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Michael se encontraba recostado boca a bajo en el sillón, donde le daba directamente el ventilador. Empezó a sentir picazón en su pierna izquierda. Gruño y se sentó para ver que en su pierna se encontraba una marca roja a causa de los mosquitos. Odiaba a los mosquitos, odiaba cómo su piel era tan sensible que con un piquete se le hacía una horrible marca. Enterró un poco sus uñas en la roncha para dejar una 'x' tratando de aliviar la picazón.

Giró su cabeza encontrándose con su gato, le hizo señas con la mano para que viniera con él pero el egocéntrico gato siguió con su camino como si nada.

—Ay, coño— sintió como otro mosquito le picaba varias veces. Se paró y caminó agitando las piernas para según espantar a los mosquitos. Vio que dos mosquitos trataban de picarlo así que él sólo caminó hasta la puerta y salió, caminando decidido a la casa de junto.

—Hola señor hemmings, ¿puedo entrar? en mi casa los mosquitos no me dejan en paz

—Claro, adelante— al entrar michael pudo sentir la brisa fresca que soltaba el aire acondicionado.

—¿Sigue trabajando?

—Si— contestó cuando ya ambos estaban en el estudio de trabajo.

—¿Tiene chocolate?— michael se sentó en la silla que estaba frente al escritorio de luke.

—No

—¿Algo chatarra?

—No, michael

—Bien. Me quedaré sólo por el aire acondicionado— se cruzó de brazos mientras se recostaba en la silla.

Después de un rato de estar en la computadora jugando solitario por parte del rubio y cantar en voz baja por parte del teñido, michael tomó una hoja blanca y empezó a rayarla.

—Voy al baño

El teñido se paró cuando vio que luke ya se había ido, y se sentó en su silla, comenzando a girar.

—¿Michael qué haces?— cuando regresó del baño se encontró con el teñido girando, muy rápido, en su silla.

Michael al escucharlo paró de girar y trató de levantarse. —Es que es muy aburrido aquí— finalmente se paró tambaleándose como si hubiese tomado alcohol en exceso.

El mayor lo tomó de la cintura para que no se cayera, sus caras quedando muy cerca.

Michael entreabrió los labios, y soltó un chillido cuando escuchó la campana de un camión de helados. Luego recordó de que no tenía dinero.

—Oh, señor hemmings, ¿me compra un helado? por favor— hizo un pequeño puchero deseando que el rubio aceptara.

Luke caminó hasta el escritorio y tomó su billetera sacando un billete y entregándoselo al teñido. Michael sonrió tomando el dinero, acercándose al mayor para darle un pequeño beso en la mejilla-teniendo que saltar para alcanzarlo-en forma de agradecimiento. Corrió para poder alcanzar el camión que vendía los helados.

Luke suspiró sentándose en la silla comenzando a sentir su sonrojo.

Capítulo dedicado a aquellos mosquitos que no me dejan en paz.

shower; muke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora