CAPÍTULO 16

41.6K 2.8K 1.5K
                                    

16|¿POR QUÉ HAS VENIDO?

David

—Oh, David para... —escucho que susurra Alex en mi oído riéndose a carcajadas bajo mi cuerpo—. No sé cómo no me he dado cuenta antes de lo maravilloso que eres —dice mientras me acaricia el brazo con admiración.

Quiero decirle lo mismo, pero sin embargo no lo hago. Simplemente me fijo en ella. Su pelo esta liso y suelto. Unas ondas se forman al final de sus puntas moradas y no se encuentra con sus usuales pelos de loca o con sus dos trenzas con las que parece Pocahontas. Está realmente hermosa.

—Sabía que te acabarías dando cuenta tarde o temprano... —le digo dejándome caer a su lado y la envuelvo en mis brazos sintiendo su calor y su presencia por todo mi cuerpo.

—David, ¡para! —empieza a darme manotazos Alex con cara de asco cuando la abrazo.

Le miro raro frunciendo el ceño. Hasta hace un rato le encantaba todo de mí. Intento abrazarla más fuerte para que deje de darme manotazos, pero solo consigo llevarme un puñetazo en la cara y de repente todo comienza a volverse negro.

—¡David!— gritan en mi oído—. ¡Suéltame!

Yo comienzo a abrir los ojos poco a poco y lo que encuentro no sé si me hace gracia o me provoca repugnancia. Al abrir los ojos por completo me doy cuenta de que estoy abrazando a Yoel, y que este me mira con enfado mientras se masajea los nudillos.

—Recuérdame, que nunca, jamás en lo que me queda de vida volveré a dormir contigo. Eres un degenerado, ¿se puede saber con qué soñabas? —me pregunta mi amigo tras deshacerse del brazo que abarcaba su cintura.

Miro hacia abajo y me sorprendo al ver lo que ocurre en mi parte inferior. Me quedo un rato pensando en las imágenes de Alex y no puedo evitar sonrojarme un poco. Le sonrío brevemente a Yoel y me encojo de hombros. Él me echa una última mirada con cara de asco y sale de mi habitación.

Hoy volveré a ver a Alex, ya que tengo que entregarle ese estúpido trabajo al profesor para el que ella trabaja.

Me levanto de un salto de la cama y me visto pensando en que gilipollez le voy a decir hoy para cabrearla. Co tan sólo pensarlo me entra la risa floja. Una vez vestido preparo las cosas que tengo que llevar a clase y salgo de la habitación dispuesto a desayunar. Al salir de la habitación encuentro a Elena hablando con Yoel y Ricky, los cuales se encuentran gesticulando exageradamente con las manos azotándolas en el aire.

—No voy a quedarme con ella, no la conozco de nada y tengo prácticas que realizar en el día de hoy... —oigo a Ricky decir en voz baja.

Elena mira esta vez a Yoel, quién rápidamente comienza a negar con la cabeza.

—Elena, sabes que no puedo. Tengo un examen ahora y no puedo faltar. Sabes que si pudiese lo haría.

—¿Entonces quién se va a quedar con Nat ahora? No podemos dejarla sola —la escucho decir indignada con todo y con todos—. Solo serán seis horas, las horas en las que estoy en clases por favor... —les suplica a ambos haciéndoles ojitos.

Una rosa para Alex.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora