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11°

—¿Entonces?

—Necesito que venga al laboratorio de la escuela.

Jimin bufo por lo bajo.

—¿Ahora?

—Lo veo en veinte minutos. Es urgente.

Jimin no tuvo tiempo de inventar una excusa, el profesor finalizó la llamada sin darle oportunidad de huir de aquella orden.
Sin embargo, fue más la preocupación que le invadió que sus pocos ánimos de levantarse.

El profesor había sonado tan extraño, pero malditamente serio a la vez que aún no podía digerirlo. Pensó en las inmensas posibilidades de que algo haya salido mal que inmediatamente se sintió mareado.

¿Qué era lo que tenía que decile con tanta prisa?

El profesor Kim nunca había sido el tipo de hombre que se andaba con rodeos, así que haber dejado la conversación con tanto suspenso realmente estaba logrando que Park entrara en pánico.

Jimin se levantó rápidamente, el profesor lo había citado en veinte minutos en el laboratorio de la escuela. Si seguía torturandose y pensando en qué tenía que decirle era una perdida total de tiempo.
Tomó la ropa que había usado ayer y la colocó rápidamente en su cuerpo. Tuvo suerte de haberse duchado en la madrugada.

Jimin llevó su cabello hacia atrás, intentando hacerlo ver menos desordenado y rápidamente tomó las llaves de su auto. Salió de su casa tan rápido como pudo y cuando subió al auto arrancó de repente.
Estaba siendo muy poco responsable al momento de manejar y sabía que si no se controlaba en ese momento podría causar un accidente.

Pero su mente vagaba en todo un sin fin de suposiciones que realmente se desconectó. Tuvo un mal presentimiento, como nunca antes lo había sentido. Eso lo preocupó.

Llegó un par de minutos después. Aparcó el auto fuera de la universidad y entró rápidamente a ella.
Los pasillos eran solitarios, sus rápidos pasos resonaban haciendo eco y lo único que percibió fue la soledad. Nunca antes había tenido que ir a la universidad en temporada de vacaciones. Quizá en otras circunstancias habría sido diferente, pero ahora estaba tan preocupado que todo se veía mal.

Dobló a la izquierda y observó la puerta del laboratorio abierta. Caminó más rápido y cuando por fin llegó, observó a el profesor Kim sentado en su escritorio y sosteniendo una carpeta en manos.

—Llegué lo más rápido que pude.

La voz de Jimin sonó mutilada, tomó una larga respiración para intentar recuperar el aliento mientras el profesor le veía preocupado.

—Tome asiento, por favor.

El trato lejando que estaba dándole el profesor realmente le tenía consternado.
¿Tan malo era lo que tenía que decirle?

Jimin asintió, caminó hacia una de las bancas y se sentó.
Observó al profesor atentamente mientras se ponía de pie y se acercaba a él.

Jimin aclaró su garganta.

—¿Por qué me ha llamado?

Jimin intentó no sonar tan intimidado, le miró preocupado y sintió sus manos sudado. El profesor Kim pusó la carpeta en la butaca y observó atentamente a su alumno.

—Me pidieron que le diera esto.

Jimin tomó la carpeta indeciso, la abrió y se encontro con un par de hojas impresas escritas. Jimin las miró sin entender.