24 - Situación inesperada

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Mi mejor amigo Max era un adolescente muy extrovertido, capaz de tomar decisiones nada razonables. Actuaba manipulado por sus impulsos narcisista sin importarle los sentimientos de los demás; pero él no tenía la culpa, más bien yo, por no poder corresponder su confesión.

"Me quedare con una chica por siempre", me dijo, y un día después me llamó para conocerla. La chica que se presentó frente a mí fue Clara, amiga de ambos. De entre tantas para elegir, la eligió a ella, pero... yo no tenía derecho de reclamar, solo aceptar la decisión de Max.

—No contesta —se quejó Clara mientras marcaba su celular. Ella, Max y yo estábamos en el parque cerca de casa—. Seguro está ayudándole a sus mamá en la pastelería, porque no contesta mis llamadas desde hace rato.

—No la llames, Clara, no le pedí que venga.

—Por qué —Clara afiló su mirada en forma de regaño, pero luego se alejó animada cuando su celular empezó a timbrar en sus manos.

Clara inició una amena conversación con Cristal, su mejor amiga. Por el desánimo de su tono de voz, comprendí que Cristal no iba poder reunirse con nosotros tres.

—Yo nunca pensé que tú con Clara... —hablé indignado—. Ella es nuestra amiga como para que la involucres en esto...

—Que importa quien sea, Caramel.

—Sí importa.

—Tú sale con Cristal, y también es nuestra amiga.

—Pero tu...

—No te preocupes por Clara, preocúpate por Cristal cuando se entere de que no estás enamorado de ella, sino de mí, y de que todo este tiempo la has estado utilizado para reprimir lo que sientes por un hombre.

Temí que alguien cercano hubiese escuchado las palabras de Max, aunque era poco probable, porque el tono de su voz fue moderado. La única que pudo escucharlo fue Clara, pero ella estaba conversando con Cristal.

Sin reclamarle, quise irme, pero él se interpuso.

—No estoy saliendo con Clara, aún no. Le pedí que viniera para decirle que salga conmigo. En realidad hice que ella venga porque fue el primer nombre que vi en mi celular. Eres amiga de Clara, Caramel, así no tendrás que lidiar con una chica que no conoces cuando tengamos que salir.

Ya no era correcto seguir siendo amigos...

No fue justo para los dos dejar que mis impulsos sentimentales nos hubiesen dado alguna falsa esperanza. Por mi culpa los dos estábamos parados frente a frente como dos desesperados por lograr que comprendiéramos la posición de cada uno.

Clara se acercó a nosotros un poco alarmada, pero felizmente no notó el conflicto que tenía con Max. Ella guardo su celular en el morralito que llevaba y se sentó en la banca cercana a nosotros.

—Cristal no va a venir. Su mamá la tendrá encarcelada hasta muy tarde, eso me dijo.

Pensé que era una buena oportunidad para irme después de varios intentos fallidos por la culpa de Max.

—Me tengo que ir. Mamá me dijo que regrese rápido a casa. Ella quiere que le ayude en algo.

—Ah, no, ¿en serio? No puede ser, no quiero regresar o mamá también me pedirá que le ayude con los deberes de la casa. Que aburrido.

—Entonces salgamos juntos— dijo Max.

Clara se puso de pie emocionada.

—Sí, salgamos los tres. Caramel, llámale a tu mamá. Dile que te vienes con nosotros. Ella es buena, seguro te deja.

—No clara, no me refería a eso, me refería a salir juntos, solo los dos, sin Caramel. Siempre me has gustado desde la primera vez que te vi, porque eres muy diferentes a las chicas superficiales con quienes Salí. Eres inteligente, eso también me gusta de ti.

—Ya me voy — trate de despedirme, pero esa vez Clara no dejó que me fuera.

—No te vayas, Caramel, o pensaré que no es una broma lo que Max me está diciendo. Hoy ustedes están muy serios para mi gusto.

—Es que no es una broma, Clara. Desde hace mucho Caramel sabe que tú me gustas, por eso quiere irse, para dejarnos solos; aunque no está de acuerdo que tú y yo salgamos, porque piensa que no merezco a alguien tan hermosa como tú.

—Yo no sé que decir —clara me miro, quizá con la esperanza de leer en mí las intenciones de Max.

No dijimos nada. Clara debió estar asimilando las palabras de Max, porque se quedó mirándolo paralizada, tratando de quizá buscar las palabras correctas para responder a su declaración. A ella probablemente alguna vez le gustó Max, no lo sabía, porque esas sospechas solo llegaron a mi como especulaciones que nunca quise comprender.

—Me voy —volví a decir.

—No, Caramel, quédate —Clara me ordenó con un tono seguro, y continuó con una sonrisa en sus labios—. Te voy a creer, Max. Es grandioso que el príncipe del colegio este enamorado de mí, eso me encanta y me divierte. Cuando las chicas del colegio se enteren me van a querer matar, pero que importa, porque seguro nunca se enterarán. Por alguna torpe razón imaginé que algún día me dirías que yo te gusto, porque ya sabes, estoy acostumbrada a los coqueteos de los chicos. Ahora ya no necesito nada más. Me siento tan feliz de poder decirte que no acepto salir contigo. No te deprimas, ¿ok?, porque alguna tontita te dirá que sí.

Clara estiró sus brazos, como si recién hubiese amanecido, retiró su cabello a su espalda y caminó unos pasos lejos de nosotros.

—Max, fue divertido rechazarte, me siento muy bien — ella se fue tarareando una canción muy alegre.

Clara, la chica bonita del colegio y mi amiga, rechazó al príncipe del colegio, por quienes las niñas rogaban una oportunidad para enamorarlo. No sé, pero me dio mucha gracia. Me empecé a reír por el desastroso desenlace del plan de Max.

—Ella me rechazó — Max no se veía dolido, pero si sorprendido. El también tomo la situación de manera graciosa.

Luego de reponernos de la divertida situación, Max me dijo:

—Quiero que sonrías siempre, como ahora. Ya no quiero salir con nadie. Tuve suerte de que Clara dijera que no, porque seguro no le aguantaba sus pataletas de enamorada, y lo más probable habría sido que terminaba con ella en la primera oportunidad. Solo quiero mirarte a ti, Caramel. Seamos amigos, así podre esperarte de cerca. No quiero que te alejes de mí.

Aunque no había aceptado la confesión de Max, lo quería mucho. También deseaba estar a su lado, por eso deje que mis sentimientos hablaran por mí.

—Yo tampoco quiero que te alejes de mí, Max — dije deseoso de que nuestra amistad retomara el recorrido que dejamos después de revelar nuestros sentimientos.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora