Capitulo 38
- ¿Puedo hacer algo para que me creas? No sé si es amor. Pero sé que necesito de ti -besó su cuello- Eso es todo.
- Sé que eres un capullo. Y no puedo creerte.
- Dame tiempo Mica : Micaela. ¿No? Confía en mi.
- Nacho no lo sé..
- Mírame -ordenó auroritario- a los ojos.
Ella hizo lo que le pidió.
- No te voy a hacer daño. Te quiero. ¿Vale? Yo no hago daño a lo que me gusta y quiero.
- Sigo sin creerte.
Nacho hizo ascender su mano por su vientre y le agarró un pecho. Lo masajeó durante unos segundos.
- Créeme... -pidió en su oído- hazlo... -Mica apoyó su cabeza en su hombro- Déjate llevar como ahora...
Otra vez cambió la posición de su mano. La llevó hasta la entrepierna de Mica, esta se estremeció.
- Todo empieza por la química, y nosotros la tenemos. ¿No lo ves? -ella asintió sin añadir nada- Si te llego a hacer algo húndeme la carrera.
- Eso es muy arriesgado. Podría destrozarte la vida
Nacho presionó con su mano. Ella se elevó un poco e introdujo el miembro de Nacho en su cuerpo.
- Así me gusta.. -susurró él sonriente besando su espalda- cogeme tú sola. Exprímeme.
Le agarró las caderas y ayudó a que su delgado cuerpo tuviera la fuerza suficiente para hacerlo una vez más. La verdad es que cada vez que tenían sexo, el clímax llegaba antes. O al menos eso le parecía a Nacho.
Mica, con la cabeza aún apoyada en el suave hombro de Nacho, buscó su boca y éste se acercó a ella para complacerla.
- Me gustaría verme Cogiendo así. Es la manera más sexy en la que lo he hecho.
Mica movía sus caderas de adelante hacia atrás. Nacho la excitaba mordiéndole los labios.Comenzó a temblar y se dio cuenta de que había llegado. Había sido asombroso, pero él no había conseguido llegar hasta el final. No le importó.
Se enjabonaron y entre bromas de Nacho se aclararon. Su primer baño juntos. Y esperaban que no fuera el último.
- ¿Y ahora qué? -preguntó ella mientras se abrochaba el botón del pantalón
- Ahora comemos. Y después si quieres vamos a visitar a mi madre, hace un par de días que no la veo.
- No me refiero a eso.. -soltó suavemente- Lo que tenemos tú y yo
- Lo disfrutaremos mientras dure. Esto es nuevo para mí. Y estoy algo asustado. Solo un poco. Así que necesitaré tu ayuda..
- ¿Pero es en serio eso de que me quieres y de que te estás enamorando?- quiso saber aún algo incrédula
- Deberías hacerme caso preciosa. Te quiero, te quiero, te quiero.
- Escríbemelo.
Nacho suspiró y salió del dormitorio buscando una hoja en blanco y un boli. Mica lo siguió. Abrió un pequeño cajón en el mueble donde estaba la televisión y sacó un bloc de hojas y tras buscar un poco más sacó el bolígrafo. Se apoyó en el mismo mueble y lo escribió: "Te quiero".
- No sé... -dijo ella acariciándole la espalda por debajo de la camiseta limpia que acababa de ponerse
Volvió a inclinarse para escribir y puso "De verdad". Miró a Mica y después dibujó un corazón.
- ¿Ya estás tranquila?
- Algo más, pero... sigo sin creerlo.
- Lo tuyo ya es cachondeo ¿No? -ella se encogió de hombros- Maldita seas.. -sonrió y fue a abrazarla- Te quiero...
Mica suspiró por fin aliviada. Aquel abrazo lo sentía verdadero, y aquel te quiero parecía ser dicho con sinceridad. Le dio un par de besos en el hombro y otro en la frente. Ella se apretó más aún al cuerpo fuerte que abrazaba, y él hizo igual. Eso no podía ser nada.
- Ahora entiendo por qué me gustaba pelear contigo
Llamaron al timbre.
- Corre, ve a abrir. Es tu casa.
- No abre tú, quiero que empieces a familiarizarte con esto.
- No voy a venir a vivir contigo.
- No te lo he pedido -rió y volvió a sonar el timbre- Vamos, ve.
- Está bien.
Se dio media vuelta y fue directa al contestador automático que había al lado de la puerta.
- ¿Quién es? -preguntó con voz algo gritona- ¿Qué quieres tú? Oye, guapa, soy su novia. ¿Vale? Date una vuelta por el parque, échale pan a los pájaros... pero no molestes.
Nacho llegó por detrás y contestó.
- ¿Sam? ¿Eres tú?
Micaela lo miraba desde un segundo plano con los ojos abiertos. Sorprendida. ¿Tenía la poca valía de hacer eso?
- Sí, bueno. Nos divertimos -sonrió- No no creo que debas subir. No puedes mejor dicho. Porque estoy con alguien y no creo que sea conveniente. ¿Vale? No, no es tu amiga -rió- Es una chica -miró a Mica- muy guapa. No la conoces. Pero no te enfades mujer. Tú y yo podemos ser amigos. Está bien, otro día nos vemos.