Capitulo 27- De vuelta a mi hogar...

Beginne am Anfang
                                    

—Estaré bien, es solo para que puedan coger ventaja, ¡Váyanse de aquí!—dijo mientras hacía retroceder al penitente con la lanza entre las manos.

Con no mucha facilidad, logre coger a Thomas por los brazos y lo ayude a levantarse para poder avanzar hacia no sabía dónde. Junto con este, fui por varios sitios aún sin saber hacia dónde nos dirigíamos. Todo era igual, paredes llenas de enredaderas y penitentes, así que tampoco es que tuviéramos a donde ir, y no los iba a dejar en esa situación para irme a mi hogar, no podría...

Seguí caminando con Thomas a mi lado y justo cuando creíamos estar más o menos a salvo nos apareció otro de esas horribles criaturas. No sabía qué hacer, Thomas no podía luchar y la única esperanza que teníamos los dos de sobrevivir era que luchará yo contra el penitente.
Rápidamente cogi las armas que tenía Thomas, e intente medio asustar al ser horripilante que tenía en frente mío. Intenté hacerlo retroceder con la lanza y con el cuchillo que sostenía en mi otra mano lo intentaba  apuñalar de cualquier forma. Todo era un caos, nunca había hecho algo parecido, pero era agotador, tenía que protegerme con cualquier cosa y estar al pendiente de sus patas metálicas para que no me picara. Nunca había hecho algo parecido, pero la acción me asustaba y a la vez me ponía eufórica.

Thomas me miraba mientras luchaba y se le veía asustado, él no podía hacer nada y ni siquiera podía esconderse, le dolía demasiado el tobillo como para poder salir corriendo, y tenía que estar de tras de mí para que yo lo protegiera. Quien lo habría dicho, siempre pensé que podría llegar a ser al revés y en ese momento me daba cuenta de que era todo lo contrario.

Me arrepentí de ponerle atención al moreno, pues justo cuando me distraje por un segundo, la bestia lo aprovechó para tirarme al suelo con una de sus patas. Si, estaba asustada, no sabía que terminaría ahí, picada por un penitente y terminada por una enfermedad que, por mucho que me resultará interesante, me helaba el cuerpo de solo hablar de ella. Poco a poco vi como el penitente abría su asquerosa boca, dejando ver toda su baba acumulada, era asqueroso.

—¡Amy!—escuche gritar a Thomas.

Por instinto mis ojos se dirigieron a la pata en la que tenía veneno al escuchar como la sacaba, no podía hacer nada, el horrible ser me tenía acorralada con sus patas metálicas y ni siquiera tenía la lanza para poder ensartársela de una vez, pues cuando había caído al suelo la lanza había salido volando por los aires.
Espere a sentir la picadura que me cambiaría. Mis ojos no se apartaban de la bestia, quería verlo, ver cómo se pronto me convertiría en una persona horrible y consumida por una enfermedad... Una enfermedad también horrible.

Lo único en que reparaba en ese momento era en el penitente, pero en menos de diez segundos, si saber cómo, una lanza apareció de la nada y me salvó de todo eso. El asqueroso "animal" se cayó hacia atrás al sentir la lanza justo donde se suponía que debía estar el corazón y pronto pude ver cómo se restregaba contra el suelo, ya listo para morir.

Me levante rápidamente del suelo y observe a la criatura muerta.
<<¿Cómo...?>>
Observe a mi alrededor y vi cómo con dificultad Thomas se sostenía de pie.

De un momento a otro, de una de las calles del laberinto apareció Minho, con aspecto cansado. Inmediatamente ayudó a su amigo a sostenerse y los dos me miraron a mi.
—¿H-has sido tu?—le pregunté a Thomas confundida.
—No podía ver cómo esa cosa acababa contigo...
—Gracias...

—Será mejor que volvamos, las puertas no tardaran en abrirse y sinceramente ya quiero salir de este maldito lugar —interrumpió Minho. Sí que había pasado mucho tiempo, pero la redada era que entre la lucha con la criatura esa se me había pasado el tiempo volando.

¡¿Yo en The Maze Runner?!Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt