Capítulo 26.

17.2K 1K 14
                                    

Estamos ya en la recta final de esta historia, tres capítulos más y ya se acaba. Espero que les guste y espero poder volver actualizar en la semana. Besos.
Instagram: wattpadvictoria
Página de Facebook, link en mi perfil.

**************
Un solo sentimiento se mostraba en aquel lugar; amor y felicidad abundaba ahí, Angelina seguía sin creerlo, la abrazaba tan fuerte como pudiera.

La niña tenía casi las mismas facciones que ella, solo que los ojos y nariz la había sacado de su padre. Tenía el cabello igual de rubio que su madre, lacio y blanca como una hoja. Esa niña tenía mucho de ella y estaba agradecida con Dios y el mundo por haberla devuelto a su lado.

—Se llama Amanda, la registre con tu apellido y el de mi hermano, pero si lo quieres cambiar no me opondre.—Rebeca miraba la escena con los ojos empañados de lágrimas, era un momento muy emotivo el que ahí pasaba.

—No te preocupes, de eso hablaremos después.— a ella le costaba hablar a causa de los sollozos que de su boca escapaban.—Ahora me gustaría hablar sobre ella y lo que realmente paso.

Angelina miro a su hija y beso su frente repetidas veces, los tres fueron hacia un sofá y ella le paso a la niña a Maximiliano, quería que la conociera y se familiarizara. Aquel pequeño cuerpecito miraba hacia abajo, apenada.

—Bueno, mis padres se quedaron con ella cuando mi hermano murió, yo quise quitarla de ahí y un año después lo conseguí. Mi madre no estaba de acuerdo con mi papá de que te hayan quitado a tu hija.—Rebeca la miraba con pena.— Cuando conseguí traerla a vivir acá, te quise contactar, pero era como si hubieras muerto, sabes que yo siempre te he tenido mucho cariño y quería devolverte lo que hace años te habían quitado.—Angelina lloraba al escuchar la historia, Maximiliano le agarro la mano para darle fuerza y valor.— Un año completo estuve buscándote, fui a tu casa donde antes vivías pero no había nada, contacte a un investigador, pero no logro encontrarte.

—¿Ella en algún momento supo de mi? —Angelina le pregunto esperanzada.

—Claro, tenías fotos conmigo de cuando estabas embarazada y siempre le dije que tu eras su madre, Amanda es una niña alegre, cuando no conoce o no se siente familiar con algunas personas no habla, pero cuando menos lo espere lo hara. Ella esta estudiando, tiene amigos y mi marido y yo siempre estuvimos al pendiente de ella. Mi hermano la conoció poco, pero sus últimas palabras dichas fueron estas "Si algún día llegas a volverla a ver, dile que me arrepiento de lo que hice, fui un estúpido y nunca podré perdonarme lo que hice. Cuida de mi hija y encuentra a la persona que una ves fue el amor de mi vida, Angelina." Yo se que mi hermano se arrepintió del daño que te hizo, fui consciente de las veces que mi padre y el peleaban por lo que te hicieron. —Angelina estaba temblando, destrozada por escuchar las últimas palabras de el, pero feliz por ahora ya estar completa.

—No puedo creerlo—negó ella con la cabeza.— No quiero hablar de tu hermano, pero me alegra que tan siquiera se haya arrepentido. Gracias por cuidar de mi hija, por mantenerla bien y apoyarme cuando estuve embarazada, se que tu le tienes mucho cariño y cuando quieras verla solo tienes que decirme o sin decirme puedes verla. Nunca podré pagarte Rebeca, eres otro ángel mas que Dios puso en mi camino.—ambas mujeres se levantaron de ahí y se abrazaron, demostrando así el cariño que ambas tenían.

—Vayan a casa, llévatela y pronto nos veremos.—sonrieron alegres, Rebeca abrazo a la pequeña y los acompaño a la puerta.

—Nunca podré pagarte esto, gracias por todo.—Angelina tomo las manos de la mujer y la miro con cariño.—Nos vemos pronto.

Subió al auto y Angelina no quería decir nada hasta llegar a casa, la niña se durmió en sus brazos y sin querer ella también se quedo dormida. Sintió un cosquilleo en su mejilla, frunció el ceño y abrió los ojos cuando sintió que alguien la tomaba en brazos.

—No es necesario, puedo caminar.—hizo ademán de bajarse, pero Maximiliano negó con la cabeza divertido por como lucía.

—Amanda esta en la habitación, la arrope y quedo como un angel dormidita.—Angelina sonrió agradecida y antes de que subieran a la habitación ella lo tomo del cuello y lo beso con amor, agradecimiento y cariño. Muchos sentimientos se mezclaban entre ellos.

—Nunca podré pagarte todo lo que has hecho, eres la luz de mi vida, Un ángel que me había estado esperando, que me pusieron en mi camino. Gracias a ti ahora soy una mujer fuerte, una mujer que jamás podrá pagarte con lo que has hecho, la vida no me alcanzaría a agradecerte.— ella hablo sobre sus labios y mirándolo, él tenía varias lágrimas esparcidas a causa de las palabras de su amada.—Te amo Maximiliano, eres mi vida entera.

Maximiliano la apego mas a su cuerpo y la abrazo, la amaba con su vida, esa mujer estaba tatuada en su piel, alma y corazón. La lleno de besos y susurro en su oído cuanto la amaba, quería pasar el resto de su vida con ella, la eternidad si fuera posible. Después de entregarse el uno al otro, subieron a la habitación y se quedaron dormidos profundamente.

La vida de Angelina al fin volvió a ser completa, tomo un color más intenso, mañana le presentaría a su abuela a la pequeña, estaba feliz y agradecida con su novio y Rebeca. Su abuelo estaría orgulloso de ella, de ver que al fin era completa.

Al día siguiente Angelina se levantó temprano, no sin antes darle un beso a Maximiliano, se fue a preparar el desayuno y después subió a despertar a su hija.

—Hija, levántate, tienes que desayunar.— la movió levemente y después abrió aquellos ojos grandes y azules.

—Mamá.—y sin más la pequeña rodeó su cuello y la abrazo, era una escena tierna. Angelina estaba feliz, lágrimas de felicidad salieron.

Después de ese momento bajaron las dos tomadas de la mano, Maximiliano ya estaba terminando y al verlas así, sonrió.

—El es mi papi, verdad mamá.—la niña miro a ambos y Angelina asintió feliz.

—Claro que si, pequeña ven acá.

Aquel hombre la recibió con los brazos abiertos, ellos ya eran una familia completa y feliz. Terminaron de desayunar y después se pusieron a jugar con la pequeña, en esa casa solo podían escucharse risas y gritos.

Tocaron el timbre y Angelina fue a ver de quien se trataba, abrió y se encontró con cuatro personas, su abuela a quien ya extrañaba y a sus supuestos padres y hermanos.

—Cielo, te olvidas de mi.—su abuela le dio un beso en la mejilla.

—Nunca me olvidaría de ti abuela.—Dejo pasara aquellas personas y se sentaron en el sofá.

—¿Y Maximiliano?—pregunto Melisa.

La pregunta quedo en el aire porque segundos después los amores de su vida entraron, todos los ojos eran puestos en ellos.

—Mami.—la pequeña corrió a su encuentro y Angelina la tomo en brazos.

Esas cuatro personas quedaron con la boca abierta, no podían creerse lo que sus ojos veían.

Triunfo del Amor © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora