2

3.8K 230 11
                                    

POV. Abby

Max se fue del cuarto, dejándome sola con James, y bueno sabía que estaba desconcertado con todo lo que nos ha pasado. Pero, fue injusto que yo me quedara con James. Aunque debía admitir que era atractivo pero sólo eso.
Pensé a donde pudo haber ido y pienso si ir tras él o quedarme. Escojo la segunda opción, porque es la más sensata y quiero darle su espacio. No quiero ser de esas novias que siempre anden persiguiendo a su chicos.

- Esto es muy incómodo para mi Abby - James rompió el silencio - pensé que iba a tener un compañero.

Su voz sonaba sincera.

Di un suspiro - No te preocupes, él siempre ha sido así.

- ¿En serio? - Me contestó y puso los ojos en blanco.

Solté una pequeña risa

- Como sea, el hecho de que tu novio sea así, no te quita el derecho de tener amigos, y yo quiero hacerlo.

- Por mi encantada - le di una sonrisa resplandeciente - ¿Quieres que te ayude a acomodar tus cosas? - Me ofrecí.

Había pasado una hora. Y luego otra, más tarde otra, hasta que anocheció. ¿Dónde podrá estar el ingrato de mi novio? Aun que no me quejo, James hay sido muy amable y respetuoso, y es algo que me agrada de él. Incluso, él conoce a mis tías (la pequeñez del mundo ataca de nuevo) dice que fue su vecino desde siempre y que está enamorado de Sofi, no me sorprende, creo que si asombraría más si encuentro un hombre que no se haya enamorado de ella. También me contó un poco sobre su familia, tenía una hermana que falleció, era más joven que nosotros por un año. Cuando quise saber más cambió de tema, tal vez lo presioné demasiado. Sin embargo, después de ese momento nafa cambio y James se relajó visiblemente.
Así que tarde transcurrió muy agradable con él a mi lado. Pero, me falta la compañía de Max, de la persona que me hace sentir a mil por hora mi corazón, que me hace dudar de mi lógica, y que es lo más importante de mi pequeño mundo. La persona por la que daría la vida y con la que moriría.

- ¿Estás bien Abby? - James se acercó a mi cama y se sentó a un lado mio, me abrazó -¿Por qué lloras?

No me había dado cuenta que estaba llorando - sólo extraño algunas cosas de mi vida pasada - le comenté

- Sé que es duro, yo también me siento así, pero verás que pronto te acostumbrarás. Además... Tienes a la persona que amas y te ama a tu lado, ¿qué más puedes pedir?

Bueno, era cierto, pero ese no es motivo principal por el que lloraba, si no era por quién.
Unos toquidos interrumpieron el silencio, que se había creado. ¿Quién podrá ser? Tal vez sea Max...
Así que antes de pensar en siquiera verificar abrí la puerta y fue muy grata mi sorpresa.
Dylan estaba enfrente mio con unas fresas con crema, y una sonrisa se asomó por sus labios. Desde la última vez que lo vi en la playa y lo besé, no ha cambiado mucho, sólo que ahora tiene el cabello más largo, e incluso se ve más guapo que nunca.

¿Qué me pasa que ahora veo a todo mundo más atractivo? Me doy mentalmente unos golpes por qué el único atractivo en mi vida es Max.

- Grata sorpresa verte, como siempre Abby.

- ¡Dylan! - grité y lo abracé, casi tiro en refractario pero fue ágil y pudo abrazarme.

- ¿Quién es Abby? - James, con voz fría y calculadora, preguntó.

¿Qué mosca le picó?

- James, él es Dylan un viejo amigo
Dylan él es mi nuevo compañero - los presenté pero se notaban ambiente de tensión.

Tenían que ser hombres, me dije.

- ¿Quieres pasar Dylan? - ofrecí

- De ninguna manera Abby - se opuso James

- ¿Por qué? Si él es mi amigo

- Porque Max no está, y me matará y odiará más de lo que ya lo hace si hago lo que quieres.

- Max se puede ir a la mierda, él me abandonó - susurré

Tomé de la muñeca a Dylan y lo jalé, quitando del medio a James.
¿Ahora resulta que él es mi perro guardián? Nunca necesité uno, ni lo necesito. Conozco muy bien a Dylan y es buena persona. Y sé que está aquí por algún motivo.
Nos dirigimos a la cama, dónde momentos antes estábamos James y yo.
El guardián estaba en su cama y no quitaba la vista de nosotros. No sé si tenga algún problema, pero lo ignoraré.

- Estás muy bella como siempre - me alogió

- Gracias, ese corte te queda bien - No tenía porque mentir.

- No lo sé, pienso cortarlo

- No lo hagas, pero, ¿Por qué cortarlelo?

- ¿Por qué no hacerlo- contestó - es más me gustaba más cuando estábamos en la playa tu y yo.

Ese recuerdo, fue lindo pero quería desquitarme mentalmente con Max así que permitir recordarlo.

- Fue algo muy especial - la voz de mi conciencia me regaña

- Aún lo tengo quemando mi mente - susurra y me pongo colorada.

-¿Qué tienes quemando tu mente Dylan? - la voz de Max a espaldas de él me sobresalta.

¿Cuándo ha entrado?

- Algo que no te incumbe - escupe Dylan

- Si hablan del beso que se dieron en la playa tú y mi novia, es algo sólo no se va a volver a repetir y sólo tendrás que confirmarte con eso.

¿Cómo es que sabe del beso?

- Ahora vete - se dirige a la puerta y la abre, obediente lo hace

Y observo a James con una sonrisa que intenta ocultar detrás de sus dedos

- No quiero que jamás vuelva estar aquí y menos en la cama - Max estaba parado enfrente de ella.

Será idiota

- No puedes decidirlo así por qué sí, somos tres y lo someteremos a voto -necesitaba apoyo de James

- Yo apoyo a Max - dice James en cuanto término la frase.

¡Qué gran apoyo!

- Listo, dos contra uno - declara Max.

- Eso no es justo - digo mientras hago un mohín.

- Tú los has dicho - se disculpa James

Mi rabia crece

- Sí, lo he dicho pero él es mi amigo y lo puedo trae aquí - grité

- Los amigos no se besan - Max comenta y veo por detrás de él, a James salir de la habitación.

- Eso fue hace mucho, ¿cómo lo sabes? - Interrogué a mi novio con evidente rabia

- Porque los vi. Me quedé en la playa unos días más para verte aunque sea a lo lejos, y cuando vi eso, me marché.
Él se había quedado en la playa para verme,. Mi mente y corazón empiezan a doler. Pero es pura distracción

- Pero él me relajó - Lo dije con el fin de enojarlo. Y cambié de táctica.

- ¿De qué? - Estaba tenso.

- Del que te hayas marchado sin decir nada y esperar hasta la noche para tener noticias de ti.

Su rostro palideció.

Fue al ropero y encima de él sacó una almohada, una sábana y una cobija y las colocó en medio de las camas, apagó la luz y dijo

- Buenos noches.

- ¿No dormirás conmigo? - Pregunto lo obvio, pero tengo esperanza

- Que lo haga Dylan, ya que él te relaja

Y no le contesté.

El Encanto De AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora