Viejos Conocidos

2.6K 277 174
                                    

1 de febrero de 2012

—Vamos a comenzar conociéndote un poco más, ¿De qué trabajas? ¿Cuáles son tus pasatiempos? ¿Qué buscas en un hombre? —Preguntó Helen.

—Administro mi propia galería, en realidad no tengo otro pasatiempo además de convertir oxígeno en dióxido de carbono. Lo que busco en un hombre es que sea rudo, pero a la vez sensible, callado pero extrovertido, audaz pero tranquilo ¿Se entiende? — Solo pregunté por educación, era obvio que no podía haberle dado una descripción más específica.

—Okey, con eso estamos bien, yo te llamaré en cuanto encuentre a alguien para ti —fue lo único que me dijo y luego salí de su oficina.

No quería ilusionarme mucho, pero empecé a ver vestidos de novia, por si acaso.

17 de febrero de 2012

Helen no me ha llamado aun, tuve que pasar el día de san Valentín con mi mamá. Ella insistió en que debíamos pasar una noche «salvaje», así que, fuimos a una discoteca. En realidad, fue algo muy extraño.

—Bebe otra copa hija —insistió mi madre, y yo como niña obediente que soy me tomé de un trago el tequila que me sirvieron.

—¡Tequila mucho, mamá! Di... digo te quiero mucho —la bebida estaba comenzando a hacer efecto en mí.

No sé cómo pasó, pero de algún modo yo me subí al escenario, tomé el micrófono y comencé a hablar.

— ¿En dónde está la gente enamorada esta noche? —Muchas parejas levantaron la mano «Malditos idiotas», pensé.

—¡¡Ssssepan que los odio!! —dije tratando de mantenerme en pie.

—Se creen muuuusho porque no están solteros en el día de los enamorados ¿Pero saben algo? En noviembre estarán cambiando pañales —Me burlé de ellos.

Después de eso mis recuerdos son muy vagos, Solo sé que nos echaron del bar y mi madre intentó ligarse a uno de los guardias. Lo peor es que lo consiguió y tuve que volver sola a casa.

El teléfono sonó y yo de inmediato lo contesté.

—Nicole, hola te conseguí una cita para hoy por la tarde. Voy camino a tu casa para ayudarte. —No me dejó hablar y me colgó.

No lo podía creer, ese podía ser el día en que iba a conocer al futuro padre de mis hijos.

Cuando Helen llegó me pidió que le mostrara mi armario.

—Este no, este menos ¿Qué cosa es esta? Muy aburrido, ¿en qué pensabas cuando compraste esto? —Llevaba casi una hora viendo mi ropa y nada le gustaba.

—Este es menos patético —dijo cuando encontró un vestido con estampado de flores.

Después de vestirme, peinarme y maquillarme, me dijo que la cita sería en una cafetería un poco alejada de la ciudad, no me quiso decir quién era el chico, pero sí me dijo que yo ya lo conocía. Me preguntaba quién podría ser.

Conduje hasta la cafetería que Helen me había indicado, y cuando entre me sorprendí mucho, ahí estaba él. Lo reconocí de inmediato a pesar de que ya no usaba esas enormes gafas y tampoco tenía acné. Era Vicente: mi mejor amigo de preparatoria.

Cuando llegué a la mesa él me saludó. Fue muy bonito volverlo a ver y recordar viejos tiempos. Tres horas pasaron muy rápido, me contó que era el dueño de una de las inmobiliarias más grandes del país, y también tenía una fundación que ayuda a buscar hogar para las ballenas.

Todo iba muy bien, se nos había hecho tarde y él se ofreció a acompañarme hasta mi auto para que no me pasara nada. De verdad que era un caballero.

—Déjeme cargar su bolso mi bella dama —¡Oh por favor! Si me lo envuelven en tocino me lo como enterito, pensé.

—Gracias mi buen caballero —respondí.

—Nicole, antes de que te vayas tengo que confesarte algo, durante la preparatoria estuve muy enamorado de ti, y cuando te vi hoy supe que esos sentimientos no habían desaparecido, sé que es muy pronto, pero quiero que me des una oportunidad— Yo estaba en shock, pero no tenía mucho que pensar.

—Claro que sí —respondí emocionada.

—No sabes lo feliz que me haces —me tomó por la cintura y se inclinó un poco hacía mí. Esperaba sentir sus labios sobre los míos, pero él se detuvo.

Te tengo una sorpresa, cierra los ojos —hice lo que me pidió. Se estaba tardando un poco, me preguntaba cuál sería mi sorpresa.

La sorpresa más grande fue escuchar el motor de mi auto, el infeliz se robó mi auto. No debí haberlo dejado tomar mi bolso.

Ahora no tenía como regresar. Tuve que llamar a Fede, porque ni de broma llamaba a mi madre, no estaba de humor para aguantarla.


Se Busca NovioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora