Capítulo:34

3.1K 227 74
                                    



¿Jugamos?

La pelota salió en la canasta con la misma facilidad con la que entró. Harry la cogió antes de que tocara el suelo, la votó para volver a lanzarla y cogerla en el aire nuevamente.

Aquella mañana de viernes, Harry, había decidido saltarse una de sus clases para irse a la cancha de baloncesto. Se había puesto un pantalón corto deportivo, era ancho, negro y le llegaba por las rodillas. Su perfecto torso lo cubrió con una camiseta de tirante blanca, también era ancha, y algo larga.

Cuando el timbre sonó Dafne salió corriendo de la clase de Biología. Corrió por los pasillos sin importarle a que o quien golpeaba con su enorme bolso colgando de su hombro derecho. Su piernas se movían metidas en aquel pantalón vaquero, ancho y roto, hasta que Emma se puso frente a ella y no la dejó seguir avanzando.

—Está en la cancha de baloncesto.

Sin que Dafne preguntara, la rubia le dijo el paradero de aquel buscaba. Trató de correr hacia allí pre Emma se lo impidió al agarrar con fuerza su brazo desnudo. Ambas se miraron, una sin expresión alguna en su rostro y la otra sonriéndole.

—Deberías entrar en el equipo de animadoras. — Dafne negó y corrió hacia la cancha de baloncesto.

Abrió las pesadas puertas y allí estaba Harry, tirando a canasta de nuevo. Comenzó a correr hasta él, dejando caer su enorme bolso por el camino, sintiendo como su pelo largo daba en su espalda.

—Harry. — gritó y el nombrado se volteó.

Antes de poder reaccionar él ya tenía sus manos colocadas a los costados de Dafne, sobre sus costillas, y a ella colgada de su cuello. Movió una de sus manos y pudo tocar la piel de Dafne, aquella que la camiseta ancha de tirantes no tapaba.

—Gracias. — comenzó a separase de él que se negaba a soltarla.

—Vas a tener que explicarme qué coño está pasando. — Dafne rio.

—Aprobé el examen de biología.

—ah eso, yo ya sabía que lo aprobarías.

La levantó del suelo y comenzó a dar vuelta con ella entre sus brazos mientras disfrutaba de su risa. Cuando la soltó, Dafne fue hasta la pelota abandonada y con ella entre sus manos miró a Harry. Ambos sonreían.

— ¿Jugamos?

Harry asintió y el juego comenzó. Era un juego extraño, un juego en el que no se respetaban las reglas, donde ganar consistía en ver reír al otro. Un juego al que ellos llamaron baloncesto, pero que no lo era.

"Eso es trampa" se quejó Dafne cuando Harry la cogió por la cintura. "También lo es correr con la pelota en la mano sin botarla y tu lo has hecho" le dijo mientras metía la pelota en la canasta.

—Yo puedo hacer trampa porque no conozco las reglas. — dijo Dafne cruzándose de brazos.

—Yo tampoco. — le contestó Harry acercándose a ella.

Harry dejó caer la pelota de sus manos y esta botó en el suelo sin que ninguno fuera a cogerla. Los brazos de Dafne dejaron de estar cruzados y los de Harry se enrollaron en la pequeña cintura de ella.

Lentamente los brazos de Dafne se posaron sobre los hombros de Harry. Sus labios se pegaron, temerosos de lo que sucedería cuando ya no estuvieran en contacto. Comenzó siendo un beso tímido y delicado, pero pronto la timidez se fu siendo sustituida por la pasión, la delicadeza siguió ahí.

Ella {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora