Definitivamente, no es Titanic (2016)

26 de febrero.

Viernes 26 de febrero 2016

— ¡Qué no quiero ir! —expresé a mi madre que prácticamente me estaba obligando a ir a la boda de mi tío. Y no era cualquier boda señores, no claro que no. A este mi tío se le ocurrió la idea de casarse en un crucero ¡En un crucero! Y encima mis abuelos cumplían 45 años de casados el uno de marzo así que había doble celebración.

¿Qué pasaba si se hundía? ¿Qué pasaba si no encontraba a un Jack que me diera una puerta para que no muriera congelada? ¡No podía darme el lujo de morir!

— ¡Pero moriré mamá! — dije obvia mientras daba vuelta a mi habitación y entraba en crisis.

Basta Philadelphia —gruñí, solo a mi madre se le pudo ocurrir ponerme ese nombre.

-Que tengo dieciocho años madres, no quiero morir en un naufragio y que los tiburones me parten en pedacitos para usarme como su cena ¡No! Y que luego años después un director con ganas de hacer dinero quiera hacer mi historia y luego...- mi mamá me tapó la boca.

—A veces detesto que seas tan habladora como yo— me sonrojé y jugué con mi pelo—. Y dramática como tu padre— me sonrojé aún más. Solía ser un poquito paranoica. Pero no creo que se hayan dado cuenta.

—Si iré más vale que esa película sea más exitosa que Titanic —bufé y empecé a empacar. Mala idea hacer la maleta a último momento aún que... —Mami...—-pestañeé varias veces.

—Buen intento pero no cambiare mi decisión.

Ugh, malditos reembolsos.