🌹Capítulo 8 Segunda Parte🌹

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El camino de regreso a casa había sido muy callado, ni Max, ni yo habíamos cruzado palabra alguna, no habíamos hablado de esa extraña situación con Amelia y mucho menos de lo que había pasado entre ambos en el vestidor

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El camino de regreso a casa había sido muy callado, ni Max, ni yo habíamos cruzado palabra alguna, no habíamos hablado de esa extraña situación con Amelia y mucho menos de lo que había pasado entre ambos en el vestidor. Yo me dediqué a ver por la ventana y él simplemente manejó. Llegamos a casa y ni siquiera había apagado el carro, cuando me bajé sin voltear a verlo.

Entre en mi casa en paso acelerado.
Subí a mi habitación sintiéndome una tonta. Pero no tenía tiempo para pensarlo, debía arreglarme, en unas pocas horas sería mi presentación.

Después de darme un baño y quitar esa sensación de mi cuerpo. Solo me puse una bata para que pudieran arreglarme. Al entrar a la habitación de mi madre me encontré con él maquillista, a su lado estaba la modista y la estilista arreglaba todo lo que iba hacer en mi pelo. Todos ellos tenían miles de cosas, como si fueran a transformar a Frankenstein.

Después de tres horas estaba lista.

Me paré enfrente del espejo y quedé sorprendida, en realidad no parecía yo, me miraba linda. Mi vestido era negro, corte de sirena, me tallaba muy bien el cuerpo, estaba destapado de la espalda y el escote llegaba casi donde empezaba mi trasero, me habían dejado el cabello suelto pero bien arreglado. Mi maquillaje no era tan cargado, no estaba tan maquillada pero me veía bien. Hasta me pellizqué levemente para ver si no estaba soñando.

Mi padre entró por la puerta exaltado, se veía tan galante en su traje blanco.

—¡Lista! —abrió sus ojos al verme—, ¡Wow! Luces hermosa. Tengo una hija preciosa —sonrió con el rostro sereno—. ¿Lista? —volvió a preguntar.

—¿Eso creo? —le respondí nerviosa.

—Todo saldrá muy bien. Eres una Jones, acuérdate de eso.

—Sí, padre —me dio un beso en la mejilla y mi madre lo reprendió porque según ella estaba arruinando mi maquillaje.

—Vamos cariño —le dijo mi madre quién también lucia espectacular.

Mis padres salieron y vi entrar a Amelia con dos copas de champaña. Se veía radiante, pero esta vez sí podía decir que yo me veía mejor, ya que ver a Amelia así era típico y normal.

—Aome, luces preciosa —dijo extendiendo una de las copas.

—Igual tú, Amelia —respondí tomándola con algo de duda.

—Se que tocarás una melodía de piano. Así que te traje algo para que te relajes —bebió de su copa—, yo estaba igual que tú, me moría de nervios en mi presentación. Creo que lo recuerdas ¿cierto? —dio otro trago—. En ese tiempo aún salía con Max, aunque ese día de mi presentación tú vivías en otro mundo —volvió a beber y me hizo señas para que bebiera el mío—, siempre tan inocente, siempre jalándolo, inconscientemente siempre lo hacías —eso lo había dicho con un tono burlesco.

Amor Prohibido Where stories live. Discover now