CAPITULO 5:

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Me quedé mirando perdidamente sus ojos, mientras que en mis pensamientos pasaba esa palabra; comandante, ¿estaría bromeando?

-Oye Megann...

-Comandante Hamilton, soldado Bieber, ¿estamos?.

-¿Ok?, coman...dante Hamilton

-Asi me gusta, ahora ¿Qué me quieres decir soldado?

-Este...ammm...¿Cómo...cómo es que...quiero decir esto es...

-Haber soldado, cuando te dirijas a mi hazlo con respeto y claro por favor.

-Bien, comandante Hamilton, el que la llame comandante ¿va enserio o es mentira?.

-Va muy enserio soldado Bieber---dijo ella parándose---Kenny me a informado sobre tus actitudes de "niño estrellita" y pienso cambiar eso.

-No se de que me hablan todos, yo solo me comporto como lo que soy, soy una estrella, trabajé para estar en donde estoy y merezco un poco de diversión ¿no?.

-Haber soldado Bieber, ¿le parece divertido tratar a todos como si fueran criados?.

-No pero...

-¿Le parece divertido que todos estén preocupados por su comportamiento?---dijo mi generala interrumpiendo, ahora que lo pensaba, no era muy divertido pero en fin, no había mucho que hacer con eso.

-Mire mi generala---dije cruzandome de brazos--- ¿Qué si me comporto caprichoso y hago lo que me venga en gana? Asi soy ¿no? Y nadie va a cambiar eso.

-Bieber, Bieber, Bieber---dijo ella acercándose, se paró enfrente de mí con las dos manos atrás y las piernas separadas--- soy y seré tu general al mando mientras estes bajo mi techo y harás lo que yo ordene, de aquí no sales si no es convertido en un verdadero soldado ¿entiendes?.

-Y ¿Qué si no quiero?---dije desafiante, ninguna mujer me iba a decir que hacer.

-No es cuestión de que quieras o no soldado, es de que lo tienes que hacer o si no.

-¿si no que?.

-Bueno, sufre las consecuencias Soldado Bieber, ahora mueve el trasero y ve a cambiarte, haremos ejercicios , estas muy flaco y debilucho.

-¿A quien le llamas debilucho?

No me di cuenta en que momento me tomó por la muñeca y golpeando la parte de atrás de mi rodilla haciéndome caer de rodillas ante ella.

-¿ya te diste cuanta soldado?---dijo ella con una media sonrisa.

-Solo me tomaste desprevenido---me paré y pude ver como mi generala negaba con la cabeza.

-A cambiarte soldado.

Sin ánimos de hacer nada, subí a mi habitación y me puse una playera sin mangas, con ellas se notaban mis músculos, ¡ja! Esto le enseñaría a Hamilton que no soy ningún debilucho, me puse unas zapatillas blancas y bajé, fue cuando la vi esta vez con lentes, gorra y un silbato colgando, ella me miró y me dirigió a un lugar que parecía ser un gimnasio.

-Como no estas apto para hacer ejercicio del ejercito, empezaremos con algo más suave
Se dirigió a lo que parecía ser una pista, el sol estaba a todo lo que daba.

-Bien soldado, a correr, 20 vueltas a la pista sin descanso

-¿Qué?---dije exaltado---moriré de una insolación.

-Soldado no seas exagerado, ahora, ve anda y no reniegue.

Respiró entrecortadamente por la furia, me paré en un lugar de la pista entrecerrando los ojos, el sol calentaba mi cabeza, casi podía hacer huevos en ella, comencé a caminar un poco, recordé no haber tomado agua y comer papas fritas no fue lo mejor para mi estómago, el silbato sonó y comencé a correr, al principio no me molestaba mucho pero después fue una tortura, a la vuelta 10 ya estaba más que exhausto.

-¡VAMOS SOLDADO, NO SEAS DÉBIL!

Ladró la generala, yo seguí corriendo como podía, la garganta me ardía y la lengua se me secó, mis pies ya ni daban para más, en ese momento sonó el silbato y justamente a un lado de la generala, solo sentí como me tiraba en el suelo, Hamilton se acercó y derramó un poco de agua en mi cara, yo la arrugué, después tomó mi cabeza y me dio a beber agua con el semblante totalmente seri bajo los lentes obscuros.

-Anda soldado levántate, el calentamiento terminó, vamos al gimnasio.

-¿QUE?---grité---es imposible, ya corrí 20 vueltas alrededor de esta pista con el sol quemándome los pies, que crees que soy ¿una máquina?.

-No pongas excusas soldado, hay gente que sufre peor todos los días, muévete.

-Dicho esto empezó a caminar a las pesas...

Tres horas en ese maldito lugar, la generala Hamilton, me tenía harto, literalmente, me puso a hacer pesas durante 30 minutos, me dolían los brazos, luego le dí 20 minutos a ejercicios de fuerza, le pegué al costal de boxeo, y trabajé en máquina, agradecí cuando me dijo que ya habíamos terminado, me levanté como pude del sillón dejando a la "generala" mas loca del mundo, Soldado Bieber esto, Soldado Bieber aquello, Soldado Bieber el otro, baaah, esa vieja estaba loca, me dirigí a mi cuarto donde me duché, al sentir el agua tibia fue como si un tráiler pasara encima de mí, me sentía más que agotado, son fuerzas bajé con el pantalón de mi pijama y nada más, estaba haciendo demasiado calor, bajé por leche y galletas cuando escuché la voz de la loca de Megan hablando con alguien en el living

-Claro mamá...no te preocupes estaré bien...si lo estoy...de hecho apenas lo iba a hacer...esta bien madre...¿Qué? Mamá---alargó---Claro que nó, ay ya deja eso, te quiero cuidate...yo también...bye


Dicho esto colgó, tomé rápido mis cosas y me dirigí a mi cuarto, cené pero me entraba la duda, ¿Megan de verdad era una generala?¿o solo sería un jueguito para molestarme la vida?, escuché ruidos en la parte de afuera, abrí cuidadoso mi puerta y bajé las escaleras, oyendo el mismo ruido, eran gritos, pequeños, no...eran...eran ¿gemidos?

Be Alright. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora