy serio-le regaña Claudia con una mirada muy peligrosa.
-No te preocupes Claudia, yo elijo viajar-le dice muy alegre.
-Pero si casi no te conocemos-le dice Daniel un poco triste por su elección.
-Lo se, pero que hacemos-le dice Marina.
-Yo, me quedo con tigo-le dice Daniel con una risa en la cara-odio los aviones, y no quiero irme de este lugar.
-Bueno esta decidido-les dice Claudia-sabemos que no te gusta viajar, pero a nosotros si, además nos podemos escribir por e-mail ¿no?.
-Es cierto, -le dijo Leo-Adán y yo podemos irnos a una misión y Claudia y Henry a otra.
-Pero chicos....
-Pero nada, tu y Marina se pueden conocer más-les dice Leo-ahora gobernador estamos divididos mándenos a nuestras misiones.
-Bueno, sus misiones serán las siguientes-les dice el señor Donver-ustedes dos como no se irán del país, tendrán que ir en busca del libro de las "Artes Ocultas", Adán y....Leo verdad-le dice un poco avergonzado por no saber cual era el nombre-bueno irán al Cairo en busca del libro "Egipti Much"y ustedes dos irán a Albania en busca del libro de "Hidden Arts" , y si se pregunta ¿por qué tres libros? -les dice al ver las caras de duda de los chicos-lo que pasa es que los primeros hechiceros, tuvieron la idea de crear el mismo libro pero en diferentes idiomas para que ustedes puedan temer el libro original pero en otro idiomas, eso paso porque sabían que tenían que ser separados y creo que será mejor que se vallan, aunque se que esta será nuestra ultima vez que nos veremos.
Se despidieron del gobernador Donver un poco triste porque al regresar se encontrarían empacando para irse y mas nunca volverse a ver, el gobernador antes de irse les dijo que cuando al día siguiente tendrían una sorpresa de parte de unos seres llamados los <<viejos Ángeles o mejor conocidos como los ancianos>>
El regreso a sus casa fue menos bullicioso que cuando llegaron al principio, Daniel se sentía muy mal ya que dentro de una semana se irán cuatros de sus mejores amigos que seguramente no volverá a ver más nunca en si vida, aunque en su mente se preguntaba ¿Por qué escogieron irse y no quedarse protestando?, eso era algo que jamás en la vida habían hecho y menos ayudarlos a aceptar algo que les fuera a perjudicar, Daniel estaba en un eterno y profundo pensamiento sobre aquello para Daniel ya sabía que había algo encerrado en todo aquello, Kiwinse les dijo que aprenderían magia juntos y ahora se va ¿Qué sucedía? ¿Por qué compro esos libros si no los iban a usar? ¿Por qué aceptaron sin tanta protesta aquellas misiones? ¿Qué era lo que había con respecto al libro en varios idiomas? Daniel tenía esas preguntas en su cabeza y no lograba hallar las respuestas.
Cuando llegaron a la casa de Daniel ya eran casi las siete y la mamá lo regaño por haber llegado a esa hora y Daniel tuvo que disculparse con un monto de excusas, porque sabía que su madre no le iba a creer nada de lo que digieran, sus amigos se fueron después de la cena pero nadie dijo nada porque después de una semana no se volverían a ver y quien sabe cuando se volverían a ver.

Los Hechiceros Y La Isla De Los Sueños #LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora