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-Ya.No.Puedo.Mas- digo tirandome en el césped. Adam y yo estamos en el jardín trasero de la casa de mi padre. Entre el calor y todo el ejercicio físico que estoy haciendo creo que voy a desfallecer. Llevo el pelo recogido en un moño informal y una cinta para el pelo, un top deportivo y una mayas por las rodillas, ¡Y aun así tengo calor!

-Solo llevamos una hora Jennifer. Vamos, levanta- se queja Adam dandome unas pataditas con el pie.

-Oh dios mio. Tengo que estar horrenda- digo, cerrando los ojos, para mí misma, pero Adam parece enterarse.

-Tu nunca estas horrenda- abro un ojo para mirarlo.

-¿Ni un poquito?- pregunto. El niega sonriendo.

-Nada- suspiro, me levanto y me pongo en posición defensiva.

Sin previo aviso me lanza unos puñetazos a la cara, los que esquivo golpendolo con mis manos. Doy un giro que me hace estar detras de él y le doy una patada en la parte de atras de la rodilla haciendo que caiga al suelo.

-Bien- dice levantandose. Yo le guiño un ojo. A lo que el aprovecha a cogerme por los hombros y tirarme al suelo.- Primera regla: no te desconcentres.

Me levanto sacudo mis brazos y muevo mi cabaza hacia los lados y vuelvo a ponerme en posición. Esta vez consigo agarrarlo de la muñeca darme la vuelta y tiralo por encima de mi hombro.

-Já- exclamo cuando golpea el suelo. Pero él me agarra de un tobillo con sus pies y me tumba.

-Segunda regla: no celebres victoria tan pronto- se levanta sonriendo y me ofrece la mano, la que cojo.

-¡No te rías!- me quejo ya levantada.

-¿Por qué? Me estoy divirtiendo.- contesta poniendose en ataque y sin dejar de sonreir.

Consigo tirarlo bocaabajo al suelo, pongo un pie sobre su espalda y le cojo un brazo estirandolo hacia amí.

-Vale, vale- gruñe- creo que ya puedes parar.

-¿Por qué? Me estoy divirtiendo- digo con voz inocente.

-Ja, ja muy graciosa- dice a lo que hago mas presión y el se vuelve a quejar.

-¡Jennifer!- escucho que me llama mi padre. Suelto a Adam y me vuelvo hacia la puerta.- Ven cuando puedas.

-Va...- antes que pueda acabar estoy bocaabajo en el suelo.

-Tercera regla: no le des la espalda a tu enemigo- dice riendose mientras se va.

-Maldito- susurro antes de levantarme y correr para montarme en su espalda.

-Oye y ¿como esta tu nariz?- digo encima de él.

-Mejor, aunque un poco doblada- dice mientras anda agarrandome para que no me caiga de su espalda.

-Si quieres te la arreglo, un toquecito por aquí y perfecta- digo dandole con mi dedo al lado izquierdo de su nariz.

-Uhmm, tentador, pero no gracias. Prefiero la ayuda de alguien sea normal y no este loco.

-¡Oye! Que yo puedo ser normal, pero es muy aburrido...- el se ríe y me baja cuando estamos en el interior de la casa. Voy a buscar a mi padre y el me avisa de que mi madre me ha llamado así que cojo el móvil para llamarla mientras subo al cuarto dónde se está quedando Daniel.
Al segundo timbrazo lo coge.

-Bounjour Madmoiselle Comment allez-vous?- le pregunto mientras subo las escaleras.

-Mmmm Madmoiselle, que lindo escuchar tu voz.

Para verte sonreirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora