-¿Todo está bien?

Mi voz era casi imperceptible, los nervios se habían consumido toda mi persona. No sabía cuáles eran sus intenciones con aquella manera de actuar pero, me moría por saberlo, no iba a negarlo. Continuó caminando hacia el respaldar de la cama y lanzó su cuerpo, pegando su pecho al mío. Una vez más nuestros rostros se aproximaron, pero no nos mirábamos, sino que sus ojos estaban dirigidos hacia el mismo respaldar de metal sobre mi cabeza. Ubicado de manera totalmente incómoda, estiró su brazo izquierdo y tomó el pantalón que se encontraba colgando del barandal. Se levantó luego, y caminó hacia la parte menos iluminada de la habitación. Algo parecido a un jadeo se escapó de mi boca, generándome sorpresa, por lo que inmediatamente la cubrí con mis dos manos, esperando que no se hubiera dado cuenta.

-Ya estoy listo.

Parecía que había tomado por costumbre tomar mi mano para caminar. Todavía no me sentía del todo cómoda, pero esperaba que eso cambiara con el tiempo. Teniendo una semana entera en esa isla, no iba a dejar pasar ninguna oportunidad para estar al lado de Daehyun y compensarlo por el tiempo que estuve lejos.

Caminamos por la playa, con la brisa fría, los escalofríos se hacían cada vez más intensos, hasta que la persona al lado mío me cubrió con la chaqueta que antes llevaba puesta. Otra vez, aquella sensación de por fin ser importante para alguien, me hacía arrepentirme de esos días en los que maldecía a toda forma de vida a mi alrededor, esos días en los que pensaba que podría estar bien sola. Porque con personas como el muchacho que me tomaba la mano y acariciaba mi cabello de vez en cuando, todo volvía a tomar color y el dolor regresaba al pasado.

-No creo poder regresar, al menos por un tiempo.

Su rostro se encontraba mirando las aguas oscurecidas por la noche, por lo que no pude distinguir qué clase de expresión guardaba mientras me decía aquello.

-¿Sucedió algo? ¿O simplemente fue demasiado para ti?

Inmediatamente su cabeza giró hacia mí, y me vio con el rostro elevado hacia el suyo, mirándolo con esa paz que siempre llevaba conmigo al estar a su lado.

-¿Cómo lo sabes?

-¿Saber qué?

-Que fue demasiado para mí...que los días eran tan difíciles de asumir que por mucho tiempo deseaba no despertar para no tener que hacer todas las cosas que se suponía, tenía que hacer...

Ahora, pudiendo seguir los cambios de expresión que su cara mostraba, podía darme cuenta que lo hizo por él, por mantener su sanidad. Me dejaba un poco más tranquila, pero de todos modos, me entristecía el hecho de que se encuentre aquí, en el lugar que él mismo nombró como el que nunca le dejaría cumplir sus sueños.

-Lo sé, no es fácil. Pero confío en ti, sé que vas a lograr cumplir con tus objetivos, así el proceso sea un poco más largo de lo que creías. Y estoy muy feliz de que hayas podido darte cuenta que las cosas no podían seguir ese camino si no te estaban haciendo feliz.

Parecía como si no creyera que esas palabras estuvieran saliendo de mi boca. Desde que lo vi otra vez en el restaurante donde trabaja ahora, sólo me había limitado a responder sus preguntas y a hacer mínimos comentarios, tanto a Karen como a él. Pero en ese momento, observando sus ojos, que se llenaban de confusión intentando convencerse de sus propias decisiones, las palabras afloraban como si estuvieran sentenciadas a salir de mi boca desde hace mucho tiempo atrás. Con la intensidad de su mirada, traspasando la oscuridad de la noche, todo aquello que le dije a Daehyun también terminó llegándome a mí, descubriendo que yo también tenía que darme cuenta que no era ninguna cobarde por encerrarme en esa habitación durante tanto tiempo, porque estaba haciendo lo que creía era mejor para mí, porque era yo lo más importante que tenía, y no ese hombre al que le había dado mi confianza y lo había convertido en el poseedor de mi felicidad. Mi error estuvo en rehusarme a darles una oportunidad a todas esas personas que sólo querían ayudarme, alejándolos con palabras hostiles y cerrándoles, literalmente, las puertas de mi vida. Pero eso no iba a pasar nunca más. Lo había descubierto cuando casi automáticamente mis brazos se abrían para cobijar el cuerpo de ese muchacho, esperando que con la simple caricia de mi mano sobre su espalda, supiera que estaba allí para él en toda ocasión. La necesidad de ser la fuente de fortaleza para alguien y no dudar de mi capacidad para serlo, era lo que me hacía saber que de a poco el pasado al que tanto temía que regresara, se desvanecía, no sin antes dejarme con todas esas enseñanzas.

-Todo estará bien. Lo vas a lograr, estoy segura.

La forma en que su cuerpo se encogía cada vez más entre mis brazos, y su respiración golpeando mi hombro, hacían que no quisiera dejarlo ir. No estaba pensando en hacerlo pronto, pero sabía que nuestro tiempo no era eterno, lo que llenaba mi cabeza con escenas de despedida como aquella en la que casi pierdo la amistad del moreno muchacho de la isla. Debía pensar en alguna forma de convencerlo de volver a la ciudad.

I'm gonna make you love me  [BangYongguk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora