capitulo 21

5.7K 133 2
                                    

Su plan había sido agasajarla, una comida sin prisas con la mujer con la que nunca había pensado tener una verdadera cita y solo contemplarla durante un rato, sabiendo que ella estaba allí y no se marcharía, y sabiendo que podía hacer lo que siempre quiso hacerle cuando quisiera. Después de esto él había planeado seducirla, pasar unos minutos estableciendo las normas básicas para los tres días siguientes, así sabría exactamente cuan pervertido era y podría decirle francamente si podía manejarlo.
Sus buenas intenciones se fueron volando por la ventana proverbialmente al segundo aquel en que cruzo por las puertas y la vio. Ella estaba sentaba en la cama con las manos en su regazo, su pelo retirado en un apretado moño, con unas gafas puestas en la punta de la nariz más feas que Picio, y llevaba puestas la falda azul más apagada y pasada de moda y las más remilgada camisa de algodón que él alguna vez había tenido el disgusto de ver.
Maldición, la quería tanto que casi se corrió en su pantalón.
Los ojos de Zayn pasaron al lado opuesto del cuarto donde las esposas negras pendían del techo. Su mirada fija se estrechó por la excitación cuando caminó despacio hacia ella.
-Levántate -dijo él densamente-. Ahora.
Ella se mordió el labio. Fue precisamente entonces cuando se dio cuenta cuán diferente le hacía sentir la ropa de profesora a ella también. Ella no veía ahora esto como un juego más que él. De repente era real para ella que la doctora ___________(Tn) Torrence estaba a punto de ser jodida largo y duro por Zayn Malik -un hombre que con toda intención y objetivos había sido su Némesis durante dos largos años.
-Solamente cuando tengamos sexo, ___________(Tn) sy -retumbó él-. Quiero y espero tu sumisión cuando tengamos sexo.
Ella vaciló por un momento, pero al final se levantó.
-Buena chica -murmuró él cuando alcanzó sus gafas y distraídamente las lanzó a una silla cercana.
Él tomó su mano y la condujo al lado opuesto de la cabaña. Cuando estuvieron allí, la giró para afrontarlo.
Ella parecía asustada, verdaderamente asustada. Sin duda la realidad de la situación por fin la había hecho caer en la cuenta.
¿Lamentaba ella el hecho de que el hombre que había pasado dos años de su vida cerca de ella la hubiera comprado y ahora la sostuviera con las manos en alto?, se preguntó Zayn. Se sintió enfermo cuando se le ocurrió que ella podría desear estar con el francés ahora mismo, o con cualquier otro hombre, pero no con él.
Su mandíbulas se apretaron. Él había gastado nueve mil dólares para tener estos tres días con ella, y que le condenaran si no iba a mantenerla con él hasta el último segundo posible. Tal vez no fuera lo bastante bueno para la doctora ___________(Tn) Torrence en la vida real fuera de la isla, pero ella estaba aquí con él y eso era todo en lo que podía pensar por el momento. Cuando los tres días se acabaran se preocuparía del resto.
-Quítate la camisa. Despacio. Quiero mirar.
Sus ojos se ensancharon ligeramente. Ella miró a lo lejos y despacio comenzó a desabotonar su camisa. La apagada ropa de algodón estaba abrochada hasta el cuello, así que le tomó un largo minuto el desabotonarla antes de que colgase finalmente abierta por completo, exponiendo todo su escote.
Zayn aspiró profundamente. Sus ásperas manos alcanzaron sus pechos, deslizándose bajo la camisa y palmeándolos suavemente. Ella respiró profundamente mientras cerraba los ojos.
-Ábrelos -dijo él firmemente cuando sus pulgares comenzaron a masajear sus pezones, convirtiéndolos en tiesos picos. La idea de que pudiera pensar en otro hombre lo hizo parecer a un animal posesivo protegiendo su territorio. Sus fosas nasales se ensancharon-. Quiero que me mires.
___________(Tn) abrió los ojos despacio, la excitación le hacía más duro poder concentrarse en mantenerlos de aquella manera.
Él masajeó sus pezones durante un largo minuto, su polla rígida mientras escuchaba sus suaves gemidos, antes de que sus manos liberaran sus pechos y le quitaran la camisa. Ella se mordió el labio cuando vio la apagada ropa caer al suelo.
-Ahora desabrocha mis pantalones -dijo él densamente, con los párpados caídos.
