Tinieblas

Primera parte.

Me encontraba cansado de los constantes cambios de casa, no lográbamos durar un año en ninguna, ya no me interesaba hacer amigos o conseguir alguna novia porque no permanecíamos en ningún sitio por mucho tiempo.

El auto freno enfrente de una casa que se le notaba vieja, sus paredes eran griseaseas y se les notaba que la pintura se les caía a pedazos, tenia un par de ventanas rotas, baje del auto sin pensarlo mucho, no me interesaba el estado en el que se encontraba.

Después de bajar varias cajas, y algunas maletas entramos, era un sitio que tenía un olor un tanto peculiar, tenía unos cuantos muebles pero se encontraban repletos de polvo, y como si algunos cojines hubieran sido mordidos hasta ser destruidos.

– Craig, mira, creo que estoy enamorada. – mi hermana jalo de mi sudadera para entregarme un cuadro que al parecer encontró, era de un chico rubio, tenía facciones bastante lindas y unos ojos grandes y azulados.

No lo pensé dos veces y saqué la fotografía del cuadro para guardarla en mi sudadera, me sentía nervioso por alguna razón, comencé a caminar por los cuartos hasta que me encontré uno que por alguna razón me hizo sentir un ligero escalofrío.

Abrí la puerta llenándome de polvo, en su interior se encontraba unos cuantos muebles y una cama grande la cual tenía una libreta encima, la tomé y al momento de levantarla está tiro un par de fotos más.

Logré notar que eran del chico rubio antes mencionado, se le veía sonriendo y haciendo expresiones peculiares, comencé a sonreír admirando las fotografías hasta que pude sentir como alguien jalo nuevamente de mi sudadera, mira hacia atrás y no había nadie, aunque a lo lejos pude escuchar a mi hermana gritar.