¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]

22. ¡Concéntrate!

Capítulo 22: "¡Concéntrate!".

Emma.

Mi teléfono comenzó a sonar como loco en mi bolso. Todas las miradas se posan en mí, incluida la de mi padre, quien me mira enojado.

—Lo celulares están prohibidos en mi clase —dice en un tono monótono— Y sin excepción de personas.

Los demás chicos comienzan a mirarse entre sí y la mayoría apagan sus celulares. Miro la pantalla, es Cooper y no me llamaría para algo si no fuera importante.

—Es urgente —me excuso.

Scott me hace un gesto para que me aleje, me voy a una esquina y contesto.

— ¿Ocurre algo? —se supone que Cooper solo llama cuando le ocurre algo que no puede contarte por mensaje de texto y parece que este es el caso.

— ¡Emma! —Su grito hace que aleje el celular de mi oído— ¡Camelia está loca!

Me pongo a reír.

—Dime algo que no sepa —cambio el celular de lugar. Mientras mi padre les da algunas instrucciones a los chicos de la clase— ¿Qué hizo esta vez?

— ¡Me besó! —Grita desesperado— ¿¡Puedes creerlo!? ¡Mis virginales labios Emma!

Me atraganto con mi propia saliva ¿esto de verdad estaba pasando? Oh vaya, Camelia hace unos días se sinceró conmigo y me había dicho que le atraía Cooper, pero nunca pensé que hiciera algo así de arriesgado. Ella se merece un altar.

— ¿¡Qué!? —le respondo de vuelta y atraigo la mirada de mi padre— Cuéntame cómo pasó —escucho como suspira al otro lado de la línea.

—Para nuestra sorpresa tu hoy no fuiste a clases y estuvimos la mayoría del día juntos... ¡ay no! Todavía no me lo creo —puedo imaginármelo en su cama mirando hacia el techo recordando lo sucedido— El casino en la tarde estaba repleto y tuvimos que almorzar en las gradas, todo iba bien hasta que ella se me quedó mirando... —hace una pausa— No puede resistirme y la besé.

—Espera un momento Cooper, me acabas de decir que ella te besó. Mentiroso, explícate —me siento en una banca que hay cerca.

—Bueno, quizás mentí... fui yo, yo la besé.

— ¿Qué pasó después?

—Me respondió el beso y se fue, me dejó ahí con ganas de más —suspira otra vez— No la he vuelto a ver y no me responde a los mensajes. Quizás hice algo malo ¿Qué dices tú?

—Le gustas a Camelia, empecemos por ahí... yo creo que ella no pensó que el beso pasara así de la nada y se asustó —rasco mi ojo— Es en lo único que puedo pensar ahora y quizás deberías invitarla a salir para aclarar las cosas.

— ¿Tú crees? Si no me responde.

—Déjala procesar lo que acaba de pasar y estoy segura de que te responderá.

— ¿Me darías un empujoncito? Digo...podrías preguntarle de lo que sucedió hoy y convencerla de que salga conmigo.

Pongo mis ojos en blanco.

—Veré que puedo hacer, pero no te prometo nada y no sigas insistiendo, te lo repito —mi padre comenzaba a hacerme gestos para acercarme a la clase y le hago uno de vuelta para que me espere— Otra cosa, no le grites.

— ¿Por qué?

—Solo hazme caso. Se pone un poco ruda.

—Está bien. Ahora debo irme, tengo que salir con mis padres —se escucha como se levanta de la cama— Muchas gracias por tus consejos amiga mía.