Ella respiró hondo y exhaló. Despacio, tan despacio que él pensó que sus pelotas se volverían azules antes de que ella terminara, ella alcanzó su bragueta y con cuidado la desabrochó.
La mandíbula de Zayn se apretó con vehemencia mientras él despacio la volvió hacia la esquina de la cabaña.
-Relájate, profesora -murmuró él-. Sabes que nunca te haría daño.
___________(Tn) le echó un vistazo y sostuvo su mirada fija. Después de que pasara un largo y tenso momento, ella hizo un gesto definitivo con la cabeza que le hizo darse cuenta de que, en esto al menos, ella confiaba en él. De una manera rara, aquel pequeño gesto consiguió ponerlo aún más caliente, le hizo quererla incluso más.
Cuando estuvieron en la esquina de la cabaña, él alcanzó unas esposas negras, dejando caer la palanca de donde estaban suspendidas mientras las tenía en su línea de visión. Él vio sus ojos abrirse ampliamente, pero ella no dijo nada sobre parar la continuación.
-Ponte ahí -murmuró él cuando le enganchó primero una mano y luego la otra.
Ella lo hizo vacilante, jadeando cuando él soltó las aterciopeladas esposas negras y subió la palanca, poniendo sus brazos por encima de su cabeza y empujando sus pechos. Su respiración se dificultó mientras ella lo contemplaba con los ojos muy abiertos, probablemente preguntándose cómo, con lo inteligente que era, ella había consentido en esto.
Las grandes y callosas manos de Zayn estaban colocadas en las cumbres de sus pechos, entonces despacio trabajaron su camino hacia abajo. Sus ojos se estrecharon con deseo cuando él escuchó su rápida respiración y sintió sus pezones ponerse rígidos debajo de sus de palmas.
-Ponte de rodillas -dijo él en voz ronca, mientras alcanzaba su pantalón desabrochado y sacaba su gruesa polla.
Sus ojos se ensancharon.
-Pero la palanca...
Él le puso la palma de su mano en los labios.
-Sin preguntas -dijo él firmemente-. Regla número uno: nunca me hagas preguntas en el dormitorio. -Sus ojos se pusieron pesados-. Solo haz lo que te diga -murmuró él.
Sus pezones se apretaron visiblemente incluso más con sus palabras, los picos tiesos clamaban por su atención. Él movió uno de ellos de acá para allá con su índice, haciendo que gimiera, y se dio cuenta que sexualmente habían sido hechos el uno para el otro.
Una parte inexplicable de él necesitaba este control, este poder, en el dormitorio. La parte primitiva de su cerebro masculino tenía que sentir como si él y su polla estuvieran siendo adorados y deseados, como si ambos fueran adictos. Y como si ambos tuvieran el acceso sexual a su compañero en cualquier momento que lo ansiaran.
La trampa era que Zayn acababa darse cuenta recientemente que él no quería que su mujer fuera dócil y sumisa fuera de su relación sexual. Lo cual hacía que su pequeña bruja fuera perfecta para él. El siguiente truco sería hacer que ella se diera cuenta de eso mismo en los tres días siguientes.
Los ojos de Zayn se estrecharon por la excitación cuando él la miró ponerse de rodillas, arrodillada ante él. La palanca estirada hacia abajo para acomodarla, como él había sabido que sería.
-Ponlo en tu boca -dijo él roncamente-. Chúpalo.
Ella vaciló durante un segundo, luego bajó su cara al nivel de su erección.
Sus dientes se apretaron cuando sus labios llenos se cerraron sobre la cabeza de su polla, y sus ojos se cerraron cuando ella despacio comenzó a tomarlo todo en su garganta. Él nunca había estado tan duro en su vida como lo estaba en este momento, mirando a la mujer que había pensado que lo odiaba arrodillada sumisamente ante él y tomando su polla en la boca. Ella estaba sin sujetador y esposada, de rodillas ante él con aquel moño apretado, su coño todavía oculto de él hasta las rodillas por la falda azul que ella llevaba puesta. Finalmente -finalmente- tenía a su profesora donde la quería.
-Vamos, nena -dijo él en voz ronca-. He estado esperando esto durante dos malditos años.
___________(Tn) vaciló por un breve momento, entonces fue salvaje con él. Ella lo tomó entero en su boca hasta que la punta de su virilidad alcanzó la parte de atrás de su garganta, y luego otra vez. Ella lo hizo repetidas veces, más rápido y más rápido, una y otra vez, más profundo.
Sus ojos se cerraron en un gemido mientras ella lo sorbía, seductores gemidos hacían erupción en la parte de atrás de su garganta.
-Ah Jesús -refunfuñó él mientras agarraba su cabeza por detrás. Sus fosas nasales llamearon cuando él vislumbró el apretado moño rojo de la profesora moviéndose de acá para allá mientras lo chupaba, el remilgado peinado era más excitante que lo que podía expresarse con palabras.
-Más rápido. -Él apretó sus dientes, su respiración iba cada vez más rápida-. Haz que me corra, nena.
Ella chupó más rápido, concentrándose en ir de arriba abajo, del medio de su eje a la punta roja de rubíes con sus labios, sorbiendo su polla de arriba abajo, más rápido y más rápido. Zayn podía oír los sonidos que ella hacía al sorber ruidosamente, el modo excitante en ella le mantenía gimiendo mientras ella lo sorbía. Miró su larga y gruesa longitud de¬saparecer en el calor de su boca repetidas veces, una y otra vez ...
Él cerró sus ojos con un gruñido, sus dientes se apretaron cuando salió a chorros su semen dentro de su boca. Gimió cuando ella drenó sus pelotas, amamantándose frenéticamente mientras sus labios se juntaban para extraer todo su jugo.
-Sigue bebiendo de él, nena -dijo él en voz ronca, empujando sus caderas hacia ella.
Su respiración era pesada, sostuvo su cabeza cerca de él, queriendo que ella devorase su polla, de la misma manera que una mujer quiere que un hombre devore su coño cuando la hace correrse violentamente.
Ella siguió sorbiéndolo hasta que su pene quedó parcialmente fláccido. Solo entonces, cuando su respiración esporádica volvió a ser seminormal y sus pelotas estaban vacías bajo su polla, ella hizo que sus labios comenzaran a mordisquear la cabeza de su polla, sorbiendo el semen que aun quedaba en el diminuto agujero.
-Mierda -masculló él cuando su cara finalmente apareció en su línea de visión. Él cogió su pelo y le quitó el pasador que llevaba-. Vas a hacer esto muchas veces durante los tres próximos días -le prometió con un gruñido.
Ella no dijo nada a eso, solo lo contempló con sus pechos que subían y bajaban, esperando que emitiera su siguiente orden.
Zayn tiró el broche del pelo por encima de su hombro, luego flexionó una rodilla para quitarle la fea falda. Él se la quitó rápidamente, gruñendo con placer arrogante cuando notó que ella había mantenido la tanga negra en vez de ponerse aquellos espantosos calzones de algodón de abuela que había visto en la bolsa de viaje.
Él se puso de pie y dio un paso atrás para mirarla, llenándose de ella. Sus fosas nasales se ensancharon cuando su fija mirada oscura vagó por la longitud de su cuerpo, tomando una embriagadora fotografía de su imagen. Su profesora, desnuda, manteniendo la negra tanga, de rodillas ante él, sus manos suspendidas encima de su cabeza con esposas, su pelo rojo oscuro que se derramaba hacia abajo en una cascada, como había fantaseado durante los dos últimos años.
Él cogió su barbilla entre sus manos.
-Levántate -dijo con un gruñido, su polla ya estaba erecta. Dulce Jesús, él nunca había conseguido ponerse tan duro tan rápidamente dos minutos después de vaciar sus pelotas-. La primera vez que te joda -murmuró él, sus ojos entrecerrados mientras ella despacio se ponía de pie- voy a montarte de frente, así podré mirar tu cara cuando me hunda en tu coño.
Él la vio temblar, pero sin decir nada.
-Y luego voy a joderte por detrás, clavándotela hasta que me corra. -Su índice pellizcó su pezón erguido-. Luego te daré de comer y te dejaré dormir antes de volverte a joder otra vez -ronroneó él.
Él la vio tragar despacio mientras los gatunos ojos verdes de ella se elevaron hasta encontrar los de él. Ella parecía nerviosa pero dispuesta, y él se preguntaba por qué seguía aun tan nerviosa dado el hecho de que ella acababa de drenarlo a seco.
Tal vez, pensó Zayn en un gruñido cuando alcanzó la palanca para liberarla de forma que pudiera atarla a la que estaba encima de la cama, tal vez ella entendiera finalmente cuando pasaran los tres días, que él iba a mantenerla

La Posesion (zayn y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora