La Comandante sonrió y se apoyó en una de las paredes a contemplar la escena. Después de varias semanas en la enfermería, el joven se recuperó de una manera estupenda. Clarke había ido a visitarlo casi diariamente, intentando recuperar el tiempo perdido. Bellamy se había convertido aun más en una bonita parte de su vida, en algo así como su mejor amigo y Lexa no podía evitar sonreír al contemplar escenas como aquella. Quizás, en otro momento, habría sentido celos, pero no cuando el propio Bellamy había rehecho su vida con una de las enfermeras de Arkadia que le hubo atendido día y noche. 

   Cuando el chico se giró y vio a la Comandante detrás de ambos, en seguida la saludó con un gesto de cabeza. Para él era un alivio haber sido perdonado por ella y por su mejor amiga. No hubiese podido vivir de la misma forma con esa carga en su espalda y después de haber mantenido una charla con ellas, días después de que acabase la batalla, en la enfermería de Arkadia, entendió que realmente, había estado ciego y equivocado durante mucho tiempo y que gracias a Lexa, la paz era posible. Ya no tenía que preocuparse de proteger a los suyos de la misma forma que antes y por primera vez en mucho tiempo, podía dormir tranquilo. 

   - ¿Quieres probar, Comandante?- preguntó Bellamy con una sonrisa, provocando que Clarke también se girase para recibir a su pareja con una mirada completamente iluminada. 

    Lexa sonrió ligeramente y se acercó a los jóvenes. Nunca había cogido un arma Skaikru. Las leyes y supersticiones terrestres lo prohibían, pero ya había dejado atrás todo lo pasado, incluido eso. Por lo que lentamente se acercó a la rubia y ésta, le puso la pistola en las manos. La Comandante ya había visto esas armas con anterioridad y sabían como se utilizaban. No tuvo que quitarle el seguro porque Clarke no se lo había puesto después de utilizarla, así que simplemente apuntó al blanco, colocando las manos de la misma forma que había visto a la rubia hacerlo antes y sin dudar, apretó el gatillo. 

   Bellamy y Clarke se miraron sorprendidos al comprobar que había acertado en el blanco a la primera. Entonces Lexa alzó ambas cejas, con una sonrisa pícara en el rostro y con cuidado le devolvió el arma a Bellamy. 

   - Deberías de haber usado nuestras armas antes- comentó con la misma sorpresa grata entre sus palabras. 

    - Prefiero las terrestres- contestó con sinceridad. 

   - Están todos en la cercanía del lago- Bellamy se colocó la pistola en la funda de su cinturón. Hacía unas semanas Kane le había nombrado jefe de seguridad de Arkadia y ya debería de estar junto con él en aquel lago. - Venid.

    - Ahora vamos- aseguró Clarke antes de despedirse de su amigo de nuevo. 

    Lexa le sonrió y la abrazó contra su pecho cuando el joven se hubo marchado de la parte trasera de Arkadia y suspiró levemente. Había sido un día largo y de mucho trabajo y la realidad era que le entusiasmaba la idea de acercarse al lago a relajarse un rato, sobre todo si los demás ya estaban allí esperándolas. Después de que los días pasasen, había cogido aun más confianza con todos, tanta que hasta incluso Raven la ayudó a encontrar ropa a su gusto. Monty le había estado enseñando su idioma natal y Jasper le había informado sobre ciertas plantas medicinales. Había tenido la oportunidad de ayudar a Raven con uno de los sistemas instalados en Arkadia y cada día para Lexa era como una nueva oportunidad nueva de aprender más de los suyos. 

   Nunca antes se habría imaginado que la vida en Arkadia podría llenarla de aquella forma, pero no tardó en comprender que quizás, por fin, tras muchas batallas perdidas y ganadas, había encontrado su hogar. 

    - Mi madre quiere que cenemos con ella y con Kane esta noche en su búnker- comunicó la rubia mientras caminaba al lado de la Comandante, entrelazando su mano con la de ella y caminando hacía el lago. 

May we meet again. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora