Feliz cumpleaños Wen.

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Me llamo Wen Fox. Vivo con mis padres, bueno, con mi madre y mi padrastro.

Por motivos que ni yo sé me mudé a otra ciudad, Barcelona. Pero hace unos meses atrás volví a mi hermosa ciudad. Extrañaba tanto mi cuidad...

Hoy es mi cumpleaños, sí, el treinta de octubre. Mis amigas me llevarán a una discoteca, he quedado con ellas a las ocho y media en el café dónde está a la esquina de mi casa.

Me levanté de mi cama, y bajé al comedor. Dónde no había nadie, aproveché esta situación para cogerme fresas de la nevera. Fui a la sala de estar, mi padrastro estaba leyendo el periódico cómo todos los días, y mi madre se estaba preparando para salir:

—¿Dónde están mis gafas? Wen, ¿sabes dónde están mis gafas?—me preguntó con desesperación

—Mamá, ¿en serio? Están en tu cabeza.

—¡Ay, coño! ¡Jaja! Gracias hija—dijo quitándoselas de la cabeza—.Te hemos dejado fresas en la nevera, por si quieres.

—Ya las vi—dije enseñando las fresas que tenía en la mano—.Mamá, te estás volviendo ciega, eh.

—Jaja, sí. Nos tenemos que ir pero antes de eso..., ¡Feliz cumpleaños!—Me dio un regalo y yo le agradecí con un abrazo—. Te queremos hija.

—Uy, ¿qué es mamá?—Dije agitando la caja—. Tengo tanta curiosidad.

—Abrelo, hija, sé que te va a gustar.

Lo abrí, era un perfume "J'adore" es lo más novedoso hasta ahora:

—¡Te amo, mamá!-La abrazé con todas mis fuerzas—. Ah, sí. A ti también "padrastro".

—Jaja, yo también, Wen—Me sonrió—. ¿Nos vamos, Laura?
Así se llama mi madre

—Sí, amor, vámonos. Adiós hija, te amo. Uy, casi me olvido, ten 100 euros para la fiesta—Me dio el dinero y se fue—.

Adoro a mi madre. Es muy comprensiva, dulce, detallista, adoro sus ojos grises, parecen puros, cómo una luz. Al contrario que mi padrastro, él no me entiende, no me deja salir, tiene los ojos negros cómo la oscuridad, lo odio.

Ya de eso, cogí el perfume y me lo llevé a la habitación, al rato vi la hora:

«Las ocho..., tengo tiempo»—Pensé—

Me dirigí a mi armario, cogí; Una camiseta blanca, básica claro. Pantalones cortos, y unas zapatillas negras. Me hice una coleta, y me puse el perfume.

Ya eran las ocho y diez, fui rápido al baño y me maquillé. Me tardé cinco minutos.

Cogí una chaqueta, las llaves, el bolso, mi móvil y me fui.

Al ya estar en la cafetería, pedí un café mientras esperaba a mis amigas. Tomaba mi café mientras miraba los coches pasar, en eso mi amiga me asusta poniendo su cara en mi campo visual, tanto me asustó, que se me cayó el café en la camiseta:

—Clara, mira lo que has echo!—Dije triste mirándola—. Esto lo pagas.

—Vamos, Wen! Ven, te compro una camiseta, ya que es tu cumpleaños—Dijo cogiendo mi café y poniéndolo en la mesa— ¡Vamos, vamos!

—Espera, espera, ¿y los demás?—Le dije antes de irnos—

—¡Cierto, ahora vengo! Por cierto, ¿qué talla eres?—Me preguntó—

—Talla M—Le respondí—.

Después, bebí mi café tranquila, mirando otra vez los coches pasar, me aburría hasta tal punto qué me puse a contar los coches. Cogí mi móvil y empecé a ver mis redes sociales. Respondía los mensajes de Facebook, cómo "Que guapa estás ;)" "Te queremos, loca *0*". Después de un rato vi a mi amiga Paulina o Paula, cómo la llamo yo. Ella es una sinvergüenza, un poco... Ejém. Le gusta besarse con todos. Una vez se "morreó" con el profesor, para que le subiera la nota de sociales, típico:

—¡Hola, Wen! ¿Qué tal?—Se sentó al frente mío—

—Bastante bien, ¿quiénes irán a la fiesta?—Pregunté motivada—

—Todos tus amigos, mis amigos y amigos de Clara y Alicia, también de Iván, ¿por qué?—Preguntó acercándose más a mí— Eres una pillina, ¿lo sabías?

—Eh. . . Paulina, los de atrás te están viendo el culo—Le dije susurrando—. Así que, siéntate.

—¡Nah! Qué disfruten de la vista, este culito pocas veces se aprovecha—Me guiñó el ojo—

—Ejém... Sí, sí.—Le sonreí cómo si nada—. ¿Alicia nos espera allá?

—Sí, por cierto, ¿dónde está Clara?

Dicho eso le señalé mi camiseta, dónde se hallaba mi mancha de café. Se puso a reír, no le encontraba la gracia. Esperamos, y al fin volvió Clara con mi camiseta nueva:

—Aquí.. Tienes, Wen...—Dijo Clara con voz entre cortada—. Me la debes... Me puse a correr cómo una loca...

—Te lo mereces por asustarme—Dije sacando la lengua—. ¡Tonta!

—¿Nos vamos?—Dijo Paulina con prisa—

—Claro, claro, Wen ve a ponerte la camiseta y nos vamos—Dijo Clara entregándome la dicha camiseta—.

La cogí, fui al baño de la cafetería, me miré un momento al espejo y entré al baño. Me la puse y me arreglé delante del espejo, me puse más pintalabios ya que beber el café lo desgastó. Salí del baño, cogí mi chaqueta y nos fuimos a la fiesta.

Ya en la fiesta me fui dónde estaba el camarero y le pedí agua, tampoco quería volver a casa borracha, y más una chica de quinc- Espera, no. Ahora tengo dieciséis años. Al lado mío había un chico.

—Hola, guapa, ¿No eres la cumpleañera?—Preguntó borracho—

—Eh... Sí, ¿Por?—Pregunté con miedo, se veía que estaba borracho...—

—Nada... Es que estás sola... Yo te puedo acompañar... ¿Sabes?—Me contestó cogiéndome de la cintura—

—Eh... Jaja... No, no. Me están llamando...—Contesté apartando su mano de mi cintura—

Fui corriendo con mis amigas para no tener más problemas con alcoholicos... Mis amigas estaban en la pista de baile, "moviendo todo".

Alicia se estaba besando con un chico que era bonito, la verdad, hacían buena pareja esos dos. Paulina estaba yendo al baño con un chico a hacer cosas que eran... "privadas". Clara.. No la vi, después de entrar a la fiesta desapareció.

Después de eso me fui a casa, cansada pero feliz por la fiesta.

Entré a casa en silencio, eran las una de la mañana, entonces, pienso yo que mis padres estarán durmiendo. Ahora tenía una «cita» con mi cama y almohada:

—¡Hey!—Gritó mi madre—¿Y mi abrazo?

—¡Joder, mamá!—Dije poniendo mi mano en mi pecho— ¡Casi me muero!

—Sí, sí, ¿y mi abrazo?—Preguntó con los brazos abiertos listos para un abrazo—

—Mamá..—Sonreí y le abracé—

—Ven que te voy a servir el plato para que te vayas a dormir, que seguro tienes mucho sueño.

Dicho esto, se fue a servirme el plato.

—Mamá, ¿qué has preparado?—Pregunté sentándome en la silla—

—Salmón y brócoli.—Me sonrió—Ten tu plato.

-Gracias, mamá.-Dije recibiendo el plato-

Cuándo acabé el plato, lo lavé y me fui a cambiarme. Al cambiarme directamente me fui a dormir, pero, una notificación me llegó. "Tienes un nuevo mensaje".

Miré extrañada el mensaje:

Desconocido:
Hola, Wen, ¿qué tal la fiesta? Al parecer muy bien ;) Espero que hayas tenido un bonito día, ¿Y la camiseta? Ví que Clara te manchó la camiseta con el café.. Aun que fue gracioso. ¿No te has quemado, no?

Wen:
¿Quién eres?

Desconocido:
Soy Mike, ¿me recuerdas?

Sólo serás mía ©Where stories live. Discover now