—Es que me estoy arrepintiéndome, porque no quiero arruinar tu felicidad —Con esas simples palabras sé que de que se trata, y fue lo primero que pensé en cuanto vi su nombre brillar en la pantalla de mi celular.

—Adelante.

—Es Zack, está perdido, ha caído en una depresión que lo está consumiendo, literalmente, y no me agrada que la última alternativa que tenga para salvarlo seas tú, porque sé que has empezado de nuevo y estas feliz —Me siento en la cama, esperando recibir las malas noticias, porque sé que no sólo se trata de eso, ¿qué es lo peor que pudo haberle pasado?, ¿qué Fernández lo haya torturado? Quizás.

—¿Qué le sucede? —Hace mucho que he querido hacer esta pregunta, que de la vida de Zack.

—Está peor que nunca, ha estado consumiendo más drogas y más alcohol, en una ocasión estuvo a punto de tener una sobredosis, ha dejado de comer, y estoy muy preocupado después de lo que hizo hoy —Un nudo se empieza a formar en mi garganta, lo que más retumba en mi cabeza es que estuvo a punto de morir por las drogas, y mi corazón se acelera.

—¿Qué fue lo que hizo?

—Se disparó, intentó acabar con su vida... —Dejo salir un chillido que interrumpe a Thomas y le digo:

—Dime que está bien, por favor no me digas lo que yo estoy pensando, porque enloquecería si me dices que...

—No, está estable, estoy con él en el hospital, está bien Brenna, no te estoy pidiendo que vuelvas con él, solo pensé que debías saberlo y esperaba que me dijeras que hacer —Si Thomas me ha llamado es porque es la situación es grave.

—Zack es muy reservado, y si está en depresión después de lo que sucedió con su madre, es posible que tenga muchas cosas que decir y no las dice, eso es lo que le hace daño, no hablar con alguien, hazlo hablar Thomas, esa es la respuesta —le hago saber. Me sorprende que él no sepa como es Zack, yo lo conozco como la palma de mi mano y eso es un arma de doble filo.

—Yo estoy preparándome para tomar un vuelo en una hora, estaré en Londres en siete horas, pero Thomas, él no puede saber que estoy en la ciudad, pasaré el verano allá, no voy por Zack, pero por favor cuídalo —No quiero que confunda las cosas y vaya a decirle a Zack que estoy saliendo de Ottawa para rescatarlo de su miseria, ya he hecho eso y yo nunca he salido bien, en este momento mi prioridad soy yo misma. De igual forma es increíble lo que Zack puede causar en mí, de tan solo pensar que podría estar muerto en este momento, me siento enferma y sin fuerzas.

—Mierda, Jenna no me ha dicho nada, descuida Bren, esto queda entre nosotros, perdón por preocuparte, nos vemos mañana —dice. En ese momento escucho la puerta abrirse, me parece que Nathan ha llegado.

—Envíame una foto de él estos últimos días —le digo antes de que pueda colgar. En cuanto colgamos la llamada, Nathan llega a mi lado, me saluda con un beso rápido y luego pregunta que sucede. Debo tener una expresión bastante preocupada para que preguntara eso.

—Mi cuñado me ha llamado, no te mentiré, me estaba contando lo mal que se encuentra Zack, le decía como puede ayudarlo —le hago saber a Nathan, quien solo asiente mientras baja las maletas de mi cama. Recibo el mensaje de Thomas, una foto de Zack, emito un gemido ahogado al ver la fotografía, no pensé que estaba tan mal hasta ver la foto. Claramente está sufriendo, está demasiado delgado, pálido, ojeras.

 Claramente está sufriendo, está demasiado delgado, pálido, ojeras

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Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora