Capitulo 5

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Estaba mi madre sentada en el comedor... ¿Qué le iba a decir? "Oh mamá, estoy bien, solo que Koga me estuvo toqueteando y casi me quería violar, pero todo bien" Ja, ja, ja...

- Yako... -me abrazo mi madre- ¿Qué te pareció hijo?

- Señora... -comentó Koga acercándose a la puerta- No hace falta, no puedo tener el trabajo... No es de que su hijo sea un desastre... Solo que... No es para mí este trabajo.
-Em... Bueno, suerte...

Algo en mí me decía que tenía que evitar que se fuera... Pero, por otra parte, decía que el me causaría problemas... Fue un impulso mío que, lo abracé por detrás.

-No quiero que te vayas Koga... Quédate, por favor, por favor, por favor.

Creo que lo abracé tan fuerte que hizo un quejido. Sonrió.
- ¿En serio quieres que me quede?
- Sí, me caíste bien, por favor.
Lo pensó por unos segundos y luego me abrazo.

- Señora, ¿puedo retomar el trabajo?
-... Depende, Yako, ¿cómo te trato?

- Excelente mamá, bueno... Hicimos locuras, pero nada grave. -sonreí escondiendo la gran mentira que le dije a mi madre-

Si claro, nada grave, como si una violación fuera tan normal.

- Me parece entonces fantástico, la próxima semana no estaré en casa así que podrán divertirse en toda esa semana, aquí tienes Koga, lo prometido es deuda. -le dio un paquetito donde había yenes-

- Gracias, Yako -me miro- ¿podrías soltarme? -lo solté de inmediato-

A mi madre le llamaron, paso un tiempo y luego colgó.

- Vaya, el destino quiere que no descanse... Koga... ¿Podrías cuidarlo de nuevo por hoy?

- Claro, señora.
Mi madre le agradeció y se fue.

- Mocoso, -me miro- quiero comer algo.

- ¡¿Me dices mocoso después de que salve tu trabajo?!
-Claro, ahora sírveme algo, esclavo.

- Ahh no... Eso sí que n--

Me interrumpió con un sutil beso, un hormigueo paso hacía mí, me sentía en otro mundo.
¿Cómo puedo sentir tales cosas si él es hombre?

El beso se iba profundizando más, me recostó suavemente en el sofá mientras nos besábamos, esto iba a ir en mal en peor...
-Yako... Has sido un mal niño y tengo que castigarte...
Ay no... Se que esto va ser un infierno para mí...

¡¿Tenías que ser mi estúpido niñero?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora