Totora llega a manos de Harry bajo el nombre de Marta —según el collar que estaba envuelto en su cuello. Estaba descuidada y abandonada cuando la halló en una cajita de cartón, rasguñada y húmeda, al pasar por un callejón de camino a su piso.
Normalmente, Harry no toma atajos o se desvía aunque sea un poco del camino que lo lleve a sus destinos. Pero tuvo el "impulso" —como su madre le había dicho cuando le había mostrado a Totora hace cuatro años atrás— de detenerse y no dejar en otras manos al animal.
Harry aún no llega al punto de arrepentirse de la decisión. Totora es su amiga, su compañera de piso y familia.
"Eres especial" le dice aunque sabe que ella no le entiende. Le dice que la quiere mientras pasa sus manos por su columna y detiene sus caricias en su estómago, justo donde tiene una mancha blanca. Totora lo mira con sus ojos azules, pestañeando suave y constante. Harry no hace más que sonreírle.
(Son cosas que Harry ha aprendido desde que tiene memoria. Su hermana le enseñó que decir te quiero no es extraño cuando hay una sensación de felicidad cada vez que se ve al objeto de cariño. Le dijo también, que si el pensamiento de perderlo le hacía sentirse mal, pues definitivamente había un cariño grande ahí.
Harry solo ha dicho te quiero a su madre, hermana y a Totora.
Y si Harry es capaz de reconocer sus propios sentimientos es porque ha leído y porque ha sido entrenado para entenderse a sí mismo.)
Por eso cuando Totora se enferma, Harry no duda ni dos segundos antes de que esté tomando el cuaderno del veterinario de la gata —en el que están especificadas sus vacunas y previas visitas—, una mantita amarilla que tiene Totora bordada en todos sus bordes y la caja para transportar a la felina.
No le importa si tiene que cumplir un turno en la repostería o si tiene que andar constantemente con una sonrisa falsa en el rostro. No puede pensar en nada más cuando tiene a Totora lamentándose de una forma desconocida hasta el momento —siempre es desconocida, en realidad. Para Harry parece escucharse siempre distinta.
En la sala de espera de la nueva consulta del barrio —está hace poco más de un año, pero Harry no había tenido necesidad de ir antes— llama a Noelia, su jefa, para decirle que no va a llegar, que está en el veterinario y no puede solo abandonar a Totora. Recibe un "no te preocupes, toma el tiempo necesario" y el sonido de que la llamada ha finalizado.
Está bien para Harry.
≡
El veterinario le dice que Totora solo tiene un resfriado. Le dio una receta, remedios que tiene que darle a su gata cada siete horas. No es la primera vez que pasa, pero le gustaría que fuese la última. Hay una sensación extraña en su estómago, incómoda, cada vez que esto sucede, porque la enfermedad que acabó con su madre también comenzó con simples recetas de remedios.
A veces no quiere pensar en que su madre ya no está y que Gemma, su hermana, está demasiado lejos como para verla seguido. Quiere pensar que no está solo y que en realidad cuenta con más apoyo del que cree. Pero no ha sido especialmente entrenado para eso. No es bueno mintiéndose a sí mismo —tampoco a los demás. No ha sido entrenado para detectar la lástima en la voz de otras personas. Aunque sí conoce un poco el tono del sarcasmo y el de la ironía, porque vienen acompañados de gestos característicos. Los olvida a veces, sin embargo, y todo termina en burlas que conoce como a la palma de su mano.
Todo termina consigo mismo autoregulándose de formas que no le gustan, porque deja marcas en sus muñecas, en sus antebrazos y en sus piernas. Deja morados en su cintura y chichones en su cabeza. Y no le gusta, pero se siente en calma. Se obliga a sentirse en calma. Porque ya no está el brazo de su madre, ya no está en regazo de su hermana y, la verdad, es que no sabría qué hacer si el día de mañana le faltara el estómago —cálido y peludo estómago— de Totora.

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Bajo las hojas del otoño » l.s.
Fanfiction(Un AU en el que Harry solo necesita poco más de siete días de otoño para caer por Louis, el chico que conoce en la biblioteca y con quien comparte más de una cosa en común.) [ Portada regalada ♡]