Todo comenzó así . . .

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En ese lugar, en ese instante

Marin Dupain-Cheng... tez blanca, cabello azulado, tenía una lluvia convirtiéndose en aguacero frente a él, sí, su suerte no era muy favorable que digamos.

—Genial —dijo en un murmullo cargado de sarcasmo mientras en su mano estirada reposaban algunas gotas de agua... y así disponiéndose a quedar como sopa fría, optó empezar a caminar para llegar a su hogar, este no se encontraba tan alejado, pero teniendo ese maravilloso clima iba a parecer eterno.

— Hey... —se escuchó a una voz femenina hablar, el azabache al ver a la rubia puso los ojos en blanco, así es la perfecta Adrienne, la modelo, la amiga de el irritante Clovis y seguramente su novia, hacían suponer eso, dos de clase alta, no se podía esperar otra cosa.

No obtuvo respuesta de parte de el aludido, haciéndole saber que Marin se encontraba realmente molesto con ella de una manera injusta, esa era la palabra, injusta.

Adrienne reflejó clara tristeza al ver al chico voltearse dándole la espalda en seña de disgusto, esta abriendo el negro paraguas que tenía en mano dio unos pasos para quedar delante del varón.

— Mira... quería decirte que estaba tratando de despegar la goma de mascar de tu asiento, sólo eso, en serio —comentó Adrienne su voz... sonaba sincera, tenía un dulce tono—. Lamento el malentendido, de verdad

El aludido se volvió hacia ella mirándola directamente a sus ojos esmeralda, eran preciosos, al ver esto la rubia le dedicó una bella sonrisa.

—Yo nunca antes había asistido a clases —su sonrisa se difuminó mientras desviaba la mirada fugazmente y luego regresaba —.   Y no tengo amistades...

El azabache la miraba cada vez sintiendo más la culpabilidad en él, entonces Clovis sólo la quería como accesorio, que mejor que una acompañante hermosa para el hijo de la alcaldesa.

—Todo... es nuevo para mi —terminó mirando a Marin tiernamente y dándole una media sonrisa

Y entonces...haciendo lo que nadie hubiera pensado de tan linda muchacha, adinerada, y con porte elegante...

Cedió el paraguas a aquel chico tímido quien todavía la veía estupefacto de sus finos labios hasta su cabellera perfecta con la boca ligeramente entreabierta, estaba en shock, nervioso, embobado completamente con la contraria.

Al ver su reacción la modelo se limitó a acercar el objeto a este, viéndolo directamente a sus ojos celeste, un estruendoso trueno de fondo hizo que Marin reaccionara, y dirigiendo su brazo torpemente y con la mano temblorosa, agarró el paraguas alcanzando a dar un roce a la extremidad de la chica, le provocó un cosquilleo en el estómago.

En cuanto vio a Adrienne sus ojos se hundieron de nuevo en su rostro, pareciera que con detenimiento viera una obra de arte... pero, ¡vamos!, estamos hablando de el que tiene la suerte por los suelos

El paraguas se cerró impidiéndole seguir observando, dándole lugar a una cómica escena proveniente del azabache, percatándose de esto Adrienne quería abstenerse a dar una risotada, fallidamente soltó una sonora carcajada tapada por su diestra, hizo que Marin se asomara de ese enredo negro alrededor se su cabeza, avergonzado por unos breves segundos y luego contagiándose de la risa de Adrienne sonrió entre dientes, ella dio un largo suspiro para recuperar el aire y esbozando su perfecta sonrisa hizo un ademán de despedida.

—¡Te veo mañana!— animada se dio la vuelta y bajó las escaleras dejando ver su esbelto y curvo cuerpo.

—E-eh Ah, ¡Hasta banana!, digo ¡manana!-

Que inteligente eres Marin...

-¿Mañaña?...agh, no puedo hablar—De su pequeña mochila salió su kwami.

—Yo sé por qué no puedes hacerlo— rió la criatura roja dándole un gesto de picardía.

—Tikki a casa— le sonrió tiernamente.

~

—Ey Ey Ey, ¿es tu novio?—lo último el kwami negro lo dijo en tono burlón.

—Plagg, ¡Por favor! Es un amigo—dijo la rubia poniendo los ojos en blanco con todavía alegría en su cara —.  Mi amigo...—Vio hacia atrás por encima de su hombro y se encontró con el azabache de espaldas dando silenciosos pasos en el suelo mojado.

Ella se limitó a dar un suspiro.

—Su parecido con-

Detuvo sus palabras sacudiendo levemente la cabeza.


No, es imposible. 

 

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Necesito tu amor [Miraculous Ladybug Genderbend]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora