Capítulo 34

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Me bajo del camión sintiéndome desanimada, las palabras de la madre de Shawn no dejan de sonar de mi cabeza. Sé que lo dijo solo para que me sintiera mal, sé que es tonto que me afecte su opinión cuando ni siquiera me conoce, pero igual me duele. Sé que me afectan porque muy en el fondo creo que tiene razón, que no soy buena en nada más que en artes.

Entro al señor Pimiento y saludo al viejo Hest, espero que no se moleste ya que no estoy usando el uniforme, la verdad es que no sabía a dónde más ir y se me ocurrió refugiarme en este restaurante de comida rápida. Un gran escondite si me dejan aclarar, puedo deprimirme comiendo papas fritas hasta convertirme en un globo.

El lugar está vacío, por raro que parezca, esperaba que estuviera lleno considerando la fecha, aunque quizá se deba a la hora. Entro a la cocina, lo primero que me encuentro es a Poppy comiéndose a escondidas un helado en una de las esquinas, ella me encuentra con su mirada, sus cejas se tensan, entonces sé que no debo abrir la boca si quiero conservar mi cabeza. De todas formas no iba a acusarla, he hecho eso un montón de veces.

Me recargo en una mesa metálica, justo en ese momento entra Jackson por la puerta trasera cargando una caja de cartón, sus ojos me encuentran, esboza una extensa sonrisa que me hace sonreír un poco aun cuando no tengo ganas de hacerlo.

Se aproxima sin quitarme la vista de encima, deposita la caja en la mesa. Me asomo para ver el contenido, es un tumulto de pajillas.

—¿Qué está mal, hamburguesa rubia? —pregunta colocándose frente a mí con los brazos cruzados.

Es como si hubiera estado esperando que me lo preguntara pues suelto todo, le cuento desde el principio hasta la parte donde salgo precipitadamente de la casa, la pelea con Shawn en la parada de autobuses, el hecho de que la chica de la que ha estado enamorado ha decidido luchar por él, que eso me hace sentir como la tercera rueda.

Jack se queda silencioso, luego se aclara la garganta.

—No te sientas mal por lo que esa señora te dijo, no necesitas una calificación alta para ser bueno en la universidad, cuando entres verás que es muy diferente, hasta los más inteligentes sufren. Y si encuentras una profesión que de verdad te guste, no creo que se te haga difícil. Yo tenía una amiga que sacaba calificaciones bajas, luchó un montón para entrar a la carrera que quería, y ahorita es de las mejores de su generación. ¿Qué si te gusta hacer arte? ¿Por eso ya no vas a esforzarte por conseguir lo que quieres? No, Nat, eso no quiere decir nada. Así que si a ti te gusta... ¡no sé! Algo relacionado con la biología, ve por ello, y si descubres que no es lo tuyo, ve por otra cosa.

—Es que ni siquiera sé lo que quiero, Jack, siento que soy mala para todo —digo con un nudo en mi garganta.

—¿Crees que yo lo supe al principio? No, Nat, no tenía una jodida idea de qué hacer con mi futuro, es parte de encontrarse, hay algunos que nunca lo encuentran. Si sabes que te gusta el arte, investiga qué carreras podrían relacionarse, pero no te pongas a llorar por lo que esa mujer insinuó. —Miro el suelo, no muy convencida de lo que está diciendo. Su dedo índice levanta mi barbilla hasta que mis ojos se encuentran con los suyos—. Ese chico te pone triste, quiero ver la sonrisa de mi chica hamburguesa rubia ahora o si no esto se va a poner feo.

Miradas azucaradas © ✔️ (AA #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora