Capítulo I

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— ¿Cuál es más llamativo?, ¿el rojo fuego o el verde fosforescente? —oyó una voz que provenía de su lado izquierdo, giró y se encontró con dos grandes y bellos ojos cafés que lo miraban expectante.

— Definitivamente el verde —contestó serio, señalando uno de los sacos que le mostraba aquel joven bajito.

— Muchas gracias —sonrió— sabes, acabas de ayudarme mucho, hoy tengo una reunión y necesito verme bien —comenzó el joven con su parloteo.


JongIn quiso soltarse a reír del chico, porque no podía creer que alguien como él tuviera una "reunión importante", ni siquiera sabía cómo era que lo habían dejado entrar a ese tienda de ropa de marca tan prestigiosa.


Y también JongIn ya sintió que lo odiaba, en realidad odiaba que alguien hablará tanto, era estresante y mucho más cuando se dirigían a él. Sin mucho ánimo lo volvió a mirar y fingió ponerle atención.


— Si, de nada —contestó y se giró de nuevo para buscar aquel traje perfecto, él también tenía una reunión importante con los amigos y socios de sus padres.


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Después de vestirse con aquel pulcro traje azul marino, se miró en el espejo, ni una arruga se asomaba por la tela. Tomó las llaves de su auto último modelo y salió de su lujoso apartamento, digno de todo un empresario.


Hace tiempo que su madre había estado planeando aquella cena, si bien eran amigos de sus padres, JongIn jamás los había visto, tal vez tenía que ver un poco con el hecho de que se la vivió en internados durante toda su niñez y adolescencia.


Llegó a la mansión y estacionó su auto. Uno de los mayordomos lo recibió en la entrada y lo guio hasta la estancia.


— ¡Hijo! —exclamó su madre al verlo entrar.

— Buenas noches —saludó cortésmente.

— JongIn, te presentaré con mis más grandes amigos —habló su padre y se acercó a ellos.

— Do JunMin y Do MinHa —señaló su padre a un alto y fuerte señor y a una menuda y baja señora.

— Mucho gustó señores Do —contestó serio JongIn.

— Pero que grande estas —sonrió la señora Do— tu madre se la pasa hablándome de ti, te presume mucho y ahora sé por qué.


JongIn alzó su ceja derecha con petulancia, pues no se creía que su madre hablará de él, era toda una primicia para él, claro, sarcásticamente hablando, pues lo que hacía su madre le importaba poco.


— Pero si tú también hablas mucho de Kyunggie, es normal presumir a nuestros hijos —comentó la madre de JongIn con una sonrisa.

— A propósito, ¿KyungSoo no viene? —cuestionó el padre de JongIn, mientras el recién llegado simplemente se limitaba a ser espectador.

— Dijo que en cinco minutos llegaba —contestó el señor Do.

Differents ways. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora